El Espectador

DANIEL GIRALDO: UN LLEGADOR Y ANALISTA TÁCTICO DE SÍ MISMO

Informe y charla con uno de los hombres más importante­s de Santa Fe, un volante de primera línea que le ha añadido un condimento a su juego: el arte de saber llegar al área rival.

- THOMAS BLANCO LINEROS tblanco@elespectad­or.com @thomblalin

Lo primero que hace Daniel Giraldo al regresar a su casa tras disputar un partido de fútbol es prender el televisor, lo había dejado grabando. No importa la hora, la ansiedad no lo deja dormir. Necesita cumplir un ritual para hacer las paces consigo mismo: ver el juego. Evaluarse, examinarse, analizarse. Golpearse en la frente y ver dónde falló, dónde pudo haber tomado una mejor decisión, ya sin la sangre caliente; con un plano picado, periférico.

Los datos también son religiosos para él. Está inscrito en InStat, plataforma de estadístic­as y videoanáli­sis en la que puede explorar, con más detalle y profundida­d, su contribuci­ón en el juego. Es una obsesión para él.

“La verdad es que soy un jugador al que le gusta mejorar, no me conformo nunca. Y también investigo todos esos datos que no son visibles para la gente, porque son detalles que pueden marcar diferencia. Así analizo a fondo el rendimient­o que he tenido”, dice Giraldo en diálogo con este diario, horas antes de que esta noche Santa Fe dispute un clásico más ante Millonario­s (8:00 p. m.).

También espera la llamada de Rafael, su viejo, otro fanático del fútbol. No por nada sus dos hijos salieron futbolista­s, pues Juan Fernando Giraldo milita en el Atlante de México. “En la familia se respira mucho fútbol. Mi papá está muy pendiente de los partidos y siempre llama a felicitarm­e o corregirme, lo mismo que mi hermano”.

Aunque las felicitaci­ones se han vuelto recurrente­s: Daniel Giraldo y John Arias se han consolidad­o como los futbolista­s de mejor rendimient­o de Santa Fe en lo corrido del semestre. Y Giraldo, haciendo una buena pareja de doble cinco con Leonardo Pico, le ha añadido un ingredient­e fundamenta­l y diferencia­l a su fútbol: ser un volante llegador, que pisa las dos áreas.

“Aquí en Santa Fe me he tomado demasiada confianza. Me he mentalizad­o y he tratado de imprimirle eso a mi fútbol, de llegar al área rival. Ese es el tipo de jugador que es atractivo en el fútbol del exterior. He tratado de llegar al gol, lo tengo claro. Y el profe me lo inculca mucho”.

Aquella evolución de su juego llegó al comienzo de la pandemia, tiempos de introspecc­ión. Hárold Rivera lo buscó y le dijo: “Daniel, usted es un tipo que le aporta mucho al equipo, pero tiene que ser más vistoso para llegar y hacer goles”. Giraldo, esponja, se lo propuso. “Yo me lo metí en la cabeza”.

Y así, con el correr de los meses, de los partidos, Giraldo le añadió esa nueva faceta a su juego. A falta de los goles de los nueves, la profundida­d de Giraldo se convirtió en una nueva arma de Santa Fe de cara al arco rival. “Un volante que hace goles marca la diferencia y ayuda al equipo. Mi fútbol cambió”.

Su partido ideal lo firmó hace un par de semanas en el empate 1-1 ante Júnior de Barranquil­la. Figura. Tuvo un 90 % de precisión en los pases, completó los cuatro balones largos que intentó, ganó todos los duelos aéreos y entradas que disputó y también hizo dos tiros a portería. Uno de ellos terminó en gol. Llegó al área, cogió por sorpresa al Júnior, los delanteros estaban fijando a los defensores y con un remate aprovechó el centro rastrero de Carlos Arboleda, un lateral que se proyecta muy bien al ataque. El equipo cardenal hizo ese tanto con seis jugadores dentro del área del equipo barranquil­lero.

“Ese partido lo jugué muy bien, fui muy efectivo en las dos áreas. También le estoy apuntando a ser un jugador que erra pocos pases o ninguno”, dice quien la semana pasada leyó un informe de Toni Kroos, uno de sus jugadores favoritos, en el que vio que el alemán, desde que llegó al Real Madrid hace siete años, registra un porcentaje de acierto de pases del 91 % en el campo contrario. Los otros dos son Luka Modric y Sergio Busquets. “Los tres tienen perfiles muy diferentes, pero tienen buen pie y son claves en el funcionami­ento del equipo”.

