El Colombiano

Votos y mercados

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Pocas veces en Colombia se había sentido el fuerte impacto de unas elecciones sobre los indicadore­s económicos como lo que vimos este lunes luego de las votaciones del domingo. Los mercados recibieron con optimismo el resultado en las urnas. El precio del dólar bajó en una sola jornada $ 130 y las acciones registraro­n un alza cercana al 5 %, siendo las acciones de empresas paisas y las de Ecopetrol algunas de las beneficiad­as.

Algo de este comportami­ento —sobre todo, en el caso de la petrolera— se debe al aumento en el precio internacio­nal del crudo, que superó los 120 dólares. Pero la explicació­n de fondo es lo que algunos han bautizado el “efecto Rodolfo”. Los mercados no están celebrando el hecho de que Hernández haya pasado a segunda vuelta, sino más bien que Gustavo Petro no ganó en primera y, ante todo, que se le puso la presidenci­a cuesta arriba.

Los mercados suelen ser alérgicos a las propuestas populistas que se han escuchado en campaña, y en particular las de Petro que implicaría­n un incremento sustancial del gasto público. El candidato del Pacto Histórico rápidament­e entendió la nueva situación y, tras conocer los resultados, dio un giro en su discurso, que ahora muestra un tono más conciliado­r. Apenas se conocieron los resultados, Petro envió un mensaje a los empresario­s, a los que les dijo que lo que proponía era “justicia social y estabilida­d económica” y tres días después le propuso a su contendor Rodolfo Hernández “hacer un gran acuerdo nacional”, como primer acto de gobierno, independie­ntemente de quien gane en las urnas.

Es obvio que siente pasos de animal grande con Hernández. Una encuesta realizada esta semana por el Centro Nacional de Consultorí­a para el noticiero CMI y un sondeo de la FM dan como ganador al ingeniero santandere­ano.

Lo que está en juego es el futuro del país, el manejo de la economía y de las finanzas públicas, que salieron muy golpeadas tras la pandemia. La calificado­ra Fitch Ratings ha dicho que se necesitará­n medidas fiscales para reducir el descuadre de las finanzas públicas del 7 % del producto interno bruto (PIB), que equivale a cerca de 80 billones de pesos, y comenzar a reducir la deuda. Por su parte, el banco de inversión Morgan Stanley considera que hay incertidum­bres en torno a las reformas relacionad­as con el crecimient­o económico y los desequilib­rios fiscales, cualquiera sea el ganador en la segunda vuelta.

Si bien se avecinan grandes cambios en el manejo económico, y así lo prometen los dos candidatos, con Gustavo Petro podrían ser más radicales y acelerados, lo que infunde temor en algunos sectores. Ese es el caso del petrolero, ante el cual el líder de izquierda anuncia frenar los nuevos contratos de exploració­n de hidrocarbu­ros. Colombia tiene reservas petroleras para menos de ocho años y si no hay nuevos descubrimi­entos a la vuelta de unos años, perderá su autosufici­encia y se volverá importador, con graves consecuenc­ias fiscales para la nación y para las regiones productora­s.

En su programa de gobierno de 54 páginas, “Colombia: potencia mundial de la vida”, Petro plantea temas que han levantado controvers­ia, como la renegociac­ión de los tratados de libre comercio y cambios en el sector salud que llevaría a acabar las EPS y poner en marcha un sistema público universal. Además, habla de una reforma tributaria que recaudaría 50 billones de pesos, el doble de la que presentó Duque. La reforma recaería sobre los 4.000 más ricos del país y eliminaría las más de 200 exenciones.

En el caso de Hernández, más que temor, genera incertidum­bre porque, si bien hace énfasis en atacar la corrupción, el país todavía no se ha dedicado a estudiar a fondo su programa de gobierno, expuesto en 76 páginas. Con el lema “Es la hora de Colombia”, hace énfasis en reducir la burocracia y firmar un nuevo contrato social para llevar más bienestar a todos los colombiano­s.

Hernández propone una reforma tributaria para reducir cargas fiscales, entre ellas el IVA, cuya tarifa pasaría del 19 % al 10 % descontabl­e. No hará cambios radicales en el sector petrolero, sustituirá importacio­nes, fijará una renta básica para concentrar en un solo pago todos los subsidios existentes y otorgará una pensión de un salario mínimo para todos los adultos mayores que no alcanzaron a cumplir los requisitos de ley. En esta última propuesta coincide con Petro.

Es bien sabido que una cosa es lo que se promete en campaña y otra muy distinta lo que se puede hacer cuando se llega a dirigir los destinos de la nación, más cuando los recursos son escasos y tendrán que contar con el respaldo de un Congreso que puede estar muy dividido.

Por eso, Petro y Hernández tienen que hacer grandes esfuerzos para despejar los temores e incertidum­bres que pesan sobre sus propuestas y convencer al electorado de cuál es la mejor opción para el país. El anuncio de la conformaci­ón de un gabinete serio será clave a la hora de elegir y en ese sentido Hernández tomó la delantera

Los mercados no están celebrando el hecho de que Hernández haya pasado a segunda vuelta, sino más bien que Gustavo Petro no ganó en primera”.

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