Manuela Henao, un pulmoncito en la ciudad
“París es una zona con densidad demográfica muy alta. Es la comuna más habitada de Bello y es una zona marcada por el abandono estatal. La población no tiene acceso a educación de calidad, a un sistema de salud digno. Y la juventud no tiene acceso a espacios sanos de recreación. Acá hay una zona rosa gigante, llenísima de discotecas, hay muchos parques y canchas, pero esos parques y esas canchas son espacios que se los tomaron los grupos armados al margen de la ley, las dinámicas del microtráfico. No son espacios seguros para la juventud. Nosotros quisimos instalar una especie de pulmoncito en la mitad del barrio, donde la gente pueda venir, pueda acceder a una programación artística y cultural, pueda tener un espacio donde venir a estudiar, conversar, generar diálogo de lo que nos pasa como comunidad, de lo que sentimos, de lo que vivimos.
Todo nace desde el teatro. Primero solo éramos una corporación de teatro, pero poco a poco se han expandido esos horizontes y hoy tenemos una escuela de educación popular y tenemos clases de danzas folclóricas, de piano, de teatro y de teatro infantil. Queremos ayudar a perfilar proyectos de vida diferentes a los que el mismo territorio ha condicionado: perfiles de supervivencia. La mayor parte de los hogares de la zona están conformados por un solo progenitor. Además, los jóvenes están expuestos al reclutamiento de las bandas. No podemos solucionar todos los problemas, pero sí dar insumos para que los proyectos vitales comiencen a cambiar. Hemos tenido tres cohortes de un preuniversitario popular y algunos de los chicos pasaron a la universidad.
La biblioteca se fundó en septiembre de 2019 y lleva su nombre en homenaje a la pintora bellanita Lola Vélez. Lo hicimos porque la institucionalidad no se esfuerza mucho en darle permanencia a ese legado. En la fundación de la biblioteca participamos Zully Melissa Ballesteros, Manuela Henao Aguirre, apoyadas por Leidy Laura Castrillón. Acá todas somos voluntarias. Además de la biblioteca, la casa cuenta con un teatro para cincuenta personas y con un café bar.
En este momento buscamos iniciativas para lograr la sostenibilidad. Hacemos eventos y realizamos obras de teatro con precios de entrada pequeños que nos permitan acercar a la comunidad y al tiempo ser sostenibles. El café bar todavía no lo es.
Los libros que tenemos fueron donados por la comunidad. Debemos meses de arriendo porque este edificio no es nuestro. Participamos en las convocatorias municipales, departamentales y del ministerio de cultura. También hemos incursionado en el teatro corporativo”.
“Los proyectos bibliotecarios han sido el producto de los esfuerzos, de las demandas e incluso de las luchas emprendidas por los grupos sociales”. DIDIER ÁLVAREZ Docente UdeA.