¿Las OPA de Gilinski dañan al gobierno del GEA?
El banquero postuló su nombre como miembro patrimonial a la junta de Sura. El miércoles, en asamblea extraordinaria, se sabrá si tiene éxito.
“Gilinski aún no se ha hecho a las participaciones accionarias que ha intentado obtener con las OPA”. EXPERTO EN GOBIERNO CORPORATIVO
El inicio el próximo martes de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada por la familia Gilinski por acciones de Grupo Argos tiene en vilo a los pequeños accionistas de las sociedades del llamado Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), quienes además de decidir entre aceptar o no el ofrecimiento, también deberán agendarse para asistir a las asambleas extraordinarias de Sura, programadas para miércoles y jueves, 22 y 23 de junio.
En este contexto, lo que se viene es la continuación del plan desatado en noviembre del año pasado por Jaime Gilinski, cuando lanzó las primeras OPA por Nutresa y Sura. Desde entonces los diferentes grupos de interés de estas compañías han visto una serie de ofrecimientos a través de las firmas Nugil y JGDB Holding, que ya suman siete, y la realización de 14 asambleas extraordinarias de accionistas convocadas por Sura, Nutresa, Grupo Argos y Cementos Argos, con el propósito específico de atender aspectos derivados de estas ofertas y alguna de ellas para recomponer la junta directiva.
Es así como el lunes pasado Sura modificó la composición del órgano directivo y el próximo miércoles volverá a hacerlo, y en esta ocasión Jaime Gilinski aspira a ser uno de los cuatro miembros patrimoniales.
Pero, ¿ cuál es el mensaje que se está enviando con todo este tipo de actuaciones? ¿ Están ajustadas a lo que establecen las buenas prácticas y códigos de buen gobierno corporativo?
Dañino
Algunos consultores de gobierno corporativo consultados por EL COLOMBIANO afirmaron que lo único que se está apreciando en este caso es el formalismo, es decir el cumplimiento de lo que disponen las buenas prácticas de buen gobierno por parte del GEA, aunque la intención de Gilinski es demostrar lo resquebrajada que están las administraciones de las compañías paisas.
“El mensaje hacia afuera es tratar de mostrar lo mal que están las sociedades. Es decir, desde el punto de vista legal y estatutario está todo perfecto citando asambleas, pero lo claro es que ellos quieren hacerle daño a las empresas mediante la aplicación de estrategias como las de llevar y amenazar con pleitos y abogados”, comentaron.
Igualmente, señalaron que, de cara a los potenciales concedentes de crédito o financiadores, los Gilinski procuran mostrar que al interior de las sociedades del GEA no hay unidad de dirección.
En contraste, otros expertos en asuntos corporativos sostienen que lo que se está empezando a observar son movidas naturales, luego de la llegada de un accionista con un porcentaje relevante.
Es así como hay quienes consideran que “lo que están haciendo está ajustado y está en concordancia con las buenas prácticas que incluso contemplan los estatutos”.
Reconocen como atípica la frecuencia que han tenido las citaciones a asambleas extraordinarias por parte de las firmas del GEA en los últimos meses. “Cuando son empresas tan grandes no es lo usual que esto ocurra, pero cuando la compañía está inmersa en este tipo de procesos, de OPA, es habitual que se den este tipo de convocatorias”.
En el caso de las empresas familiares, que son más pequeñas, las asambleas extraordinarias sí son recurrentes, porque es necesario que se estén adaptando a cambios.
“Es de resaltar que en el marco de las buenas prácticas las compañías hagan todo sobre la mesa, sería terrible que no convocaran a nadie y estuvieran haciendo todo tipo de movimientos a la espalda de todos”, mencionaron.
¿Y qué lectura hacen las calificadoras de riesgo, potenciales inversionistas o el sistema financiero? “No debe haber alarma. Lo que se está apreciando es que se respeta el conducto regular y eso es por lo que propende el gobierno corporativo”, señalaron.
Lo visto o lo que viene
Es así como las asambleas han servido principalmente para exponer potenciales conflictos de interés de parte de los miembros de las juntas directivas, pues sobre algunos de ellos ha recaído la responsabilidad a la hora tomar decisiones acerca de aceptar o no las OPA.
Un componente novedoso tuvo la reunión extraordinaria de accionistas de Sura celebrada el pasado lunes, 13 de junio, la cual fue convocada por solicitud de Gilinski, en su calidad de principal socio de la empresa con el 37,86%, y en la que se eligió una nueva junta directiva pese a que la venía operando había sido escogida en una asamblea ordinaria realizada el 25 de marzo, es decir menos de tres meses, y en la que había participado Gilinski.
Cuando todavía se estaba asimilando el tercer asiento obtenido por Gilinski en la junta de Sura que es de siete integrantes, otros accionistas de la holding financiera pidieron realizar una nueva reunión extraordinaria con el mismo propósito: elegir junta directiva.
La asamblea que se hará el miércoles, 22 de junio, a las siete de la mañana en el teatro de Suramericana en Medellín se convocó a instancias de Grupo Argos, Cementos Argos, Sator y Fundación Argos, sociedades que poseen más del 36,02% de Sura.
El viernes Jorge Mario Velásquez, Alejandro Piedrahita, María Carolina Uribe y Jaime Bermúdez presentaron renuncia a sus cargos como miembros de la junta. La apuesta de Argos es que se nombre a Luis Javier Zuluaga Palacio, Pablo Londoño Mejía, Luis Felipe Hoyos Vieira y Guillermo Alberto Lema Jaramillo como miembros patrimoniales. Y a Sebastián Orejuela Martínez, Luis Santiago Cuartas Tamayo, y Lina María Echeverri Pérez como independientes (ver Para saber más).
Pero, la agenda no se detiene y al día siguiente como respuesta de la revisoría fiscal de Sura, E&Y, a una petición de Gilinski habrá una nueva sesión extraordinaria, a las nueva de la mañana en el hotel Marriott de Medellín.
Según el aviso de convocatoria se propondrá practicar una reforma de estatutos que le permita a la asamblea de accionistas decidir sobre la OPA por Grupo Argos, es decir que esta determinación no la tome la junta directiva. Sura posee el 35,32% de las acciones de la holding de infraestructura y Gilinski quiere quedarse con una porción que oscila entre el 26% y el 32,5%