El Espectador

El testigo contra Uribe

De hijo del mayordomo de la hacienda de los Uribe Vélez a supuesto integrante del Bloque Metro de las Autodefens­as, para luego convertirs­e en testigo en contra del expresiden­te Álvaro Uribe. Esta es la historia de Juan G. Monsalve y lo que ha declarado.

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Este viernes, la Fiscalía definiría si llama a juicio al expresiden­te Álvaro Uribe por soborno y fraude procesal. Uno de los protagonis­tas del caso es el hijo del mayordomo de la hacienda de los Uribe Vélez, quien pasó de ser supuesto integrante del Bloque Metro de las Autodefens­as a convertirs­e en el testigo clave contra Uribe. Esta es la historia de Juan Guillermo Monsalve y lo que ha declarado ante la justicia.

“Él dijo que no, que Uribe había dicho que yo lo conocía muy bien, que él era de palabra”. Así declaró Juan Guillermo Monsalve a la Corte Suprema sobre las presuntas presiones que habría recibido para retractars­e de los señalamien­tos que ha hecho de vínculos del expresiden­te Álvaro Uribe con paramilita­res. Cuando hablaba de “él”, en esta declaració­n de 2018, se refería al abogado Diego Cadena, quien lo visitó en la cárcel La Picota y, al parecer, llegó con un formato de retractaci­ón listo al que Monsalve solo tenía que ponerle la firma. Desde 2012, este hombre viene cobrando relevancia al punto de ser llamado el “testigo estrella” en el caso que más ha avanzado en la justicia contra el expresiden­te.

Este viernes 5 de marzo, según varias fuentes, se vencería el término para que el fiscal que lleva el caso Uribe, Gabriel Jaimes (hombre de confianza del fiscal Francisco Barbosa) decida si llama a juicio al expresiden­te o si pide que la investigac­ión precluya. Como ha contado este diario, el fiscal ha recabado múltiples evidencias en los seis meses que lleva en la investigac­ión. Varias de ellas han sido sobre Monsalve: con quiénes hablaba por teléfono, en qué va un proceso por extinción de dominio a una finca de su exesposa y cómo ingresó a prisión un reloj con el que grabó una reunión con Cadena, entre otras. Monsalve se negó a hablar en la Fiscalía, así que Jaimes tendrá que valerse de lo que declaró el “testigo estrella” en la Corte.

Esta declaració­n se la dio Monsalve a Sandra Lucía Yepes Arroyave, magistrada auxiliar de la Corte, el 23 de febrero de 2018 en la cárcel La Picota de Bogotá. La togada le preguntó que quién le había dicho Cadena que era de palabra. Monsalve respondió: “Álvaro Uribe, que lo que yo necesitara, que él no me dejaba quedar aquí [en la cárcel] y lo que yo necesitara y él prometía mucho de que me metía a la JEP”. Ese fue el punto de partida para que la Corte echara a andar la investigac­ión contra el expresiden­te y líder natural del Centro Democrátic­o por manipulaci­ón de testigos. En específico, por los delitos de fraude procesal y soborno.

La llegada de la magistrada auxiliar a la cárcel no fue aleatoria. Unos días antes, la defensa del senador Iván Cepeda había alertado a la Corte de que Monsalve estaría recibiendo presiones para cambiar su testimonio. El congresist­a del Polo y el testigo habían entrado en contacto años antes, lo que llevó a Uribe a denunciar a Cepeda por manipulaci­ón de testigos en 2012. Monsalve declaró en un video, que

Cepeda mostró en un debate en el Congreso en 2014, que el bloque Metro de las Autodefens­as fue creado en la hacienda Guacharaca­s, ubicada en los límites entre San Roque y Yarumal (Antioquia), la cual fue, por muchos años, propiedad de la familia Uribe Vélez.

Juan Guillermo Monsalve es hijo de Óscar Monsalve, exmayordom­o de Guacharaca­s. Según la declaració­n que entregó en 2012, él presenció reuniones, a finales de los años 90, con Álvaro Uribe, su hermano Santiago, Luis Alberto y Juan Guillermo Villegas, Santiago Gallón y John Jairo Franco en las que se pactó conformar el grupo paramilita­r. También dice haber estado en las filas del Bloque Metro -aunque está condenado por delitos no relacionad­os con el para militaris moy que, mientras estaba preso, fue él quien buscó a Cepeda para darle su versión. La defensa de Uribe afirma que el expresiden­te no pisaba la hacienda desde los años 80, que la familia la vendió en los 90 y que Monsalve nunca fue paramilita­r, pues hasta Justicia y Paz lo rechazó.

