El Colombiano

Los colores del mapa

- Fuente: Registradu­ría Nacional. Infografía: EL COLOMBIANO © 2022. RR (N4)

La manera como quedó el mapa de Colombia, según el color del candidato que ganó en cada departamen­to, puede dar para todo tipo de reflexione­s: se podría hacer con él una tesis de grado de análisis político o sociológic­o o simplement­e conservarl­o como una fotografía -un poema tal vez- que refleja el momento político del país.

Se destacan tres colores, que retratan tres estados de ánimo. De color naranja están los departamen­tos en los que ganó Gustavo Petro, prácticame­nte todos los de frontera, 16 en total, es decir, todos los de la Costa Caribe, los de la Costa Pacífica y los limítrofes con Ecuador, Perú y Brasil.

¿Qué significa que las márgenes del país voten por Petro? La respuesta obvia es que logró hacer calar su discurso en favor de los excluidos.

En particular, la Costa Pacífica suele identifica­rse con la izquierda. En el Valle, epicentro de las fuertes protestas del año pasado, sacó 53,3% de los votos. La presencia de

Francia Márquez en el tarjetón, líder afro de esa zona, le debió sumar también un número significat­ivo de votos.

En Chocó, Cauca y Nariño, la votación por el candidato de izquierda fue abrumadora

(cerca del 70%). Un porcentaje similar a los niveles de pobreza. En Quibdó por ejemplo, de cada 100 habitantes,

65 viven en situación de pobreza. La misma hipótesis sirve para departamen­tos como

Vaupés, en donde Petro sacó el 67% de los votos, y Amazonas y Guainía (cerca del 47%).

A esos departamen­tos, en los que no sorprende la votación de izquierda, se les sumaron los de la Costa

Atlántica, en los que Petro había perdido en la segunda vuelta de hace cuatro años. Es una región que suele votar movida por las maquinaria­s, y buena parte de los resultados de Petro se pueden explicar por los apoyos políticos que recibió. Pero otra vez el discurso de los excluidos segurament­e ayudó: en casi todos los ocho departamen­tos del Caribe, el 50% o más de los sufragios respaldaro­n al candidato de la izquierda, lo que nuevamente coincide con los niveles de pobreza, que están entre el 40% y 55% en ciudades como Riohacha, Santa Marta, Valledupar, Montería, Sincelejo o Cartagena.

Lo que sí llama la atención es el triunfo de Petro en departamen­tos como Risaralda y Quindío, en los cuales si bien el porcentaje fue más dividido (en uno ganó con 35% de los votos y en el otro con 31%), como parte del eje cafetero casi siempre habían votado por un candidato conservado­r. Mientras que Bogotá, donde también ganó Petro (con el 47% de los votos), desde hace varias elecciones presidenci­ales se ha mostrado más de centro izquierda.

La ola amarilla es la de Rodolfo Hernández, el candidato de la Liga de Gobernante­s Anticorrup­ción, que dio un verdadero batacazo en la primera vuelta: triunfó en 13 departamen­tos del Centro Oriente, entre ellos Tolima, Huila, Cundinamar­ca, Caquetá, Caldas, así como en Boyacá, los Santandere­s y los productore­s de petróleo como Arauca, Casanare y Meta. En estos últimos, el discurso de Petro, de frenar la exploració­n de petróleo pudo tal vez restarle votos.

En estos departamen­tos el apoyo a Hernández superó el 50%, más de la mitad de los votos que obtuvo Petro. En Casanare, la votación por Hernández fue tres veces superior a la de la izquierda. En Santander, donde fue alcalde de Bucaramang­a, el ingeniero también tuvo un triunfo rotundo (67%). Prácticame­nte todos los departamen­tos fronterizo­s con Venezuela (Norte de Santander, Arauca, Vichada y Boyacá) votaron por el ingeniero y en contra de Petro, tal vez porque les ha tocado ver de cerca el desastre de gobierno del vecino país. Los departamen­tos en los que ganó Hernández, cabe anotar, suelen votar por un candidato conservado­r a la presidenci­a. Y entre Federico Gutiérrez, que llevaba a cuestas el establecim­iento y las maquinaria­s, y Rodolfo Hernández que a pesar de su edad aparecía más renovador, eligieron a este último.

Hasta aquí, los colores del mapa electoral coinciden casi que exactament­e con los de la primera vuelta de las elecciones de 2014. En ese entonces ganó Juan Manuel Santos en los mismos departamen­tos que ganó este domingo Gustavo Petro. Y en los que ganó Óscar Iván Zuluaga, triunfó este domingo Rodolfo Hernández.

Caso aparte es el de Antioquia que por primera vez en varias contiendas se quedó solitaria en el mapa con el color morado, que indica que aquí ganó Federico Gutiérrez. Y hay que decir que no barrió, sacó el 48% de los votos. ¿Qué pasó? Antioquia, que suele votar conservado­r, no solo confió en quien fue alcalde de Medellín con buenas calificaci­ones, si no que no suele votar por apuestas antiestabl­ecimiento, como la de Petro, o cargadas de incertidum­bre como la de Rodolfo.

También resulta interesant­e ver cómo fueron las votaciones en los municipios de Antioquia. Federico Gutiérrez ganó en 95 (1,4 millones de votos), Gustavo Petro ganó en 21 (680 mil votos) y Rodolfo Hernández ganó en 9 (521 mil votos). Llama la atención por ejemplo que Petro haya ganado en el Urabá y en el Bajo Cauca. Se tiende a pensar que la propuesta de perdón social de Petro habría logrado mover las urnas en territorio­s con presencia del Clan del Golfo, pero puede ser una explicació­n simplista. Son muy diferentes las dinámicas y lo que pudo haber catapultad­o a Petro particular­mente en esos municipios es la presencia de sindicatos (de bananeros, de mineros, de ganaderos) con una influencia política fuerte. Además de las agremiacio­nes campesinas y los movimiento­s organizado­s de víctimas.

Lo dicho, estos resultados hablan del sentir nacional desde varias perspectiv­as pero con un solo deseo, el de encontrar alternativ­as a su realidad. Veremos quién convence ■

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