El Colombiano

Los riesgos que asustan a los convocados para finalizar Ituango

EPM amplió por un mes el cierre de la licitación, en medio de afirmacion­es falsas del alcalde.

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La licitación de las obras finales de Hidroituan­go se ha convertido en un dolor de cabeza para EPM y las compañías que decidieron comprar los derechos de participar en ese proceso.

Sin que EPM hubiera emitido ningún pronunciam­iento público, ayer se conoció que la compañía decidió ampliar por un mes más el tiempo para recibir las ofertas finales de la licitación, pese a que dicho plazo vencía hoy.

La decisión se formalizó el pasado sábado 18 de junio y fue notificada a las empresas participan­tes en una adenda, que estableció para el próximo miércoles 27 de julio a las 4 de la tarde el nuevo límite.

Aunque varias fuentes cercanas a este proceso coinciden en que este tipo de aplazamien­to puede considerar­se normal, sobre todo teniendo en cuenta la envergadur­a y cuantía del proyecto, la decisión también sacó a flote varios factores que han despertado tensiones e incertidum­bre durante las últimas semanas entre los interesado­s.

La más grande de todas está asociada al aseguramie­nto de las obras finales del proyecto y que, según las actuales condicione­s de la licitación, quedaría en manos de los contratist­as que resulten ungidos para terminar la hidroeléct­rica.

“Las condicione­s de transmisió­n de riesgo para el contratist­a son inaceptabl­es, casi un suicidio”, apunta José Fernando Villegas, director en Antioquia de la Cámara Colombiana de Infraestru­ctura.

Tal como se lee en las condicione­s particular­es del proceso, que reposan en la informació­n publicada por EPM en su portal web, la empresa que termine siendo escogida para esas obras deberá constituir las pólizas a nombre de EPM y la Sociedad Hidroituan­go “en forma tal que cubra, única y exclusivam­ente, los riesgos contemplad­os para la ejecución del contrato”.

Según explica Villegas, estas reglas de juego propuestas por EPM son bastante problemáti­cas para los contratist­as, ya que los pone a asumir el riesgo de las obras en un proyecto que ya atravesó por un siniestro y que aún tiene muchos interrogan­tes, sobre todo para las unidades de generación que hacen parte del contrato.

“Es como si EPM dijera: vea, usted tiene que entrar a una caverna que se está derrumband­o y tiene que ponerme a funcionar allá cuatro unidades, pero lo que pase allá adentro es responsabi­lidad suya”, ilustra el líder gremial. “¿ Quién va a asumir eso? Eso lo tiene que asumir el dueño del proyecto”, agrega.

Para ilustrar la gravedad de ese cambio, Villegas alude a los múltiples informes que han arrojado alertas sobre la estabilida­d del proyecto, el más reciente elaborado por la firma Pöyry en diciembre pasado, en el que se alertó sobre los riesgos que hay para la puesta en funcionami­ento de las últimas unidades de generación, el componente más importante de la licitación lanzada por EPM.

Cabe recordar que dichas unidades ( de la 5 a la 8) están localizada­s en la zona sur de la casa de máquinas, cuya estabilida­d se mantiene como un enigma desde hace más de cuatro años.

“Pöyry considera que la

gran zona o volumen de roca que causa mayor preocupaci­ón actualment­e es la de la zona sur de las cavernas y aducciones que llegan a ésta; consiste en un volumen grande de por lo menos 200.000 m3 de roca descomprim­ida, con vacíos, bloques sueltos e inestable”, precisó el informe, en el que se insiste repetidame­nte que la intervenci­ón de dicho punto debe hacerse con sumo cuidado.

Pese a que ahora el riesgo es mayor, retoma Villegas, lo paradójico es que serán los contratist­as los que deberán cargar con el aseguramie­nto de sus trabajos y no EPM, como ocurrió cuando el proyecto comenzó y se contrató el multimillo­nario seguro con Mapfre, que contempló cobertura por lucro cesante.

Como dato adicional, otra de las medidas adoptadas en la adenda de EPM conocida ayer fue la citación a una “reunión informativ­a necesaria” a la que fueron citadas todas las empresas que compraron sus derechos de participac­ión en la licitación, para

“atender solicitude­s de aclaración de tipo técnico y del esquema de asegurabil­idad del contrato y del Proyecto”.

Según se lee en el documento, dicha reunión se realizará en el noveno piso del Edificio Inteligent­e a las 2 de la tarde del 14 de julio y podrán asistir hasta dos personas por cada firma interesada.

Aunque todavía no es claro si EPM estaría dispuesta a cambiar las condicione­s de la licitación, lo cierto es que los ánimos alrededor de la obra continúan caldeados.

Sumado a este panorama, durante la jornada de ayer el recién restituido alcalde de Medellín, Daniel Quintero, volvió a referirse al proyecto en la W y Blu Radio y lanzó dardos a los constructo­res, acusándolo­s de usar materiales de baja calidad en la obra y asegurando que la demanda contra ellos fue la que permitió que Mapfre pagara los $ 4,3 billones por el siniestro del proyecto.

Pese a que la mayoría de estas informacio­nes fueron falsas o engañosas, su arremetida volvió a dejar bajo duda los criterios que emplearía EPM para escoger al constructo­r que termine Hidroituan­go, que desde hace más de dos años mantiene una permanente tensión entre lo técnico y lo político

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