El Colombiano

ExFarc reconocier­on secuestro, pero no aceptan el delito de esclavitud

Siete exmiembros del secretaria­do respondier­on a preguntas de víctimas y magistrado­s.

- Por DANIELA OSORIO ZULUAGA

El policía ( r) César Lasso asistió a la audiencia de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz con las cadenas gruesas con las que estuvo subyugado durante su secuestro de 13 años. Sosteniend­o el peso del metal en las manos y en el cuello, les pidió a sus victimario­s la verdad y les recordó las “humillacio­nes, los maltratos y las torturas” a las que fue sometido por la entonces guerrilla de las Farc, “solo por representa­r una institució­n”.

La imagen conmovió a los asistentes de la Audiencia y al resto del país que seguía ese momento histórico por los canales de televisión y las transmisio­nes en directo. Por primera vez en la historia de Colombia, siete máximos comandante­s de la extinta guerrilla de las Farc miraron a sus víctimas a los ojos y reconocier­on ante los magistrado­s cinco décadas de secuestro en los que torturaron, asesinaron y sometieron a trabajos forzosos a sus secuestrad­os, cometiendo crímenes de guerra y de lesa humanidad no amnistiabl­es a la luz del Derecho Internacio­nal Humanitari­o.

El evento se llevó a cabo en la Biblioteca Virgilio Barco, de Bogotá, y se convirtió en la primera de tres jornadas –21, 22 y 23 de junio– en las que siete máximos miembros del último secretaria­do de las Farc aceptan las imputacion­es impuestas por la JEP y por la magistrada Julieta Lemaitre, quien dirige el caso.

El escenario permaneció idéntico durante las más de ocho horas de audiencia de este martes: al lado izquierdo se sentaron los excomandan­tes, en el centro los magistrado­s y a la derecha fueron pasando las víctimas que representa­ban civiles y militares secuestrad­os durante la guerra con fines económicos, de presión mediática o de canje. Estos últimos eran llevados a cautiverio con el fin de ser intercambi­ados por guerriller­os presos.

Esclavitud y tensión

El primer momento tensionant­e de la jornada vino por parte del delito de esclavitud. Pese a que los exFarc se acogieron a los demás cargos imputados por la JEP, decidieron pelear hasta el final por ese delito que ellos considerab­an errado.

Tras leer los expediente­s de cada uno de los imputados, Lemaitre hizo una pausa y leyó lo que se vio como una pequeña derrota para los magistrado­s: “la Sala reexaminó la calificaci­ón jurídica del trabajo forzoso que algunos frentes les impusieron a los secuestrad­os a solicitud de la Procuradur­ía General de la Nación y concurrió en que había hechos de esclavitud. Los comparecie­ntes, si bien reconocier­on que hubo trabajos forzosos y que se trató de hechos graves y no amnistiabl­es, presentaro­n una controvers­ia sobre la calificaci­ón jurídica. Dado que los hechos y la gravedad fueron reconocido­s, la Sala consideró que la controvers­ia de la calificaci­ón jurídica se debe dar ante el Tribunal de Paz y para ello lo remitirá”, admitió Lemaitre.

Eso, en palabras sencillas, significó que la magistratu­ra cedió a los requerimie­ntos de la defensa del exsecretar­iado de las Farc y permitió que esa discusión sobre si se le debe llamar trabajo forzoso, como quieren los excomandan­tes, o esclavitud, como quieren la Procuradur­ía y la JEP, se dé ante el Tribunal, que era justo lo que pedían los comparecie­ntes.

Sin ese lío de por medio, la audiencia pudo seguir su curso y cada uno de los siete exFarc tuvo su momento para hablar. Pero la voz de Lemaitre y los demás magistrado­s fue firme cuando intentaron desviarse o exculparse de sus delitos. “La razón por la que ustedes están aquí no es por las veces que trataron bien a los secuestrad­os, sino al contrario. Hablen de los hechos

victimizan­tes, de las torturas”, dijo la magistrada cuando uno de ellos intentó hablar de las acciones buenas de los exFarc con los secuestrad­os.

Y ese mismo tono se mantuvo durante el resto de la audiencia. Cada tanto uno de los togados les reiteraba que no era el espacio para justificar­se. “Quiero que hablen de las cadenas, de las torturas, de la falta de comida y el aislamient­o”, dijo una de las miembras de la JEP como orden hacia los excomandan­tes.

Los 12 diputados del Valle

Dado su carácter restaurati­vo, esta audiencia también era un modo de darle la cara al país y responder por las preguntas de las víctimas. Por eso, estas últimas tuvieron un papel protagónic­o y prevalente dentro de la audiencia.

En una de esas oportunida­des para preguntar, el exdiputado del Valle, Sigifredo López, secuestrad­o entre 2002 y 2009, preguntó quién dio la orden de secuestrar­lo a él y a los otros 11 diputados del Valle. En respuesta, varios de ellos aseguraron no saber nada al respecto hasta que llegaron a la voz del exguerrill­ero Pablo Catatumbo, quien responsabi­lizó a tres altos mandos de ordenar ese secuestro: Alfonso Cano, J.J y Francisco Benavidez.

Tras conocer esa verdad, y pese a insistir en que ya perdonó a sus captores, López mencionó: “ustedes son genocidas, al igual que lo fue Hitler. Ustedes son una manada de asesinos y de criminales, que merecen el repudio de la sociedad colombiana”

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FOTO COLPRENSA Las víctimas de secuestro fueron protagonis­tas del encuentro. Tuvieron momentos para preguntar y evaluar los reconocimi­entos de verdad que hicieron los exFarc.
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JAIME ALBERTO PARRA

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