De la pesadilla a la gloria
Dramática, así fue la consecución de la estrella 17 de Atlético Nacional en Ibagué.
Desde los primeros minutos, el Deportes Tolima, alentado por su público, salió con la garra del pijao a herir de muerte la ilusión verdolaga.
Ya a los once minutos vino la primera acción clara, en un remate de Rodrigo Ureña que controló Kevin Mier, pero la presión de los dirigidos por Hernán Torres no cedía y el primer gol apareció al minuto 18, después de un remate de Junior Hernández que desvió Emanuel Olivera.
Esa anotación terminó por desmoronar los nervios del equipo verde que se sentía amedrentado por una tribuna imponente y por un equipo que salió a ahogarlo desde el primer minuto.
El técnico Hernán Darío Herrera no encontraba respuestas a la pesadilla que estaba sucediendo en la cancha, mientras su asistente, Carlos Piscis Restrepo, gritaba desesperado para intentar cambiar el semblante del juego.
Nacional se demoró 26 minutos para generar la primera jugada de riesgo sobre la portería del conjunto local. Un pase en profundidad para Jéfferson Duque que remató y rozó el travesaño.
Unos minutos después de nuevo Duque la volvió a tener, pero su disparo se estrelló en un rival.
Cuando se pensaba que Nacional había salido de la presión llegó lo peor: una pelota al área verdolaga que encontró muy bien ubicado a Juan Fernando Caicedo, quien puso el 2-0 y de esa manera igualaba la serie 3-3.
Los jugadores de Nacional se reprochaban unos a otros por lo ocurrido y en el banco, el cuerpo técnico lucía desconcertado. De ahí para adelante comenzaría un nuevo partido.
Nacional necesitaba de liderazgo y lo tenía en la banca. Alexánder Mejía observaba el partido agazapado al mejor estilo del técnico Juan Carlos Osorio. El “Arriero” lo llamó a calentar para que estuviera listo para la segunda parte.
Lo mejor que le podía pasar al club antioqueño en ese momento era que el árbitro pitara el final de la primera etapa.
Terminaron los primeros 45 minutos y había caras largas entre la prensa antioqueña que acompañaba al equipo, mientras en la de los hinchas pijaos brillaba la ilusión, porque ya habían conseguido lo más difícil que era igualar la llave.
Cambio de ritmo
Comenzó el segundo tiempo, ya con Mejía y Yeison Guzmán en la cancha, pero la pesadilla no había acabado y a los cinco minutos el árbitro decretó penalti a favor del Tolima después de revisar el VAR.
Pero en toda pesadilla hay un héroe que ahuyenta a los fantasmas y para Nacional ese hombre fue Kevin Mier, quien primero le atajó el penalti a Daniel Cataño y en la reacción fue agredido por el jugador del Tolima que fue con los taches arriba lo que provocó su expulsión.
Un aire
En ese momento Nacional tomó un segundo aire, le arrebató la pelota al Tolima y mandó a la cancha a Giovanni Moreno. Sin embargo, más allá de que tuvo la posesión careció de profundidad y cuando la logró, el VAR le anuló un gol por fuera de lugar a Dorlan Pabón a los 69 minutos.
El libreto no cambió en lo que restaba de partido. El Tolima esperando y apelando a la velocidad y Nacional buscando espacios que le permitieran una anotación para evitar los penaltis.
Pero la estrella estaba destinada a definirse de manera agónica y así como Olivera había sido verdugo para Nacional en el primer gol, este vez peinó una pelota en el área para que Jarlan Barrera anotara el tanto con el que Nacional finalmente pudo gritar campeón después de cinco años