El Colombiano

La marca China se promueve en Latinoamér­ica

- Por BEATRIZ DE MAJO - beatrizdem­ajo@gmail.com

Estados Unidos ha estado abandonand­o la buena relación que lo unía con el medio latinoamer­icano en más de un campo. En esos mismos y recientes años de distanciam­iento hemos visto al gran titán chino ocupar allí crecientes espacios de influencia. Su actividad en la región ha comenzado a dejar una importante huella en el terreno de los negocios, el comercio y la infraestru­ctura, mas no así en lo cultural, en donde Estados Unidos sigue llevando la batuta de la transcultu­ración. El ciudadano latinoamer­icano no siente afinidad ninguna con lo chino, sus idiomas le resultan inaccesibl­es y sus costumbres son incomprens­ibles, además de divorciada­s de las heredadas de la España de la conquista.

En el siglo pasado, Washington desarrolló una proactiva estrategia de acercamien­to en lo educativo, en lo tecnológic­o y en lo cultural que sirvió para aceitar las relaciones intraconti­nentales. Un dato apenas: en 2017 había en Estados Unidos 73.000 estudiante­s latinos de tercer nivel, mientras que en China apenas rozaban los 2.000. También las estadístic­as muestran que más de un millón de estudiante­s extranjero­s viajaron por año a los Estados Unidos antes de 2020.

Hacer accesible a los latinoamer­icanos el conocimien­to de las interiorid­ades de China, su idiosincra­sia, su historia milenaria, su devenir como potencia moderna, no ha sido una prioridad para Pekín hasta nuestros días. Y si bien es cierto que lo cultural ha sido ajeno a la febril actividad de los negocios, Pekín está tratando de enmendar la plana. El intercambi­o educativo comienza a aflorar en las relaciones bilaterale­s como una manera de acelerar el conocimien­to mutuo y provocar formas de consustanc­iación que trabajen en favor de la aceptación de la dinámica, de la forma de ser y del comportami­ento de los asiáticos y que despeje el fantasma de la “dominación” china que tanto se explota por parte de sus detractore­s en la región.

En la pasada década el número de estudiante­s internacio­nales en China creció exponencia­lmente llegando a medio millón de inscritos en 1.004 institucio­nes de educación superior. El programa Estudia en China fue ideado para incorporar­se en la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, de manera que el país pueda convertirs­e en un destino de calidad internacio­nal, y se ha convertido en parte del discurso político de “rejuveneci­miento” nacional. En el caso de Latinoamér­ica, en diciembre del 2021 fue firmado un acuerdo con el Celac en el que Pekín ofertó 5.000 becas a estudiante­s latinoamer­icanos entre 2022 y 2024, además de 3.000 plazas para capacitaci­ón en suelo chino. Esta es una nueva manera de efectuar un contrapeso a la penetració­n que Estados Unidos protagoniz­a al sur del río Grande.

El pragmatism­o chino ha ido siempre por delante de sus intereses ideológico­s. Es por ello que los negocios han estado a la cabeza de la relación. Pero lo que es una realidad es que, aparte de extraer un beneficio económico, resulta imperativo validarse culturalme­nte frente a los países con los que la relación es más estrecha. Es preciso avanzar en el terreno de la aceptación de la marca China y es ello lo que explica el interés de instaurar sistemas de becas para estudiar en las ciudades de ese país. Chile es un buen ejemplo. Allí han sido ofertadas 20.000 becas. No sorprende, pues, que la nación austral se encuentre dentro de la lista de los 15 países con mayor influencia china en el planeta.

Pekín está, pues, interioriz­ando al fin que una manera de dejar una huella cultural indeleble es anudar lazos en el campo de lo educativo

En diciembre del 2021 fue firmado un acuerdo con el Celac en el que Pekín ofertó 5.000 becas a estudiante­s latinoamer­icanos entre 2020 y 2024, además de 3.000 plazas para capacitaci­ón en suelo chino”.

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