Medellín, sin capacidad de respuestas ante la llegada masiva de indígenas
Los habitantes de El 18, del municipio de El Carmen de Atrato, Chocó, arribaron a la ciudad desplazados por la violencia. Están enfermos y hacinados.
Eran las 12:00 de la noche del 10 de mayo cuando unos hombres irrumpieron en el resguardo indígena El 18, del Carmen de Atrato, en Chocó. Con aerosoles grabaron las siglas AGC sobre las fachadas de las casas. Luego abrieron fuego, con ráfagas de fusil, que retumbaron en el poblado.
Desde entonces comenzó un éxodo paulatino. Los primeros 60 alquilaron un bus y llegaron a Medellín sin plata, con hambre y cargando con niños y enfermos. La institucionalidad, en cabeza de la Personería y la Alcaldía de Medellín, los ha auxiliado hasta donde ha sido posible. Sonia Peña, líder del Grupo de Asuntos Étnicos de la Personería, explicó que se ha intentado contener la situación y, en reunión con las gobernaciones de Antioquia y Chocó, se activó un plan para que los que quedaron en el resguardo no se vean obligados a venir a la ciudad.
Pero un líder de la comunidad, que no dio su nombre por temor a represalias de los grupos armados, dijo que en el resguardo quedaron 100 personas. Contó que están confinadas, asustadas; los niños no están recibiendo clases y temen moverse de un lugar a otro. “Es inevitable: esas 100 personas van a terminar viniendo a ciudad capital. No hay una solución pronta para lo que estamos viviendo”, comentó el líder.
La comunidad se encuentra en un albergue prestado por la Alcaldía de Medellín. El líder precisó que no les han dado atención a las personas enfermas y que están hacinados: “Tenemos personas que no han podido atender. En el salón hace mucho calor, no podemos dormir”.
La sede en la que están los desplazados es de la secretaría de la No Violencia. Como la situación fue apremiante, se tuvo que recurrir al espacio de manera extraordinaria. El problema de fondo es que la institucionalidad se ve desbordada para atender a estas personas. De enero a mayo, según la Alcaldía, 1.249 desplazados del Chocó han sido atendidos en la ciudad. A esto se suman los que también migran desde el Bajo Cauca antioqueño, Urabá y otras subregiones.
En diciembre, por ejemplo, suelen llegar indígenas embera desde Pueblo Rico, en Risaralda. Vienen para aprovechar la temporada navideña y vender sus productos, pero arriban tam
bién huyendo de la violencia.
Pues bien, los indígenas de El 18 han padecido ese desborde en la atención. Además del albergue, se quejan de que la comida no ha sido de calidad. Conociendo la situación, la Personería se comprometió, el viernes pasado, a mejorar la alimentación.
Pero lo más preocupante sigue siendo la posible llegada de más indígenas. La Alcaldía ha dicho que son 159 los que están en la ciudad, pero el líder de la comunidad comentó que son más de 200 los que han llegado en seis viajes.
Y es que la situación de orden público no mejora en Chocó. El resguardo está muy cerca de Quibdó, en donde hay confrontaciones entre el Clan del Golfo, los que pintaron las fachadas e hicieron tiros al aire, y el ELN. “Nos han pedido que volvamos, pero, ¿cómo vamos a hacerlo? Tenemos miedo. En Colombia el miedo es justificado, porque sabemos lo que nos puede pasar”, dijo el líder.
Tire y afloje
La situación de la comunidad de El 18 se ha convertido en un tire y afloje. El líder dijo que el alcalde de El Carmen, Jaiberth Ríos, ha hecho caso omiso a las quejas. “Se ha burlado de nosotros”, dijo. Consultado al respecto, el alcalde dijo, por el contrario, que ayer sostuvieron una reunión en El 18 para analizar la situación de orden público.
Ríos comentó que hicieron una verificación de derechos
humanos y se concluyó que la población no está confinada: “Después de haber estado en campo no se evidenció que no hay confinamiento, pese a que ellos se hubieran declarado así. No tienen problema en la movención en la zona. Hablamos con comunidad afro que habita el sector y nos dijo que no hay amenazas”.
El líder de El 18, sin embargo, consideró que no hay garantías para volver al resguardo y aseguró que los niños no están yendo a la escuela: “No podemos volver. Estamos en la mitad de dos bandos, las AGC y el ELN. No hay garantías para regresar y tenemos mucho miedo”, concluyó.
Todavía sin confirmar lugar está prevista una reunión presencial entre los líderes de El 18, la Alcaldía de El Carmen de Atrato y la Gobernación de Chocó. Por ahora se ha considerado a Medellín y Bogotá como sedes. Entre tanto, la Unidad de Víctimas está analizando si incluye a la población refugiada en el registro de víctimas.
Los indígenas solo esperan que termine la horrible noche que comenzó el 10 de mayo