Un aliado para el manejo del Alzhéimer
En el marco del Día Mundial de este trastorno, la Clínica Universidad de La Sabana destaca el diagnóstico oportuno y la integralidad para que tanto pacientes como cuidadores tengan una mejor calidad de vida.
Llegar a la edad adulta para algunos puede ser un regalo de la vida y con ello una etapa en la que la salud, por su propio ciclo natural, puede presentar algunos cambios, que dependiendo de cada persona trae implicaciones y cuidados propios del tiempo. En la vejez, como lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), “es una etapa para comprender la consecuencia de la acumulación de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, un aumento del riesgo de enfermedad y finalmente a la muerte”.
Los posibles cambios no son los mismos para todas las personas, pero sí existen patologías y trastornos propios de la edad que cada vez aumentan y representan un reto para los modelos de salud pública y las redes sociales a las que pertenecen las personas. Uno de los trastornos que en las últimas décadas ha sido objeto de estudio y que se presenta en las personas mayores es el Alzhéimer, un trastorno neurodegenerativo que ocasiona deterioro cognitivo y comportamental en pacientes.
“Este trastorno cambia la vida de todo el núcleo familiar. Por lo que requiere de un manejo integral para tratarlo y lograr tener una buena calidad de vida tanto para el paciente como para su cuidador”, dice Liliana García, médica fisiatra de la ClínicaUniversidad de La Sabana, quien en el marco del Día Mundial del Alzhéimer, explica que la enfermedad es progresiva y que, en cada etapa, presenta diferentes síntomas; lo ideal es identificarlo y tratarlo a tiempo para retrasar el deterioro.
Y es que las primeras señales que suelen presentarse son pequeños olvidos como el de las llaves, el celular o apagar la luz y con el tiempo son más frecuentes. Al ser una enfermedad progresiva, los síntomas se van agravando hasta comprometer la funcionalidad del paciente.
Aún no se sabe con claridad por qué ocurre este trastorno, pero entre las investigaciones “se han evidenciado varios factores de riesgo ambientales y genéticos que impactan en las neuronas, afectando su funcionalidad. Lo cual provoca alteración en la memoria, cambios comportamentales y compromiso de la funcionalidad”, indica García. El Alzhéimer puede darle a hombres y a mujeres, esta patología se da con más frecuencia en personas mayores de sesenta años y es clave conocer las fases y los síntomas, para poder actuar con prontitud.
Son cuatro fases: la primera es la preclínica, en donde la persona tiene esos pequeños olvidos y fallas de memoria, pero que son sutiles. Luego va progresando y se pasa a una fase leve en la cual se olvida para dónde se dirige, tiene dificultad con el dinero y algunos cambios en el estado de ánimo. La tercera es la moderada, donde sigue progresando la enfermedad y ya se puede ocurrir que se le dificulte reconocer a familiares y personas cercanas que no se frecuenten, también presentar dificultades con el lenguaje, olvidar palabras y no poder leer. La última y la más grave es cuando el paciente deja de reconocer a sus familiares y hasta olvida cómo comer, lo que conlleva a complicaciones como neumonías, que por lo general causan la muerte.
Por ello, el diagnóstico oportuno es clave para el tratamiento de los pacientes, que debe ser integral, involucrando también a sus cuidadores. La Clínica Universidad de La Sabana cuenta con un programa llamado Proceso Interdisciplinario de RehabilitaciónPIR® en el que acompañan a los pacientes a diseñar estrategias para mantener su independencia, seguir con sus rutinas de ejercicios y tener una mejor calidad de vida. “Cada paciente es un caso único y depende de la etapa y las necesidades que requiere para que nosotros como grupo médico actuemos”, dice la fisiatra.
El equipo médico está conformado por médicos (fisiatras, neurólogos y psiquiatras), enfermeros, fisioterapeutas, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos, psicológos y profesionales en trabajo social. Este modelo interdisciplinario les permite a los pacientes aprender qué hacer en cada etapa de la enfermedad y tener un acompañamiento psicológico, pues, para los familiares o cuidadores, es muy difícil ver a sus familiares y que ya no los recuerden o no puedan comer por sí solos.
“Desde nuestro Proceso Interdisciplinario de Rehabilitación brindamos todas las estrategias para ayudar a disminuir la progresión del Alzhéimer, promover y estimular la parte cognitiva, mantener la independencia posible del paciente y el apoyo a familiares y cuidadores”, concluye Liliana García, quien hace un llamado para estar pendiente de familiares cercanos que puedan presentar síntomas y así poder hacer un diagnóstico oportuno.