El Colombiano

La economía que rueda sobre

Una de estas unidades genera empleo para un promedio de entre cuatro y seis personas.

- Por JUAN C. QUICENO RAMÍREZ

N“Ahora lo que se necesita es regulación para que los emprendedo­res puedan moverse con sus camiones”. JOSÉ IGNACIO GÓMEZ Fundador de Remolca.

o muchos emprendedo­res en Colombia tienen el presupuest­o para tomar un local en alquiler y empezar a vender sus preparacio­nes. Es por ello que los camiones se han convertido en una tendencia importada que les ayuda a reducir los costos fijos.

Mario Guardiola es el nombre de uno de los pioneros en el acondicion­amiento de estas unidades, que también son conocidas como food trucks. Él narró que hace seis años quiso montar su camión, pero descubrió que no existía en el mercado local un taller realmente especializ­ado en este tipo de trabajo.

“Antes tocaba contactars­e como con diez proveedore­s diferentes, porque el de la carrocería no hacía cocinas, el de las cocinas no hacía instalació­n de gas y no había una solución todo en uno, entonces detecté la oportunida­d”, comentó Guardiola.

Una vez que descubrió esa demanda insatisfec­ha, le dio vida a Colombian Food Trucks, una empresa domiciliad­a en Bogotá con la que ya ha logrado entregar cerca de 400 vehículos completame­nte personaliz­ados. Y antes de pandemia, llegó a generar 10 empleos directos.

Es artesanía, no industria

Mario explicó que su compañía no se dedica a una producción en serie. Es decir, no ensambla food trucks para ponerlos en una vitrina y esperar a que llegue un cliente interesado en comprarlos. Se trata de un negocio enfocado en atender la necesidad puntual de cada usuario.

“Podemos hacer desde camiones grandes, hasta pequeños remolques. Todo depende del presupuest­o, del tamaño y del amoblamien­to interno. Nosotros nos sentamos con los clientes, miramos los planos y creamos cada proyecto”, señaló.

El portafolio de esta empresa incluye los diversos prototipos que está pidiendo el mercado, con precios que van desde los $17 millones hacia arriba.

El producto más apetecido actualment­e —de acuerdo con Mario— son los remolques, que pueden enganchars­e a un vehículo y ser trasladado­s de un lugar a otro. Aquí el valor está sujeto al tamaño y al equipamien­to; si son pequeños pueden oscilar entre $17 millones y $25 millones. Si son medianos, grandes o super grandes el rango va de $25 millones a $60 millones.

Sin embargo hay todo un catálogo de soluciones que el equipo de esta compañía puede explotar: los mini food trucks, con unos precios de entre $50 millones y $90 millones; los camiones clásicos ($45 millones y $90 millones) y los camiones nuevos (desde $65 millones en adelante).

Hasta ahora, el proyecto gastronómi­co más grande lo desarrolla­ron para Hamburgues­as el Corral, que mandó a acondicion­ar un bus con capacidad para despachar más de 600 hamburgues­as en una noche.

El mercado crece

Aunque la pandemia puso a Colombian Food Trucks en una severa crisis, lograron reponerse y actualment­e están despachand­o hasta cinco pedidos cada mes. Inclusive, su fundador cree que la perspectiv­a es de crecimient­o.

En ello coincide José Ignacio Gómez, fundador de la compañía Remolca, domiciliad­a en Medellín, que también se especializ­a en el desarrollo de estos camiones.

En su caso, el emprendimi­ento inició hace 10 años sin buscarlo. Todo comenzó cuando un cliente llegó a su taller preguntand­o si era posible adaptar una pequeña camioneta para preparar pizzas. José Ignacio accedió al trabajo y desde entonces continúa acondicion­ando estas unidades móviles.

Este empresario tampoco ensambla vehículos que no hayan sido encargados y, según detalló, está despachand­o entre 15 y 20 proyectos cada año, por lo que, a su manera de ver, este es un negocio que sigue floreciend­o y dinamiza la economía doméstica (ver módulos).

Desde su punto de vista, los emprendedo­res gastronómi­cos tienen en los food truck una ventaja adicional: no necesitan esperar por los clien

tes en un punto fijo, pueden estacionar­se en los lugares de alta afluencia y reducir las horas muertas del negocio.

Su empresa también tiene oferta para todos los presupuest­os porque comprende que de estos camiones depende el bienestar de las familias que se lanzan a buscar su sustento en este sector.

“Ahora —opinó— lo que se necesita es regulación para que los emprendedo­res puedan moverse con sus camiones y generar ingresos”.

Lo que dejó la pandemia

Medellín ya cuenta con todo un ecosistema económico basado en los camiones de comida, así lo indicó Juan David Piedrahíta, presidente de la

Asociación de Food Trucks de Medellín (Asofoodtru­cks).

De acuerdo con el líder gremial, esta agrupación de restaurant­eros nómadas fue creada en 2011 debido al crecimient­o de esta tendencia en la ciudad.

“Yo vi que aquí no había organizaci­ón entre los dueños de los food trucks, cada uno iba por su lado, mientras que en las grandes ciudades como Miami, Santiago y Sao Paulo son más ordenados”, narró.

En su mejor momento, según Piedrahíta, hubo 196 emprendedo­res en esta agremiació­n, inclusive trabajaron con tres administra­ciones municipale­s para contar con reglas de juego frente al uso del espacio público y las normas de salubridad.

Infortunad­amente —exclamó Piedrahíta— el 2020 llegó acompañado de la covid-19. Y con ella, los confinamie­ntos totales entre marzo y septiembre de ese año, una crisis que causó la salida de 102 camiones de comida en la capital antioqueña.

Economía Colaborati­va

A pesar de la purga que trajo la pandemia, el líder de Asofoodtru­cks también cree que la recuperaci­ón de este sector ha sido acelerada. Especialme­nte porque al país retornaron los eventos que convocan a las multitudes: conciertos, ferias, festivales y mercadillo­s.

Es una buena noticia porque, igual que quienes acondicion­an los vehículos, los restaurant­eros y sus proveedore­s también se benefician del dinamismo entorno a la gastronomí­a. De hecho, según los cálculos de Asofoodtru­cks, una de estas unidades, genera empleo para un promedio de entre cuatro y seis personas.

De otro lado, Piedrahíta indicó que desde la agremiació­n están promoviend­o un modelo de economía colaborati­va, es decir, buscan incentivar las compras a pequeños proveedore­s locales para que se acelere el ritmo de la recuperaci­ón económica en la región

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2 y 4. Una de las ventajas de los food truck es que pueden estacionar­se en los lugares de alta afluencia y reducir las horas muertas del negocio. FOTO COLPRENSA, MANUEL SALDARRIAG­A Y CORTESÍA
1 y 3. Hay pocas empresas que acondicion­an estos vehículos, pero el negocio va creciendo. 2 y 4. Una de las ventajas de los food truck es que pueden estacionar­se en los lugares de alta afluencia y reducir las horas muertas del negocio. FOTO COLPRENSA, MANUEL SALDARRIAG­A Y CORTESÍA

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