El Colombiano

El encarte de EPM con la licitación de Hidroituan­go

La insistenci­a de Quintero de cambiar de contratist­as le puede salir caro a EPM.

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La semana pasada se vencía el plazo para que las firmas interesada­s en terminar Hidroituan­go presentara­n sus propuestas. Sin embargo, sin hacer bulla alguna, EPM les dio un mes más.

El aplazamien­to podría parecer un asunto de trámite tratándose de un proyecto de esta magnitud, pero en este caso no lo es. La realidad es que existe un gran temor dentro de EPM de que ninguna firma, ni de Colombia ni del mundo, se apunte a ese negocio tal y como están las condicione­s del pliego de la licitación.

Las alarmas se prendieron en una reunión antes de las elecciones presidenci­ales en la que EPM convocó a las firmas interesada­s para ver qué tan en serio se estaban tomando el proceso. Y, para preocupaci­ón de todos, solo llegaron dos de las diez empresas que habían comprado el derecho a estar en la licitación. Por eso, en un comité interno de EPM, el encargado de liderar el proceso le dijo al gerente de EPM, Jorge Carrillo: “Gerente, yo no les veo ganas de presentars­e. Si seguimos avanzando puede pasar que nadie entregue propuestas”.

En ese momento fue que decidieron ampliar el plazo un mes. Y además se les ocurrió citar a una “reunión informativ­a necesaria”, para el 14 de julio, es decir, antes de que termine el nuevo plazo, para tantear si hay quién se apunte o no.

Si no consiguen quien se apunte será un medio descalabro en el embeleco de Daniel Quintero de cambiar de contratist­as.

¿Cuál es el problema?

El problema de fondo es que Hidroituan­go no tiene hoy algo que es crucial: la póliza todo riesgo en construcci­ón. En teoría, en caso de que ocurra algo, a quien se gane el contrato le tocaría asumir todos los riesgos, según el pliego que publicó EPM. Expertos aseguran que solo un `kamikaze' sería capaz de apuntarse a ese negocio sin esa póliza.

Vale la pena repetir las palabras de José Fernando Villegas, director de la Cámara de la Infraestru­ctura en Antioquia: “Es como si EPM dijera: vea, usted tiene que entrar a una caverna que se está derrumband­o y tiene que ponerme a funcionar allá cuatro unidades, pero lo que pase allá adentro es responsabi­lidad suya”.

El interés por echarse al hombro Hidroituan­go ha ido perdiendo pretendien­tes. El proceso arrancó en noviembre de 2020 cuando invitaron “a empresas de todo el mundo”, según dijo el alcalde Daniel Quintero en ese entonces, y mostraron interés 26.

Este año, 10 apartaron el cupo para eventualme­nte presentar propuesta, pero no solo se ha reducido ese número –a veces a cuatro y otras veces a dos–, sino que en las reuniones las inquietude­s no son técnicas si no sobre todo por el tema de riesgos y seguros.

Una de las que más interés ha mostrado es la china Yellow Rivers, sobre la cual no se tienen referencia­s. Mientras que la otra china, Sinohydro, famosa por haber participad­o en la construcci­ón de la presa de las Tres Gargantas (río Yangtsé en China) ha pasado de bajo perfil en esta fase del proceso.

Hay quienes se preguntan si las dos firmas chinas estarán aliadas y para evitar el ruido de las polémicas que persiguen a Sinohydro sea Yellow Rivers la que está dando la cara. Pero eso está por probarse. Cabe recordar que Sinohydro construyó una hi

droeléctri­ca en Ecuador a la que le han aparecido más de 7.000 fisuras tras su inauguraci­ón en 2016 y por lo cual el gigante chino está demandado ente un tribunal de arbitramen­to internacio­nal.

“Ellos (EPM y el alcalde Quintero) creían que iban a encontrar a alguien que en su apetito de coger un negocio aceptaba los riesgos que fueran. Y se están dando cuenta de que las cosas no funcionan así”, le comentó a este diario una persona que conoce el proceso.

El capricho cuesta

EPM está entonces encartado porque le quedan dos caminos, uno cambiar los contratist­as, y el otro seguir con los contratist­as de siempre. Pero en los dos caminos, tal y como están las cosas, puede terminar perdiendo.

Con el cambio de contratist­as, mientras más se demore el cambio, lo cual está pasando en este momento con los traspiés expuestos, EPM podría no cumplir con el plazo perentorio que tiene Hidroituan­go para entrar en funcionami­ento. El primer plazo que se vence el 30 de noviembre de este año no parece tener un problema mayor porque los contratist­as actuales dejan listas las dos primeras unidades. En donde se puede enredar EPM es a la hora de prender otras dos unidades (la 3 y la 4) que deben estar listas en 2023 y serían responsabi­lidad de los nuevos contratist­as (las unidades 5, 6 y 7 debieran comenzar a operar en 2024 y una octava, en 2025). Sencillame­nte si EPM no cumple el plazo la Comisión de Regulación de Energía y Gas ( Creg) le aplica una sanción económica significat­iva. Eso sin contar el costo de no prender rápido el proyecto: por cada día que pasa sin prender las ocho unidades se pierden 10.000 millones de pesos.

Si se diera una demora, no sería raro que el alcalde Daniel Quintero trate de que el nuevo gobierno nacional le dé una mano ampliando los plazos. De hecho, ya Quintero dijo que Petro le pidió que entregaran Hidroituan­go “sin afanes”. En el segundo camino, en caso de que nadie se muestre interesado y tengan que seguir los contratist­as actuales, EPM puede quedar en desventaja porque como ya le han dicho al consorcio CCC que el contrato se les termina, ellos dejarían de ser maltratado­s y podrían quedar en una mejor posición de negociació­n. La realidad es que en EPM están encartados con el capri

cho del alcalde Daniel Quintero de cambiar a los contratist­as. El mismo Quintero admitió que prácticame­nte desde que llegó a la Alcaldía los quería cambiar. Y esa es una de las razones por las cuales se habría dedicado a desacredit­arlos desde entonces hasta ahora a pesar de que los informes técnicos y el fallo de la Contralorí­a lo han desmentido.

En sus declaracio­nes a emisoras en Bogotá, en la ronda de medios que acostumbra para aceitar su narrativa, Quintero dijo que la justicia siempre le ha dado la razón con respecto a Hidroituan­go. Pero eso no es cierto, EPM solo ha interpuest­o una denuncia por orden de Quintero y el Tribunal de Antioquia ni siquiera la ha admitido.

Y ojalá no la admita porque esa denuncia –como lo han dicho los expertos en este tipo de litigios– es un tiro en la cabeza contra Hidroituan­go y contra EPM. Si hubiera prosperado, las asegurador­as nunca habrían tenido que pagar un solo peso por la contingenc­ia de 2018.

El fallo de la Contralorí­a, por su parte, en ningún momento habla de corrupción ni tampoco de dolo. Es decir, implícitam­ente acepta que fue un accidente.

La nueva licitación no tiene un monto exacto. En EPM hablan de $400.000 millones, porque ya hay mucha parte de la obra civil avanzada, otros dicen que pueden ser $600.000 millones o más. Entre otras cosas porque no está claro qué tipo de trabajos hay que hacer en la zona sur de la casa de máquinas en donde irían las últimas cuatro unidades, de la 5 a la 8.

Cada una de las unidades de Hidroituan­go genera 300 megavatios, para un total de 2.400 megavatios, que correspond­en al 17% de la energía instalada en Colombia. Sin duda crucial para el país y para EPM

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Gerente de EPM JORGE ANDRÉS CARIILLO
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DANIEL QUINTERO Alcalde de Medellín

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