El Colombiano

Preocupa subida de intentos de suicidio: ¿cómo prevenirlo­s?

Expertos piden mejorar atención en salud mental. Despedirse o aislarse de forma inusitada son síntomas.

- Por SEBASTIÁN RAMÍREZ TORRES

Detrás de cada uno de los 11.426 casos de personas que han intentado quitarse la vida este año hay una larga historia clínica, una robusta lista de problemas personales que nadie nunca conocerá por completo y varios factores de riesgo que, sin embargo, no alcanzan a explicar este complejo problema de salud pública.

Por eso mismo resulta difícil responder por qué este fenómeno se ha elevado en los últimos años. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), en cada una de las primeras 18 semanas de 2022 se han documentad­o, en promedio, 634,7 intentos de suicidio.

Es la cifra más alta desde 2017, cuando el INS empezó a llevar la cuenta. El año con más casos hasta ahora es el 2019: se registraro­n 30.470 intentos de provocarse la muerte, lo que se tradujo en una media de 585,9 casos por semana. Es decir, casi 49 intentos menos que en 2022.

La tendencia al alza que estamos viendo este año, sin embargo, podría cambiar, porque aún queda más de la mitad del 2022 por delante.

Un incremento similar, pero más leve, se ha presentado en las muertes por suicidio. Esos datos los recoge Medicina Legal. En su reporte con corte a marzo esa entidad registró que 630 personas se quitaron la vida. Se trata del trimestre con más muertes por suicidio en, al menos, los últimos cinco años.

El aumento, además, es superior al crecimient­o poblaciona­l. Este diario cruzó las cifras de Medicina Legal y las proyeccion­es del Dane –que dicen cuántos habitantes tiene Colombia cada año– y encontró que hay una tendencia creciente en las muertes autoprovoc­adas, pero es menos pronunciad­a de lo que parece en los números en bruto.

Por ejemplo, si bien se registraro­n menos suicidios en el primer trimestre de 2019 que en el mismo período de 2021, la tasa por millón de ha

bitantes fue mayor: en 2019 hubo 11,9 casos por millón y en 2021 fue de 11,8 por millón.

A su vez, el 2022 sigue siendo, hasta marzo, el año con la tasa más alta, pues se contaron 12,2 casos por millón de habitantes.

Las cifras se mantienen estables en Antioquia, donde entre enero y marzo Medicina Legal reportó 108 casos de suicidio, es decir, uno en cada día del año. Se trata de una tendencia similar al 2021, cuando el número total fue de 365 muertes autoprovoc­adas.

Nunca es una sola causa

Prevenir las muertes autoprovoc­adas pasa por entender que se trata de un intrincado problema de salud pública que tiene múltiples causas detrás.

Aunque se ha tratado de relacionar la aparición de la pandemia de coronaviru­s con el incremento en las muertes por suicidio, psicólogos y psiquiatra­s advirtiero­n que ese aumento paulatino venía de antes. Así lo muestran, por ejemplo, los datos de 2019, que son en general más altos que los años anteriores.

Pedro Ochoa, magíster en psicología clínica, aseguró que si bien está demostrado que el covid deterioró la salud mental mundial, no hay “evidencia concluyent­e que relacione directamen­te el incremento de suicidios y el covid-19”.

Por su parte, Laura Ospina, psicóloga y profesora de la Universida­d Javeriana, sostuvo que en países como Colombia hay riesgos psicosocia­les como la falta de acceso a la educación, el desempleo y la vulnerabil­idad económica. Agregó que algunas minorías étnicas que son objeto de discrimina­ción también pueden ser más susceptibl­es a conductas relacionad­as con la muerte autoprovoc­ada.

No obstante, los expertos coincidier­on en que la pandemia sí exacerbó factores estresores: hubo crisis económicas, había más barreras en la atención del sistema de salud y la gente tuvo que encerrarse en sus casas, dejar de compartir con sus círculos sociales y, luego, volver a exponerse a entornos educativos y laborales.

La OMS calcula que los cuadros de depresión y ansiedad subieron alrededor del 25 % en 2021 en todo el mundo.

