Primera foto del agujero negro de la Vía Láctea
Para observar un objeto tan lejano como este hace falta un telescopio del tamaño de la Tierra. Es la primera imagen real.
cada cual sobre la vida del otro. No debe haber coartación de la libertad ni de la independencia, coinciden las expertas.
Es posible salir y estar bien
Aunque parezca complicado, es posible resolver y salir de una relación patológica.
Establecer límites, señalar hasta qué punto está bien y genera bienestar el rol que juega la pareja, es fundamental desde que inicia el vínculo, sin embargo, si esto no se hizo desde el principio, debe hacerse al momento en que se descubra que se está tornando en una relación dificultosa. “Para eso hay que reconocer qué áreas se han visto afectadas: nuestra relación con nosotros mismos, con nuestra familia, con el dinero, con el trabajo o incluso con la parte espiritual. Ahí hay que tomar algunas decisiones que nos permitan estar más tranquilos y nos lleven a tener otras opciones de relacionamiento”, explica Bonilla.
Con eso último, el profesional se refiere a retomar espacios de ocio, de recreación, que permitan compartir con personas distintas a quien esté implicado en la relación de dependencia.
Otro asunto importante es que, al identificar los signos de alarma, no se trate de justificar al otro, más bien hay que mirar cómo eran todos esos ámbitos ya mencionados antes de conocer a la otra persona, si no se nota una mejoría, lo mejor es buscar ayuda. “Hay que entender que algo está pasando y, si es posible, hay que hablar con la pareja para que ambos busquen ayuda”, recomienda Moratto.
También acepte que podría ser usted mismo el que está asumiendo un rol dañino, por acción o por omisión. “De ahí
la importancia de introducir a un tercero. En un primer nivel puede ser un amigo, un confidente, un consejero, pero en ocasiones, si quiero transformar mi papel en la relación, hay que acudir a acompañamiento psicológico o psiquiátrico”, puntualiza Escobar.
En definitiva, recuerde que si bien el tener una relación insana está relacionado con la historia de vida de cada persona, es algo que puede ocurrirle a cualquiera. “No es algo que deba estigmatizarse o satanizarse. Más personas de las que imaginamos pueden estar experimentando algo así, pero no quieren ponerlo sobre la mesa o en conocimiento de los amigos”. La clave es confiar en los demás, escuchar y ser escuchado. Una intervención a tiempo (entre la misma pareja o con la participación de un tercero) podría ayudar a que el desenlace sea positivo ■
Observar un agujero negro fue durante muchos años observar una fórmula matemática o una ilustración. Imágenes reales no se conocieron sino hasta principios del año 2019, cuando fue fotografiado el de la galaxia M87, mediante el Event Horizon Telescope (EHT, por sus siglas en inglés), en español llamado “Telescopio Horizonte de Sucesos”.
Como se trata de una concentración de masa colosal (que produce una “rasgadura” o curvatura en el espaciotiempo) ni siquiera la luz puede escapar de allí. Es en ese sentido en que es imposible verlo. Lo que queda a la vista es su entorno, que se traduce en una sombra central rodeada por un anillo luminoso de fotones y gas caliente.
La Vía Láctea, la galaxia en la que se encuentra la Tierra, tiene en su interior un agujero negro supermasivo llamado Sagitario A*, del que se conoció ayer la primera imagen real.
“Esta es la primera imagen de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo situado en el centro de nuestra galaxia, que es cuatro millones de veces más masivo que el Sol. Presentamos la primera prueba visual directa de su presencia”, declaró Sara Issaoun, investigadora del Centro de Astrofísica de Harvard, durante una de las ruedas de prensa llevadas a cabo por el equipo del EHT.
Estos hallazgos fueron publicados además en una edición especial del periódico científico “The Astrophysical Journal Letters”, proporcionan una evidencia abrumadora y aportan pistas sobre el funcionamiento de
NOBEL DE FÍSICA Y AGUJEROS NEGROS
Los agujeros negros son los objetos más extremos del universo. En 2020 tres investigadores compartieron el Premio Nobel de Física por sus avances en el conocimiento de estos objetos: Roger Penrose, por descubrir que la formación de un agujero negro es una predicción sólida de la Teoría General de la Relatividad de Einstein; y conjuntamente Reinhard Genzel y la profesora Andrea Ghez, por encontrar el del centro de la Vía Láctea.
tales gigantes que, se cree, residen en el centro de la mayoría de las galaxias.
Según los más de 300 científicos de 80 centros que han participado en el estudio, este agujero “pesa” alrededor de cuatro millones de masas solares, comprimidas en una región no más grande que nuestro sistema solar, a 27.000 años luz de nuestro planeta.
Confirmar lo predicho
Los científicos ya habían visto estrellas orbitando alrededor de algo invisible, compacto y muy masivo en el corazón de la Vía Láctea, lo que sugería fuertemente que este objeto, conocido como Sagitario A* (Sgr A*, pronunciado “sadgeay-star”), era un agujero negro.
“Nos sorprendió lo bien que coincidía el tamaño del anillo con las predicciones de la Teoría de la Relatividad General de Einstein”, señaló el científico principal del proyecto EHT,
Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica, Academia Sínica (Taipei). “Estas observaciones sin precedentes mejoran enormemente nuestra comprensión de lo que sucede en el centro de nuestra galaxia y ofrecen nuevos conocimientos sobre cómo los agujeros negros gigantes interactúan con su entorno”.
¿Cómo fue posible?
Para observar un objeto tan lejano como este hace falta un telescopio del tamaño de la Tierra, algo que de forma virtual o equivalente es lo que se consigue con el EHT.
Este telescopio está integrado por ocho radiotelescopios localizados en Chile, Estados Unidos, México, España y el Polo Sur, aunque los dos principales son ALMA en Chile, operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO) con otros socios internacionales, y el del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM) en Sierra Nevada (Granada).
El EHT observó Sgr A* varias noches y recopiló datos durante numerosas horas seguidas, de forma similar al uso de un tiempo de exposición prolongado en una cámara fotográfica.
Finalmente, mediante una técnica llamada interferometria de muy larga base (VLBI, con la que en lugar de lentes se usan operaciones matemáticas) se han combinado las señales de todos los radiotelescopios y se han procesado sus datos mediante algoritmos y supercomputadores para reconstruir la mejor imagen posible.
Hasta ahora las órbitas de las estrellas eran la evidencia más convincente de que un agujero negro supermasivo se escondía en Sagitario A * ■
Cualquier tipo de relación puede tornarse en un vínculo insano o patológico. Identificar los signos de alarma es clave, además de incluir en las situaciones a un tercero: amigo o psicólogo.