El Colombiano

De pactos a videos

- Por BERNARDO A. GUERRA HOYOS - cerocorrup­cion@bernardogu­errahoyos.com

Hoy es un día de prueba para la democracia colombiana.

En esta jornada electoral nuestro voto tiene que ser razonado, estudiado, consciente, responsabl­e, pensando en lo que le conviene a Colombia.

Decidiremo­s qué clase de gobierno es el que queremos tener en los cuatro próximos años, ¿o serán doce como afirman algunos afiebrados militantes del Pacto Histórico?

Llegamos a esta segunda vuelta para la elección presidenci­al después de atravesar un tortuoso camino, un ominoso camino, diría más bien.

Nos hemos visto obligados a presenciar el lamentable espectácul­o de uno de los contendien­tes, el señor Gustavo Petro, cuya campaña ha acudido a toda clase de subterfugi­os, triquiñuel­as y jugadas sucias que bordean peligrosam­ente el Código Penal.

Primero fue el “pacto de la Picota”, con el que se pretendió aviesament­e recoger apoyos entre delincuent­es comunes, narcos, corruptos y extraditab­les que purgan penas en la cárcel nacional, a cambio de un difuso y confuso y en todo caso absurdo e imposible “perdón social”, algo así como un indulto para tan señalados malhechore­s.

Fueron repetidas las visitas a la Picota, a pesar de los impediment­os legales, para conferenci­ar con los tales sujetos convertido­s por obra y gracia de los representa­ntes del Pacto Histórico en protagonis­tas del acontecer político del país.

Pero las sorpresas no terminaron ahí.

Esta semana los medios de comunicaci­ón dieron cuenta de las grabacione­s de la campaña Petro, en la cual se revelan el juego sucio, los propósitos de anular, atacar y destruir con calumnias y mezquindad­es a los rivales, agresiones de las cuales no se salvó nin

El país debe tener un propósito claro: afrontar con decisión y valor la corrupción que desde hace años nos aqueja y que no ha podido tener una solución efectiva en ninguno de los últimos gobiernos”.

guno de los candidatos diferentes a Petro. Todos fueron víctimas de esas viles y punibles jugarretas que, en últimas, son un asalto a la buena fe de los ciudadanos y de la democracia en nuestro país.

El juego deshonesto de los asesores de Petro, entre los cuales se destaca el senador Roy Barreras, nos indica la clase de personas que aspiran a llegar al poder para hacer de Colombia un país sometido al desventura­do populismo.

Si queremos mantener vigente la República, tenemos que erradicar de raíz comportami­entos como los señalados, que nos colocan en un muy mal nivel en el concierto internacio­nal como una suerte de Estado bananero. Porque esa es la máxima expresión de la corrupción institucio­nalizada en los partidos y movimiento­s políticos que aspiran a dirigir la nación con un gobierno corrupto y corruptor.

El país debe tener un propósito claro: afrontar con decisión y valor la corrupción que desde hace años nos aqueja y que no ha podido tener una solución efectiva en ninguno de los últimos gobiernos. La lenidad en las penas, absurdas por lo bajas, y la no recuperaci­ón de lo hurtado han hecho que delinquir sí pague, como se dice en algunos sectores.

Acompañemo­s con nuestro voto a Rodolfo Hernández por un mejor país.

Post Scriptum: Mucho se ha dicho de los oscuros manejos que se han dado en la alcaldía de Quintero en la licitación de atención de adultos mayores por valor de $ 27.000 millones de pesos. Con esos manejos se favoreció a uno de los proponente­s que se ha denunciado. ¿Otra licitación con burro amarrado?

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