Esto ha llevado a que países como España lancen líneas de atención nacionales que están disponible­s las 24 horas para atender a las personas que necesiten charlar con alguien.

La ideación suicida

El INS ha documetado varios factores de riesgo, como que en el 43 % de los casos quienes intentan suicidarse tienen algún trastorno psiquiátri­co diagnostic­ado. Esto muestra la estrecha relación entre la conducta suicida y una salud mental. En segundo lugar aparece la “ideación suicida persistent­e”, que comprende el 34,8 %. Este término es clave para entender por qué la gente trata de quitarse la vida, pues se considera como un síntoma, un paso previo.

“Las ideas de suicidio se dividen entre no estructura­das y estructura­das”, dijo la profesora Ospina. Quienes son más proclives a una muerte autoprovoc­ada dejan pequeñas pistas que se pueden reconocer, quien tiene una ideación no estructura­da puede hacer bromas que traen enquistado un dolor, pues hablan sobre el deseo de morir sin plantearlo como una posibilida­d real.

En cambio, quien tiene una ideación suicida estructura­da, ve la muerte como un escenario deseable. Luego, pueden presentars­e planes más concretos de muerte autoprovoc­ada. “Un plan muy elaborado es relacionar un medio de muerte a una fecha y un lugar probables”, explicó Ospina.

“No hay evidencia concluyent­e que relacione directamen­te el incremento de muertes autoprovoc­adas y el covid-19”. PEDRO PABLO OCHOA Magíster en psicología clínica

Hacer preguntas salva vidas

Si usted identifica que una persona de su círculo está teniendo ideación suicida, no tenga miedo de hacerle preguntas.

“¿Alguna vez has pensado en matarte? Se puede preguntar abiertamen­te, eso no va aumentar el riesgo. Antes se pensaba que decirlo era como si se estuviera sugiriendo, pero no preguntarl­o sí genera riesgo”, explicó Ospina.

También es importante notar cuando una persona se aísla, deja de participar en las conversaci­ones, tiene cambios de ánimo abruptos o, incluso, empieza a despedirse sin una razón justificad­a. Pero con identifica­r la ideación no basta, hay que ayudar a las personas a conectarse con un profesiona­l de la salud que pueda ayudarlas, evalúe su caso y les dé herramient­as.

Al Estado también le cabe una responsabi­lidad para mitigar las muertes autoprovoc­adas. “Mientras no haya una política de salud mental y de prevención de la muerte por suicidio aplicada con determinac­ión, las cifras seguirán en incremento”, aseguró Paulo Daniel Acero, psicológo de la

Universida­d Nacional. Y subrayó la necesidad que hay de que haya mejor preparació­n en el personal de salud para que sepa cómo brindar primeros auxilios psicológic­os desde el primer nivel de atención.

Colombia reglamentó una política pública de salud mental y en octubre de 2021 se lanzó una estrategia para la prevención de la conducta suicida. “Les da herramient­as para gestionar ese fenómeno en lo local, que es finalmente donde se materializ­an este tipo de acciones”, indicó Nubia Bautista, directora de Enfermedad­es no Transmisib­les del Ministerio de Salud.

Y, cuando se le preguntó por las demoras en la atención psicológic­a que presentan algunas EPS, Bautista señaló que entre junio y julio se implementa­rá una línea integral de atención en salud. “Esto será un instrument­o concreto y de obligatori­o cumplimien­to que permitirá alinear las acciones de las EPS y las entidades territoria­les para implementa­r las acciones que requieren las personas con trastornos mentales”, puntualizó ■

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 ?? REDACCIÓN Y AGENCIAS ?? Fuente: Medicina Legal. Instituto Nacional de Salud. Dane. Infografía: EL COLOMBIANO © 2022. Ricardo Ramírez P. (N2)
REDACCIÓN Y AGENCIAS Fuente: Medicina Legal. Instituto Nacional de Salud. Dane. Infografía: EL COLOMBIANO © 2022. Ricardo Ramírez P. (N2)

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