El Colombiano

METRO Robo de motos ha aumentado en

Cuatro personas murieron esta semana en casos de hurto de motos. El 2022 fue el año en el que más robaron.

- Por SANTIAGO OLIVARES TOBÓN

“El alza del dólar, que ha llevado a que los repuestos de motos sean más caros, también ha contribuid­o a que se roben más motos”. ROLANDO PLAZAS Representa­nte de MRE Hunter

Detrás del dolor que dejó a sus familiares y amigos la muerte de cuatro personas en los primeros 25 días de enero en el Valle de Aburrá por el hurto de sus motos, se esconde un negocio delincuenc­ial que se ve alimentado por la situación económica que vive el país: en Medellín se roban un promedio de 16 motos al día, según los datos del año pasado.

La modalidad de halado es la que sigue liderando la estadístic­a con 4.847 casos en el 2022, lo que evidencia que las personas siguen dejando en la calle sus vehículos, a merced del accionar de los criminales. En el 2021 fueron 4.009 robos de motociclet­as mediante el también llamado escapeo.

El robo de motos va en alza en los últimos años, y el año pasado tuvo la cifra más alta: solo en Medellín se contabiliz­aron 5.823 casos denunciado­s, el máximo de la historia, según los registros del Sistema de Informació­n para la Seguridad y la Convivenci­a (Sisc) y de la Policía Metropolit­ana (ver infográfic­o).

Rolando Plazas, representa­nte de MRE Hunter, entidad enfocada en la recuperaci­ón de motos y carros hurtados con el uso de GPS, explicó que “se conoció de una banda que va recorriend­o los barrios identifica­ndo qué motos dejan en las calles, a qué horas, y según los pedidos se las van hurtando, como si estuvieran en un almacén”.

Las muertes de Juan Diego, Aurismely, Brayler y Juan Camilo simbolizan el dolor que deja la violencia ejercida por los grupos delincuenc­iales en el hurto de estos vehículos, sin importar si esto les cuesta la vida a sus víctimas. Estos casos se han incrementa­do, puesto que en el 2021 se informaron 579 asaltos y para el 2022 se denunciaro­n 719, hechos que dejaron ocho personas muertas, entre presuntos delincuent­es y víctimas del hurto.

¿Qué buscan con las motos?

En el robo de motociclet­as se es

conde un gran negocio de venta de autopartes que se ve estimulado por el alza del dólar y en el incremento en el precio de los repuestos de estos vehículos.

“La situación con el dólar ha llevado a que con el aumento de los precios para obtener más ganancias, estos se pongan más caros y las personas recurran a la delincuenc­ia para conseguir repuestos de segunda, que les puede costar entre el 50 % y el 70 % de lo que se los están vendiendo legalmente”, explicó Plazas.

Según el director seccional de Fiscalías de Medellín, Ricardo Romero, se estima que el 70 % de las motos hurtadas son destinadas a la venta de autopartes y, de acuerdo con los análisis preliminar­es, la mayoría de estos vehículos son robados por delincuent­es provenient­es del nororiente de la ciudad.

De hecho, un mapa de trazabilid­ad delincuenc­ial que fue conocido por EL COLOMBIANO mostró cómo las motos hurtadas, en cerca de un 60 %, son trasladada­s hasta barrios de esta zona de la ciudad, y en menor medida al norocciden­te e Itagüí.

“En nuestros seguimient­os con los GPS hemos encontrado que muchas de estas motos las llevan primero a zonas donde las enfrían, las dejan en un sitio para ver si tienen algún método de rastreo. Después de verificar que las autoridade­s no los persiguen, se las llevan a los deshuesade­ros. Generalmen­te estos puntos están en zonas seguras para ellos”.

Sobre el rumbo de las autopartes se tiene conocimien­to

de que de las zonas lejanas se traen la placa, el chasis y la carcaza de las motociclet­as deteriorad­as por su uso en esas zonas rurales, les instalan las partes robadas, las dejan como “nuevas” y las retornan de donde llegaron.

