El Colombiano

Este es el círculo íntimo que le habla al oído a un hermético Petro

Dos exM-19 hacen parte de la guardia ideológica y varios excongresi­stas son de su eje político.

- Por JULIANA GIL GUTIÉRREZ

Hay dos guardias petroniana­s que custodian al presidente Gustavo Petro en la Casa de Nariño. La primera, un círculo político de los aliados que saben cómo operan las maquinaria­s y se montaron al tren del triunfo para estar en el poder. La segunda, la de los viejos aliados de las bases de la izquierda que le acompañan, incluso, desde sus tiempos de militante en la guerrilla del M-19.

La imagen de esos dos sectores que le acompañan en el poder, se hizo evidente en sus declaracio­nes del viernes al término de la primera reunión con todo su equipo de gobierno. En el retrato estaban las cuotas políticas del consejero Luis Fernando Velasco, el ministro Alfonso Prada y el director del Dapre, Mauricio Lizcano.

Pero también la voz ideológica de la ministra Susana Muhamad, la jefa de gabinete Laura Sarabia, que se volvió su mano derecha en la Casa de Nariño; y el ministro Alejandro Gaviria, quien terminó siendo uno de los más cerca

AUGUSTO RODRÍGUEZ Director de la UNP

Fue guerriller­o del M-19 y se hizo amigo de Petro después de la desmoviliz­ación de ese grupo. En los 90 comenzó a acompañarl­e en sus aspiracion­es políticas.

Abogado

Fue el abogado de la campaña y sus vínculos nacen desde el alma máter que comparten, la Universida­d Externado. Su esposa es la ministra de Vivienda. nos. En esa intervenci­ón también tuvo a la vicepresid­enta, Francia Márquez, junto a él.

Entre los alfiles políticos, incluso, hay pujas para decantar quién le habla más de cerca al Ejecutivo que apenas está en su día 56 de gobierno y trazando una línea de cambio –como él mismo lo pidió– para los cuatro años venideros.

En la frontera entre la guardia política y la ideológica está la ministra de Ambiente, Susana Muhamad. La politóloga está en las bases del petrismo; antes de llegar al Ministerio había sido concejala de Bogotá por la Colombia Humana y des

Amigo cercano del presidente, quería nombrarlo en el Departamen­to Nacional de Planeación. Su nombramien­to se cayó porque no cumplía con los requisitos. de ese asiento en el Concejo capitalino representó el legado de Petro para el Distrito. Es más: Muhamad fue secretaria de Ambiente durante su Alcaldía.

Tan cercana es la ministra Muhamad que fue su escolta en el viaje a Nueva York para la Asamblea de la ONU, también hizo comentario­s a su discurso en la plenaria del organismo y tiene línea directa con el Ejecutivo. El otro chaperón de Petro en ese segundo viaje internacio­nal no es de sus entrañas, pero se ganó la confianza del presidente: el ministro de Educación, Alejandro Gaviria.

Es un estratega político traído de España que se convirtió en un asesor clave para Petro, ya que es quien le aporta en la construcci­ón de sus discursos públicos.

¿Nuevos petristas?

El exrector de la Universida­d de los Andes no quiso entrar a la campaña del Pacto Histórico a comienzos de 2022, aun cuando el candidato de su coalición –Sergio Fajardo, de la Centro Esperanza– se estaba quemando en las encuestas en su intento de pasar a segunda. Gaviria solo se le adhirió hasta dos semanas antes de la contienda final del 19 de junio.

Quienes estuvieron en Nueva York confirman que Gaviria siempre estaba cerca del presidente, más que el mismo canciller Álvaro Leyva, y él es una de esas sombras que llegaron por utilidad: ha sido político y sabe cómo operan el Estado.

Como lo aseguró un integrante del Pacto Histórico, “hay algunos que consideran que llegaron por lagartos, pero el presidente supo leer que era muy importante tener experienci­a y gente técnica que ayudara a que el barco siguiera flotando mientras lo llevamos al puerto que queremos del cambio”.

Sus fichas más fieles del Congreso son tres legislador­es de su base ideológica: Gloria Inés Ramírez, María José Pizarro y David Racero.

“El Gobierno se ha venido construyen­do, como ustedes han sido testigos”. GUSTAVO PETRO Presidente de Colombia

La politóloga entró a las filas de la Colombia Humana en 2011 y ha trabajando con el presidente desde que este fue alcalde de Bogotá. Pasó del Concejo a un Ministerio.

Ese objetivo requería de políticos tradiciona­les. Y llegaron, como el liberal Luis Fernando Velasco, quien tiene la Consejería para las Regiones, ya fue su emisario para temas de conflictiv­idad social y lideró el éxodo de liberales al petrismo que terminó entregando las banderas del partido rojo a la izquierda.

La maquinaria le funciona por experiment­ados como el ministro del Interior, Alfonso Prada, y el director del Dapre, Mauricio Lizcano. El primero fue del ala del expresiden­te Juan Manuel Santos; el segundo, estuvo en las cercanías del expresiden­te Álvaro Uribe.

Y ahí, en medio de ellos, está Laura Sarabia, la secretaria privada de Petro, a quien en el cír

Otro exguerrill­ero del M-19, es un hombre tímido y de bajo perfil. Se conoce que es filósofo y que militó en el Polo Democrátic­o cuando Petro estaba en ese partido.

Fue una de las emisarias para entablar las relaciones con el régimen de Nicolás Maduro. Su esposo es venezolano y fue expulsado de Colombia por espionaje.

culo político ven como una figura incómoda que no los deja llegar de forma directa al Jefe de Estado, pero quien a sus 28 años se forjó un espacio junto al mandatario. Fue él quien la puso ahí, a su lado, para ayudarle a tener visión de todo lo que pasa a su alrededor. Venía de trabajar con el ahora embajador en Venezuela, Armando Benedetti, y se sabe que Lizcano es quien –sin ningún éxito– más ha intentado bajarle el perfil.

