Alikanusha, poemas de Marta Quiñónez
Es el libro más reciente de esta escritora local. Fragmento de esta nueva obra para invitarlo a escuchar el pódcast Cuadernos de Lectura, apuntes para armar a un escritor.
AÑO TREINTA Y TRES
Tengo que regresar ¿a dónde? no sé pero debo regresar
Madre nadie habla de ti nadie habla de mí tenemos una tremenda intimidad emparentada por la sangre y los días el amor se te negó y en venganza yo niego al amor única forma de existir en ti
Estoy serena madre soy bienaventurada los sabios de tiempos remotos hablan del dolor y de la alegría del aislamiento entre la multitud y de la compañía de la soledad mi juventud se acercó con temores y se alejó sin ellos aprendo los signos de los otros y estoy sola
Tengo treinta y tres años y ya conozco todos los sabores amargos de la vida todo el púrpura del desamor Un río fluye en mis venas estoy de nuevo en invierno todo inunda el mundo sé que vendrá la paz con la oscuridad
Tengo el corazón en dos estados uno como roca virgen otro como si un oso hubiese subido y resbalado hacia el fondo del acantilado soy río que recibe el pesado cuerpo ni mato ni salvo estoy destinada a esta hilaridad íntima con la existencia
El fuego se apaga la llama se enciende aleluya por la orfandad que hace arder mi corazón en nueva pira funeraria
AÑO CUATRO
He levantado un pie se balancea el otro sigue sosteniendo el endeble cuerpo sobre la tierra el olor del polvo alimenta mis parásitos se crían dentro enormes gusanos en la noche les crecen alas vuelan dentro de mi pequeño estomago su aleteo sobre las delgadas paredes me enferma voy a morir
Otra vez estoy hasta el cuello bajo tierra madre quiere que los gusanos mueran con el frío o que yo eche raíces
Estoy asustada abro unos pequeños ojos almendrados no reconozco nada a mi alrededor Quizás vaya a morir y no tenga miedo siento que nací muerta
Es ahora que comienzo a vivir