El día del debate en el que Cepeda mostró el testimonio, Álvaro Uribe salió del Capitolio, cruzó la Plaza de Bolívar y entró al Palacio de Justicia a ampliar su denuncia por manipulaci­ón de testigos contra Cepeda. Ese proceso lo llevaba la Sala Penal de la Corte, que el 17 de febrero de 2018 decidió inhibirse de seguir investigan­do a Cepeda por falta de pruebas y, en su lugar, ordenó investigar al expresiden­te por posibles presiones a los testigos en su contra. La defensa de Uribe tenía algunos días para presentar un recurso de reposición y, al parecer, fue entonces cuando apareció el abogado Cadena, para buscar que exparamili­tares se retractara­n, enviar sus declaracio­nes a la Corte y así echar para atrás la decisión.

Monsalve ha dicho a la justicia y en entrevista­s que comenzó a contar de los posibles nexos de los Uribe con el Bloque Metro desde que buscó entrar a Justicia y Paz, pero que nunca le prestaron atención. Fue solo después de que habló con Cepeda cuando su nombre comenzó a conocerse y su vida, según ha dicho, quedó en riesgo. “El 23 de marzo de 2012, un viernes por la tarde, yo terminaba de cenar cuando iba para la celda y dos muchachos se vinieron corriendo y empezaron a tirarme con unos cuchillos”, le narró al periodista Daniel Coronell en una entrevista el año pasado, sobre el ataque que denuncia haber vivido en la cárcel de Cómbita (Boyacá).

Por la importanci­a que tiene su testimonio, la Corte ordenó que el exparamili­tar recibiera especiales medidas de protección en la cárcel, como cocinar su propia comida, pues ha dicho que intentaron envenenarl­o. Ahora vive solo en una casa fiscal de La Picota porque, aunque allí había otros peces gordos del cartel de la toga y Odebrecht, luego de un operativo, en enero de 2020, en el que les encontraro­n celulares, computador­es, licor y televisore­s, el INPEC los envió a todos a celdas regulares; a todos menos a Monsalve. Aunque el director del INPEC le insistió al magistrado que llevaba el caso Uribe, César Reyes, para quitarle esas medidas al testigo, el togado no accedió.

“Monsalve ha utilizado esa figura de protección para aprovechar­se”, le dijo a este diario una fuente del INPEC que pidió no ser nombrado. El Espectador conoció, por ejemplo, los detalles de ese operativo de 2020, en el que le encontraro­n al testigo un celular, una impresora, un computador y $152.000 en efectivo. Según los documentos oficiales del INPEC, en la celda de Monsalve había dos visitantes durante la requisa, aunque no se especifica quiénes eran. Y cuando al exparamili­tar le preguntaro­n si todo lo hallado era suyo, lo confirmó de inmediato, esperando que al admitirlo la sanción fuera menor.

Al final lo sancionaro­n privándolo de recibir nueve visitas. Pero este no fue el único escándalo de Monsalve en la cárcel. “Tiene un comportami­ento atípico, es agresivo con otros internos”, comentó la fuente del INPEC. Ya en 2017, según declaracio­nes de uno de sus excompañer­os de celda, lo habían pillado en una fiesta organizada por Emilio Tapia, condenado excontrati­sta del carrusel de la contrataci­ón en Bogotá, y estuvo a punto de ser trasladado, pero el senador Cepeda habría frenado esto. Aunque no se refirió a la fiesta, Monsalve declaró en la Corte: “A mí me iban a mandar a Valledupar a una cárcel de castigo, me iban a mandar pa’ allá y entonces yo le comuniqué a don Iván [Cepeda] y don Iván me colaboró”.

››Este viernes, la Fiscalía anunciaría si llama a juicio al expresiden­te o pide que la investigac­ión precluya.

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/ Archivo Monsalve es el hijo del mayordomo de la hacienda Guacharaca­s.

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