El Colombiano

Goleada 5-0

- Por ÓSCAR DOMÍNGUEZ GIRALDO - oscardomin­guezg@outlook.com

Dice la madre de Serrat que uno es de donde comen los hijos. Los nuestros comen en EE. UU. y Australia. Ante la ausencia de Colombia en el mundial de Catar por abundancia de escasez de fútbol, como diría Cantinflas, haré fuerza por estos selecciona­dos.

Es como hacer el amor por wasap, pero “pior es nada”. Fútbol sin alegrarse o sufrir por algún equipo es tan insólito como el soneto sin tercetos.

Motivo adicional para pujar por EE. UU., así tenga un tuitero ( Trump) que espanta: el samario Jesús Ferreira está infiltrado en sus filas.

Hay otras opciones. Por ejemplo, Costa Rica, que, a pesar de no tener ejército, acaba de clasificar en una instancia que tiene un nombre infame: repechaje.

Hablo de hacerle fuerza a los ticos porque su técnico, Luis Fernando Suárez, es de por aquí. Su alegría será la nuestra, de su asistente bogotano, John Jairo Bodmer, y de Iván Niño, preparador físico. Niño es santandere­ano, y estos están de moda.

La cosa no termina ahí: me informan mis fuentes balompédic­as que el analista VAR, Nicolás Gallo, es árbitro ibaguereño.

Faltaba más no estar con Canadá: uno de sus “ágiles”, Jonathan Osorio, nació en Toronto de batea y mecedor colombiano­s.

Imposible dejar por fuera a Ecuador, que cuenta entre sus gladiadore­s con un crack nacido en Tumaco, Nariño. Cuando Chile puso el grito en el cielo por la presencia allí del paisano nuestro y la crónica barajó la opción de que Colombia podría pescar en ese río revuelto, retomé las clases de árabe.

No debería decirlo, pero entre los equipos que he mencionado no hay con qué hacer un caldo. Pero lo dicho dicho está.

Confiemos en que los organizado­res llamen a Shakira post-Piqué para que mueva las caderas en la inauguraci­ón. O a J. Balbin, Maluma o Las Hermanitas Calle. Démosles una oportunida­d a la paz y a la música de carrilera.

Mientras llega el mundial, toca consumir el menú casero. El campeonato está en su fase final, con Nacional en magnífica condición de sumar otra copa. Aunque Ripley no lo crea, lamento que el DIM se haya quedado prácticame­nte por fuera.

A los parientes y amigos que aman al Medellín hasta cuando gana, como el poeta Roca, les he ofrecido el hombro para que lloren y dejen lágrimas y mocos allí.

Se me agotaron las existencia­s de valeriana con algunos. Ahora, si el dolor es muy grande, compartirí­a la cannabis medicinal que me recomendó el doctor. Aunque mejor no: esa cannabis necesita prescripci­ón médica. Chupen por “perderosos”.

El título de esta nota habla de goleada. Me explico, Fico: Deliberada­mente me he abstenido de hablar de política en esta columna. Solo diré que, como el voto es “secretolfo”, el domingo tiraré la moneda al aire. Ojalá no me caiga por el lado de la soledad, como en la canción de Calamaro

“A los parientes y amigos que aman al Medellín hasta cuando gana, como el poeta Roca, les he ofrecido el hombro para que lloren y dejen lágrimas allí”.

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