Una pregunta, mi pregunta
Qué tan difícil es escribir en tiempos electorales. Yo siento que hay un despertar hacia una ciudadanía política y lo celebro. Agradezco todas las opiniones, conversaciones y aprendizajes que me deja el diálogo sobre la participación y la democracia. Cada persona con quien me encuentro tiene una sensación con respecto a este momento de país, todas preguntas y sensaciones válidas. El miedo, la esperanza, el desinterés, la rabia…
Por mi parte, he buscado optimismo, mirada de futuro y construcción. Busco, entre las sensaciones, respuestas, pistas, hilos sobre los cuales construir cuerdas fuertes y lazos que nos sostengan. Me gustan las conversaciones que se llevan sobre la confianza, sobre encontrar los puntos que tenemos en común para reconstruirnos. En este momento, escojo creer, confiar y pensar de manera positiva.
Me siento en modo viajero, alerta, intrigada y con la curiosidad despierta. Trato de absorber y plantear desde mis sentidos una historia que funcione para mí, y quizás también para otros. He tenido, además, la estimulante posibilidad del viaje, salir a aprender, a conocer nuevas culturas y vivir a otros ritmos. Someternos a este tipo de cambios de rutina nos lleva a nuevas preguntas, hacer nuevas conexiones desde lo desconocido y nuevo. Nos permite comparar realidades.
En esta ocasión, la mirada de viaje me ha dejado una reflexión importante sobre la mentalidad, sobre los tiempos y las certezas que existen para cada ser humano dependiendo de su cultura y su país, sobre todo cuando son lugares con un alto nivel de desarrollo. Pienso en estudiosos del tema buscando aprender más, no quedarme solo en preguntas. Por un lado, leo a Maslow, que declara en su pirámide que las necesidades básicas deben estar cubiertas para poder plantear otras dimensiones del desarrollo humano, como la libertad y la confianza. O un Max Neef, desde una mirada diferente, en la cual las necesidades básicas son precisamente estas, las libertades, las conexiones, la identidad, entre otras. Quiero indagar más para entender cómo podemos elevar nuestro nivel de consciencia para construirnos en los nuevos paradigmas que existen como sociedad.
Tomando esto como un espejo, creo que tenemos que hacernos más preguntas sobre nuestras incertidumbres, sobre nuestros miedos. Definitivamente, no somos una sociedad que tiene todo resuelto (pocos países y sociedades cuentan con esta realidad), pero tenemos la posibilidad y el deber de reflexionar sobre lo que necesitamos. Creo que nos debemos más espacios para buscar certezas, mitigar nuestros miedos y, a partir de ahí, hacer una nueva construcción colectiva.
Puede sonar a utopía, recuerden que me declaré en estado de optimismo y modo viajero, pero espero que nunca dejemos de buscar esa vida con libertades, con certezas, con menos miedos. Que así podamos construir desde la confianza, reconociendo al otro, celebrándolo, incluyéndolo. Que esta utopía nos permita construir colectivamente y encontrar caminos para una nueva sociedad
“Creo que nos debemos más espacios para buscar certezas, mitigar nuestros miedos y, a partir de ahí, hacer una nueva construcción colectiva”.