El Colombiano

El crucero que no necesita visa sale de Colombia

El Rhapsody of the Seas saldrá desde Cartagena a partir del 17 de diciembre con destino a Bonaire, Curazao, Panamá y Aruba

- Para poder ver de cerca este crucero. Por VALERIA URÁN SIERRA

Bienvenido­s a bordo. A las nueve de la mañana todo está listo para embarcar el Rhapsody of the Seas, el único crucero que sale desde Cartagena, cruza el mar Caribe, y visita Aruba, Bonaire, Curazao, Panamá, y regresa al puerto. Las olas del mar chocan contra el barco, el sol arde sobre la embarcació­n y sus rayos engrandece­n la proa. La sensación es diminuta ante las dos cuadras y media de largo que tiene.

Hay ansiedad entre los viajeros por conocer sus instalacio­nes, ya no quieren ver solo las imágenes de los folletos y conformars­e con las promesas de las agencias de viajes. Se preguntan si al subir sentirán mareo por el movimiento de las aguas o si acaso sufrirán un ataque de pánico por encontrars­e en una embarcació­n en medio de la nada, de la que no podrán bajar hasta el siguiente puerto.

Está la duda de si tendrá sentido encerrarse durante varios días en un solo sitio, con todas las comodidade­s de un hotel cinco estrellas, un lujoso casino, un importante teatro, fiestas nocturnas con barra libre, glamurosas tiendas de ropa, accesorios y joyas, y si valdrá la pena recorrer varias islas y puertos en una sola travesía.

Algunos jóvenes arriban con la idea de si podrán perfeccion­ar su inglés, pues allí no solo se toparán con norteameri­canos, sino turistas de distintas latitudes. Los cruceros nunca paran: pueden durar hasta seis meses en un solo viaje, y en cada puerto se suman viajeros y aventurero­s dispuestos a vivir la experienci­a. Descansar tras arduos años de trabajo, darse unas merecidas vacaciones, compartir con su familia o viajar en pareja.

Al ingresar la gente se topa con brillantes ascensores y espejos por doquier. Su diseño es clásico: pisos alfombrado­s junto a luces cálidas, hacen del ingreso un momento acogedor. El Rhapsody of the Seas ya había estado antes en la Costa Caribe colombiana. Se tuvo que ir por un tiempo du

rante la pandemia, pero está de regreso.

Dentro del destino, la comida está garantizad­a. Hay un restaurant­e a la carta y bufet. Sillas bajas, tapiz verde, mesas en madera y una buena vista, donde el azul del cielo se pierde con el del mar. Ensaladas, carnes, postres, bebidas, una porción pequeña de cada continente en el mundo. Chefs de India, Italia, Japón y Francia. Hombres y mujeres que embarcaron desde hace seis meses.

Las habitacion­es –también se les dice cabinas–, se encuentran sobre un largo pasillo, sus puertas están una frente a la otra. Todas tienen vista al mar y baño privado. Algunas cuentan con balcón.

La piscina aguarda en la

Allí coexisten las excentrici­dades vistas en las películas de Hollywood, y de las calles en Miami, con lo mejor del turismo caribeño.

mitad del gigante barco, su tamaño es igual o similar al de una olímpica. Sillas cómodas alrededor y un imponente televisor. Allí los turistas pueden ver partidos de fútbol y películas mientras se bañan, toman el sol o se broncean.

Para los adultos hay gimnasios, jacuzzis, balnearios,

paredes para escalar, pistas para correr. Y en las noches, el barco se viste de fiesta y gala. Teatro, música en vivo y mucha actividad. El Rhapsody dispone de cientos de tragos distintos, exóticos, nacionales e internacio­nales. Los cantantes y bailarines, al igual que el personal de servicio, viven en el barco. Los niños están al cuidado de recreacion­istas y zonas de juegos.

También cuenta con tiendas de arte, ropa y joyas. Por motivos de impuestos, las cierran cada que llegan a un nuevo puerto, pero en cuanto se encuentra solo sobre las aguas, abren de nuevo al público. Para los apostadore­s empedernid­os hay casinos, con ruletas rusas, tragamoned­as y mesas de apuestas.

Allí coexisten las excentrici­dades vistas en las películas de Hollywood, y de las calles en Miami, con lo mejor del turismo caribeño. Comida y licor sin límites, con habitacion­es de un hotel cinco estrellas.

Cruceros como este son una opción turística para quienes desean vivir unas vacaciones diferentes. Es para latinos y sale desde Colombia. No será necesario que sus tripulante­s cuenten con visa. Serán siete días y ocho noches, y cuatro puertos, llenos de aventuras

 ?? FOTO CORTESÍA ?? Este crucero cuenta con ocho pisos y nueve ascensores, tiendas de arte, ropa y joyas, también casinos y una piscina que mide casi la mitad del barco. Es un barco gigante, dos cuadras y medio de largo.
FOTO CORTESÍA Este crucero cuenta con ocho pisos y nueve ascensores, tiendas de arte, ropa y joyas, también casinos y una piscina que mide casi la mitad del barco. Es un barco gigante, dos cuadras y medio de largo.
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