Hay cinco referencia­s de tres marcas puntuales que son las más hurtadas, debido a su solicitud de repuestos, “pero si hay pedido de otras marcas, los delincuent­es las buscan y aprovechan los escenarios para hacerse a ellas”.

Las llevan para otros lados

La venta de partes no es la única finalidad de las motos robadas. Cerca del 25 %, de acuerdo con las estadístic­as del fiscal Romero, están destinadas para ser comerciali­zadas para el mototaxism­o en zonas rurales de algunos municipios, principalm­ente en el Caribe colombiano.

El subcomanda­nte de la Policía Metropolit­ana, coronel José Rafael Miranda, explicó que “tenemos identifica­dos a dos o tres personas que se dedican a venderles estas motos a un tercero, a precios muy económicos, al no poder ha

cerles documentos ni sacarles siquiera el Soat”.

También para extorsiona­r

En un mínimo porcentaje, las motos hurtadas, principalm­ente las de alto cilindraje, son utilizadas para extorsiona­r a las víctimas, quienes en medio de la desesperac­ión, entregan dinero a los delincuent­es a cambio de tener sus vehículos de vuelta.

“Lo primero que se recomienda es no dar teléfonos para que llamen si tienen informació­n de la moto, porque los delincuent­es aprovechan y

piden plata para devolver el vehículo. En la mayoría de los casos, reciben el dinero y no devuelven la moto y solo en un porcentaje pequeño sí lo hacen”, señaló Plazas.

De esta modalidad, según el Sisc, se tuvo la denuncia de dos casos el año pasado, mientras que en el 2021 no hubo reportes.

Los que están detrás

El fiscal Romero no se aventuró a señalar alguna estructura delincuenc­ial detrás de estos hurtos, si bien dijo que “no se hablan de grandes estructura­s, sino grupos criminales que se dedican puntualmen­te a este delito”.

No obstante, según informes de inteligenc­ia, detrás de dos de los cuatro homicidios vinculados con el hurto de motociclet­as estaría una banda delincuenc­ial arraigada en el nororiente de Medellín, conformada por ciudadanos extranjero­s, en su mayoría.

“Estas personas, que se tomaron una parte del nororiente, estarían atacando sin ninguna misericord­ia a sus víctimas, contrario al accionar de estructura­s locales, que se enfocan más en el halado”.

Con base en la trazabilid­ad de los recorridos de las motos robadas y las cifras de las comunas donde más se registran estos hechos, las autoridade­s contemplan una serie de acciones para contrarres­tar este delito y que su reducción evite que el 2023 supere el pico histórico del 2022.

La Fiscalía creó un grupo especializ­ado, el EDA (Estructura­s de Apoyo), para investigar cada una de las modalidade­s de hurto de motos, con un énfasis especial en aquellos casos en los cuales hay violencia de por medio en la comisión del delito.

Por su parte, desde la Policía Metropolit­ana, explicó el coronel Miranda, se viene trabajando en un plan de choque conjunto entre la Policía, la Fiscalía y la Alcaldía de Medellín para contrarres­tar este delito.

Pero la operativid­ad prometida por las autoridade­s va en contravía de las cifras de

recuperaci­ones registrada­s, en proporción con la cantidad de motos hurtadas. Mientras aumenta el robo de estos vehículos en los últimos años, hubo 736 motos recuperada­s menos en el 2022 en contraste con el 2021 (ver recuadro).

Las autoridade­s mantienen el llamado a los motociclis­tas para que extremen las medidas de precaución y siempre estén alertas para evitar que los delincuent­es no solo se lleven sus vehículos, sino también sus vidas, como ya ocurrió cuatro veces este año

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La venta de autopartes es el eje del hurto de motociclet­as, ya que el 70 % son usadas para venderlas por repuestos
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FOTO EL COLOMBIANO

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