Priorizar la diversidad e inclusión en la recuperación
Marzo es un mes que visibiliza dos temas claves para el crecimiento sostenible: diversidad y mujeres. Desde comienzo de mes, hemos estado hablando de diversidad y la importancia de valorar la representación de grupos poblacionales en una actividad, empresa o país; mas la representación es una condición necesaria, pero no suficiente. Hay que ir más allá, hay que incluirlos a todos activamente para que tengan la oportunidad de contribuir con su máximo potencial al grupo al que pertenecen. Las diferencias que dan la diversidad y la inclusión complementan e informan, ampliando las perspectivas individuales de manera que tanto el individuo como el grupo encuentren mejores maneras de operar y crezcan. Esto es más que cierto para un país como un todo. También las mujeres son visibilizadas este mes. El mejor ejemplo de diversidad. Son la mitad de la población mundial y su participación en todos los ámbitos de la vida de una manera inclusiva es la herramienta clave para promover su crecimiento individual, del grupo donde participan y el de la sociedad como un todo.
En estos tiempos de pandemia, la inclusión de las mujeres se hace más relevante porque han estado y seguirán estando en la primera línea de respuesta a las necesidades de la sociedad como cuidadoras de niños, jóvenes y adultos mayores, trabajadoras de la salud de primera línea y responsables del cuidado del hogar, para destacar solo algunos. Esas responsabilidades las han hecho más vulnerables tanto económica como sanitariamente y han puesto en evidencia la carga desproporcionada que soportan estos temas. Las tasas de desempleo tanto de hombres como de mujeres han aumentado a escala global y en Colombia, pero el aumento ha sido mayor para las mujeres. El salto a la inactividad laboral también ha sido mayor para ellas y, por el tipo de trabajo que realizan en los centros de salud y hospitales, han estado más expuestas al virus.
Ante este panorama, no podemos olvidar a las mujeres y debemos promover su diversidad de inclusión, tanto como la de otros grupos, en el proceso de recuperación. Las políticas de recuperación privada y pública deben hacerse con el lente de diversidad e inclusión. Hacerlo bien garantizará al mundo y a Colombia una recuperación más rápida y sostenible.