En todo caso, el pelotón de la guardia petroniana lo completan dos políticos que combinaron el uribismo, el santismo y el petrismo: Roy Barreras y Benedetti. El primero tiene al Congreso trabajando a toda máquina para aprobar los proyectos –que ya consiguier­on visto bueno en primer debate como la reforma política y el Presupuest­o General de la Nación– y el segundo avanza en una misión de equilibris­ta entre la política exterior y la cercanía con un dictador como Nicolás Maduro.

Hay otro nombre que se confirmó esta semana: el del periodista Fernández Martínez,

cuñado de Benedetti, quien como consejero para temas empresaria­les tiene la misión de acercar al Presidente a este gremio. ¿Cuota que deja al Embajador en Venezuela como un poderoso en Palacio?

Los amigos del Presidente

Algunos de esos amigos están en cargos de la Casa de Nariño, otros consiguier­on su asiento en las institucio­nes del Estado que manejan los asuntos más delicados y los secretos de Colombia. Están en contacto con el mandatario para encuentros que trasciende­n la agenda del Gobierno.

El más cercano es Augusto Rodríguez. Él es compañero de causa desde su inicio, porque militó junto a Petro en sus tiempos en el Movimiento 19 de abril (M-19) y ha estado presente en casi toda su carrera política desde la década de los 90, cuando dejó las armas para emprender las disputas democrátic­as en las urnas.

A Rodríguez le dio la dirección de la Unidad Nacional de Protección (UNP), la entidad del organigram­a colombiano que custodia a los políticos y líderes de todos los tintes. Con él se mantiene en contacto, aunque no está en su agendan de reuniones diarias, y es la primera línea de los consejeros que sí le hablan al oído más allá de la figura de un cargo público. Es del círculo ideológico, por el que –según sus críticos– en el mandato presidenci­al ha primado el desorden. Pero esos aliados se defienden diciendo que se han ceñido al programa que les dio 11,2 millones de votos. El tiempo dirá dónde está la razón.

Pero como Augusto Rodríguez, otro exM-19 está en esa intimidad. Su nombre es Manuel Casanova, filósofo y exguerrill­ero de bajo perfil al que le entregó la Dirección Nacional de Inteligenc­ia. Palabras más palabras menos, la entidad del Estado que todo lo conoce, lo de la Colombia del pasado en la que ellos le huían a la justicia y lo de ahora. En ese país de la actualidad hay voces de la derecha del Centro Democrátic­o –como la de la senadora Paloma Valencia o la del propio expresiden­te Álvaro Uribe– que temen persecució­n.

También está en este paquete un experto traído de España que se volvió clave en la construcci­ón de sus discursos más estratégic­os. Antoni Gutiérrez-Rubí pasó de ser estratega a asesor externo de comunicaci­ones y sus análisis son tan relevantes para Petro que fue él quien le ayudó a construir el discurso que dio tras ganar las elecciones y el de la Asamblea General de Naciones Unidas. Es más: a Gutiérrez-Rubí le delegó la moderación del inicio de su Consejo de Ministros del viernes en la Casa Presidenci­al de Hato Grande.

Que un jefe de Estado tenga delegados para construir sus alocucione­s es habitual, pero en Petro no: el mandatario es un político que trina solo, suele decidir por su cuenta y los apuntes externos los toma como comentario­s, mas no siempre como consejos a seguir. Tan solitario es para tomar decisiones que incluso no tiene problema en llegar tarde o incluso no llegar a compromiso­s públicos, como ocurrió el pasado jueves Villa de Leyva, donde dejó esperando a los magistrado­s de la Corte Constituci­ón, pues estaba prevista una intervenci­ón suya.

Otros amigos suyos de vieja data, de esos que llegaron muchos antes de que él fuera un presidenci­able, caminan junto a él. El abogado Eduardo Noriega es tan cercano que su esposa, la también jurista Catalina Velasco, terminó en el Ministerio de Vivienda, un rol determinan­te para un inquilino de la Casa de Nariño que quiere hacer el cambio con “justicia social”.

Noriega era su escolta en la campaña y militó en el Polo Democrátic­o Alternativ­o, uno de los tantos partidos que edificó las bases del petrismo junto a la Colombia Humana que lo llevó a la segunda vuelta de 2018.

Al economista Saúl Kattan Petro le delegó la Consejería para la Transforma­ción Digital. Kattan fue su guardián en ETB (la Empresa de Telecomuni­caciones de Bogotá) cuando él fue alcalde y, aunque sonó para ministro TIC, terminó en el ramillete de asesores cercanos al despacho presidenci­al.

Otro que estuvo a punto de tener un cargo directivo es César Ferrari, quien había sido designado como director del Departamen­to Nacional de Planeación, pero su nombramien­to se cayó por tener doble nacionalid­ad (colombiana e italiana), un limitante de ley con el que no había contado Petro al momento de encargarlo.

Ferrari, sin embargo, sí quedó en la guardia petroniana como asesor grado 14 del Dapre, un cargo que tiene un salario de 9,4 millones de pesos: de los más altos que puede conseguir un asesor de esa oficina

El presidente tiene dos tipos de alfiles: los aliados ideológico­s y los asesores políticos de partidos tradiciona­les.

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ANTONI GUTIÉRREZ-RUBÍ Asesor externo
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GLORIA INÉS FLÓREZ Senadora
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MANUEL CASANOVA Director de la DNI
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SUSANA MUHAMAD Ministra de Ambiente
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CÉSAR FERRARI Asesor del Dapre
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EDUARDO NORIEGA

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