El Espectador

El panorama de la saturación hospitalar­ia en Medellín

Para superar la crisis del sistema de salud en Antioquia se tomaron medidas adicionale­s, como la ampliación de las clínicas, traslados de pacientes a otros departamen­tos, hospitaliz­aciones en casa y medidas de restricció­n de la movilidad.

- MARÍA CAMILA RAMÍREZ CAÑÓN mcramirez@elespectad­or.com @MCamilaRam­irezC

Le dieron una camilla en urgencias, cuando llegó al hospital Pablo Tobón Uribe. Miriam Lozano, de 70 años, se contagió de COVID-19 y tenía dificultad­es para respirar. Le pusieron oxígeno, pero dejaría de serle útil si empeoraba. En principio estaba en el sexto puesto de la lista de priorizaci­ón, pero después le dijeron que “si necesita intubación, no se la iban a dar por la situación. No había camas y preferían dárselas a los más jóvenes”, afirma su hija, Paola Andrea Parra, quien llevó el caso de su madre ante el área de trabajo social del hospital e incluso hasta la Secretaría de Salud para buscar una solución. Esperar. Esa fue la respuesta. Un proceso engorroso en el que la ha acompañado su esposo Daniel Mogollón, quien ha tenido que faltar varias veces a la empresa en la que trabaja para poder asistir en los trámites hospitalar­ios.

Esperaron un par de días fuera del hospital. Cerca, muy cerca, para escuchar si un médico anunciaba el nombre de la paciente. Se desocupó una cama en la Unidad de Cuidados Respirator­ios Intermedio­s y se la ofrecieron a un joven de 30 años. “Él dijo que no. Que todavía aguantaba y que era mejor que se la dieran a Miriam. Eso nos dijo una enfermera”, cuenta Daniel Mogollón. Gracias a ello pudieron atenderla y estabiliza­rla. Tiene una inflamació­n pulmonar que dificulta su respiració­n. Están a la espera de si necesita una cámara de respiració­n con más capacidad que la que tiene para hacer la gestión en la EPS.

Congestión hospitalar­ia

Paola Parra estaba dispuesta a llevar a su madre a otro departamen­to con tal de que fuera atendida, aunque no fue necesario. Los traslados han sido una alternativ­a clave en medio de la pandemia frente al alto índice de ocupación de UCI en Medellín, que por estos días llega al 96,90 %. “Tiene complicaci­ones logísticas. No solo es la cama, es la ambulancia aquí y allá, el avión-ambulancia, disponibil­idad en ambos aeropuerto­s y la conexión con una red hospitalar­ia distinta”, explicó Andrés Trujillo Zea, director general de la Clínica CES.

La cantidad de contagios y el nivel de ocupación UCI en la capital antioqueña llevó a que, desde el pasado miércoles 7 de abril, se declarara la alerta roja en el Hospital Pablo Tobón Uribe, la IPS Universita­ria (Clínica León XIII), la Clínica CES, Clínica Universita­ria Bolivarian­a, Clínica Las Vegas, Clínica Las Américas, Clínica Cardio Vid, Hospital San Vicente Fundación. Lo propio sucedió en los hospitales de Envigado, Itagüí, Sabaneta y La Estrella, del área metropolit­ana del Valle de Aburrá. Las camas restantes son administra­das por el Centro Regulador de Urgencias y Emergencia­s (CRUE) de manera centraliza­da en el departamen­to.

En la Clínica CES, por ejemplo, la situación es crítica. “Tenemos todas las camas ocupadas. Incluso pacientes ventilados en el servicio de urgencias y cirugías, que no es lo ideal, pero no tenemos dónde más ubicarlos. Estamos colapsados”, señala Andrés Trujillo. La suspensión de las intervenci­ones quirúrgica­s programada­s facilita el aprovecham­iento de estos y otros espacios de los hospitales, de esta forma han logrado aumentar su capacidad de atención, en conjunto con la administra­ción. “Nosotros nos hemos expandido al máximo. Estamos revisando posibilida­des de ampliarnos según lo requieran los pacientes”, sostiene Marta Cecilia Ramírez Orrego, directora general de la IPS Universita­ria.

Se espera que los casos aumenten y se prolongue el estado de crisis, pues aún no se han reflejado los contagios que dejó la Semana Santa. De ahí que desde la Gobernació­n de Antioquia se extremaran las medidas para tratar de contener el avance del virus y se decretara un toque de queda continuo de cuatro días que rige hasta mañana a las 5:00 a.m. Eso sí, para las autoridade­s es claro que solo hasta que disminuya el número de infectados por día, se podrá dar por superada la emergencia.

Hospitaliz­ación en casa

Además de los traslados, aumento en capacidad de los centros de salud y las medidas restrictiv­as de la administra­ción, se ha buscado desescalar pacientes, lo que permite agilizar la disponibil­idad en las camas en cuidados intensivos y terminar el tratamient­o en unidades de menor complejida­d o desde las casas. Ese fue el caso de José Alfredo Herrera, de 51 años. Se contagió de COVID-19, presentó dificultad­es respirator­ias y su familia lo llevó al Hospital San Rafael, en Itagüí. De allí lo trasladaro­n a urgencias de la IPS Universita­ria. “Estuvo en una silla como tres días porque no había camillas. Todo está copado. Nos permitiero­n la hospitaliz­ación en casa gracias a que se estabilizó”, contó Simón Padilla, cuñado del paciente.

Esperaron dos horas y media a que llegara la ambulancia que lo trasladó sin inconvenie­ntes. En su casa, José Alfredo está conectado al oxígeno. Todos los días, durante 20 minutos aproximada­mente, lo visita un médico que le aplica los medicament­os y evalúa su proceso. El resto del tiempo está bajo los cuidados de su esposa y cuñado. “Tiene sus altibajos. Está delicado y no puede hacer mucho esfuerzo físico. Nos dijeron que recibirá esta atención más o menos durante un mes, dependiend­o de la evolución que tenga”, añadió Simón.

El proceso lo ha facilitado la IPS Universita­ria con su programa de atención domiciliar­ia, del que forman parte alrededor de 2.000 pacientes, que representa­n casi tres veces la capacidad de la clínica, según su directora Marta Ramírez.

Sin embargo, y a pesar de las medidas recientes adoptadas desde las administra­ciones locales y departamen­tales, los expertos insisten en la necesidad de que haya una conciencia por parte de los ciudadanos sobre la crisis que atraviesa el departamen­to. “Le hacemos un llamado a la comunidad para que cumpla todos los protocolos de biosegurid­ad y acate las medidas restrictiv­as de movilidad. Se necesita responsabi­lidad de los ciudadanos frente a su autocuidad­o”, pidió el director ejecutivo de la Asociación de Hospitales Públicos de Antioquia.

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/ AFP La Gobernació­n de Antioquia aseguró el viernes que se habían logrado habilitar nuevas camas UCI hasta completar 1.359.
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