“Insólita” acción reabre batalla por ProMedellín
Por “vulgarización”, la organización afín al alcalde Daniel Quintero pidió a la SIC permiso para poder usar ese nombre.
La Fundación ProMedellín está lejos de dar su brazo a torcer en medio de la batalla que desde agosto de 2021 se libra en los escritorios de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) por el uso de esa marca.
El pasado jueves 2 de junio, esa organización nacida al interior del movimiento del suspendido alcalde de Medellín, Daniel Quintero, regresó al ruedo e interpuso una demanda con la que busca que la SIC cancele el uso de esa marca supuestamente por vulgarización; es decir, por ser un nombre que hace parte del uso cotidiano en la cultura y por tanto no puede ser de uso exclusivo de una sola empresa.
Mientras esa primera fundación busca con ese recurso reversar la resolución que en abril pasado le impidió registrar aquel nombre, en Promedellín (sin espacios), la organización homónima que es reclamante en el proceso, la movida no cayó bien.
El abogado Juan Giraldo, quien representa a esta última empresa (cuya marca tiene vigencia hasta 2029), calificó el recurso como jugada sucia que, además, podría sentar un mal precedente para todas las organizaciones cuyo nombre acoge el prefijo “Pro” en su estructura (como ProColombia o Proantioquia, entre otras).
La batalla por la marca
Vale recordar que los orígenes de la pelea por el nombre “ProMedellín”, se remontan a julio del año pasado, cuando Diego Romero Vélez, uno de los hom
bres de confianza del hoy suspendido alcalde de Medellín, lideró la creación de una nueva fundación para articular al sector público y privado.
En medio de la fractura que desde agosto de 2020 la administración municipal mantiene con una parte importante del empresariado local, cuyos líderes integran organizaciones como ProAntioquia, la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), entre otras, la naciente “ProMedellín” buscó aparecer como un contrapeso a ese distanciamiento.
En un evento que contó con la participación del alcalde y gran parte del gabinete municipal, la organización fue lanzada como “un tanque de pensamiento para el desarrollo hacia una ciudad” y un “medio para promover la libertad económica y la libre competencia”, tal como se lee
aún hoy en su página web.
Pese al despliegue de aquel evento, el nacimiento de “ProMedellín” tuvo un traspié inesperado, cuando el pasado 13 de abril el director de Signos Distintivos de la SIC, Juan Pablo Mateus Bernal, expidió una resolución en la que negó el registro de su marca, tras recibir la denuncia de una ciudadana identificada como Sandra Callejas que ya tenía registrado el nombre “Promedellín” (sin espacios) previamente y con un objeto similar.
En aquel documento, la SIC calificó entonces a “ProMedellín” como “un signo susceptible de acarrear riesgo de confusión”, negando que la fundación dirigida por Romero Vélez pudiera usar esa expresión para registrarse.
La nueva movida
Aunque desde abril pasado se sabía que dicha decisión podía ser apelada, tan solo hasta la semana pasada se conoció la nueva denuncia interpuesta por el equipo legal de Romero, en la que acudió al argumento de la “vulgarización” para dar una vuelta al problema.
Tal como se lee en una demanda formulada por la firma Vera Abogados, la fundación de Romero propuso que la
marca fuera cancelada y que su uso fuera permitido para su fundación en condición de una “expresión explicativa”.
“El signo Promedellín o sus significados en favor de Medellín o Adelante Medellín, son descriptores de uso necesario, y por lo tanto su inclusión en el ámbito registral no puede impedir el uso de los signos Pro, Medellín y Promedellín por parte de otros actores”, se lee en la demanda, en la que como argumento central se adjuntó una tabla que se extiende por cerca de 88 páginas en la que se citan marcas que usan el prefijo “Pro” y la palabra “Medellín” en sus nombres.
“Yo eso nunca lo habhabía visto en toda mi vida profesional”, aseguró el abogado Giraldo, de la empresa reclamante, alertando que de ser aceptada la lógica de ese argumento todas las marcas registradas con esa estructura podrían ser revocadas.
Según anticipó, su cliente interpondría los recursos para controvertir esa decisión, en un plazo no mayor a 60 días, tal como lo estableció la SIC.
EL COLOMBIANO se puso en contacto con Diego Romero, director de ProMedellín, quien señaló que no se pronunciaría hasta que el proceso en la SIC culmine