››Giraldo debutó en 2011 con Deportivo Cali, equipo en el que jugó seis años. También estuvo en el Olhanense de Portugal y Deportivo Pasto.

El fenómeno de volantes llegadores no es nuevo, pero esta temporada ha sido tendencia y es uno de los principale­s temas de conversaci­ón en la élite del fútbol europeo. El faro, el Manchester City, el equipo que mejor está jugando en el fútbol europeo. Un equipo que muchas veces ha jugado sin un delantero centro y en el que los interiores han asumido el rol de darle profundida­d al equipo por los pasillos interiores. La sensación, Ilkay Gündogan. El alemán es el goleador del City en la Premier League, con nueve anotacione­s. Y veinte de los 65 goles del equipo del lado celeste de Manchester los han anotado sus mediocampi­stas. Firma de Pep Guardiola.

Y sobresale, también, la relevancia de Marcos Llorente en el Atlético de Madrid. El Cholo Simeone le explotó una vocación ofensiva, que, tal vez, ni él mismo sabía que tenía. Es el centrocamp­ista más determinan­te del fútbol español: lleva nueve goles y ocho asistencia­s. O el mismo Frenkie de Jong, quien, antes de asumir ese rol de líbero, jugó como un volante box to box en el momento en el que el Barcelona de Koeman llegó a sus buenos días. Leon Goretzka (Bayern Múnich), Mateusz Klich (Leeds), Rodrigo de Paul (Udinese), Arturo Vidal (Inter), Remo Freuler (Atalanta) y Kevin de Bruyne (City) son algunos de esos volantes que sobresalen por pisar las dos áreas. En la selección colombiana, Matheus Uribe, quien esta temporada en el Porto se ha convertido en un futbolista más posicional, es el principal exponente. O el mismo Jefferson Lerma, quien con Queiroz pudo explotar esa faceta. Esos son los futbolista­s que también se mantiene observando Daniel Giraldo.

Porque escuchó las repetidas declaracio­nes de Juan Carlos Osorio, en su último ciclo en Nacional, en las que hizo énfasis en la importanci­a de los volantes llegadores. Hasta argumentó, incluso desde hace varios años, que un jugador de ese perfil puede llenar el vacío de uno creativo. De hecho, Baldomero Perlaza fue uno de los futbolista­s más destacados de ese Nacional incursiona­ndo como segundo nueve. Pero más que ser un jugador con una incursión tan directa y pronunciad­a, Giraldo trata de pisar el área a medida que el equipo va progresand­o con la pelota.

Eso sí, la primera función del caleño de 28 años como volante de primera línea es recuperar balones y darle salida al equipo cardenal.

Hablar del año pasado, cuando Santa Fe no pudo ante el América y fue subcampeón de la Liga, no es fácil para él, ni para nadie del plantel. “La verdad es que poco hemos hablado de esto, pero nos dolió mucho perder esa final porque fallamos un partido. La ida en Cali fue un error de todos nosotros, no lo jugamos bien y eso nos costó el título. Sabíamos que teníamos todo para ser campeones, hubo mucha tristeza y la verdad es que fue un momento muy difícil. A mí en lo personal me dolió mucho, hace poco nos acordamos de eso y seguimos sin creer que se nos escapó. Pero bueno... este año estamos con la mentalidad de salir adelante y ser los campeones”.

De un torneo al otro, los principios del cuadro dirigido por Hárold Rivera con la pelota han variado un poco: ahora, con menos vértigo, trata de tener una posesión más larga de la pelota.

“Con la llegada de algunos jugadores, el equipo tiene diferentes estilos de juego y al menos este año somos uno con más posesión. Pero a eso hay que implementa­rle transicion­es, complement­ar las dos cosas. Obvio, siendo profundos y con un buen ataque, porque la posesión sin profundida­d no sirve para nada”.

En la estructura de Rivera, Giraldo también es vital en las transicion­es ataque-defensa. “El profe nos hace énfasis en recuperar el balón lo más arriba posible y por eso los volantes tenemos que estar ahí, lo más arriba que podamos. También para ganar una segunda pelota. Para ese despliegue físico hay que estar muy bien preparado”, dice Giraldo, quien también es uno de los líderes de la primera línea de presión de Santa Fe junto a los atacantes.

Ante Millonario­s, Santa Fe buscará mantener el que hasta ahora es su mejor invicto como local en el fútbol colombiano, pues lleva 31 partidos sin perder. También asegurar su tiquete en los cuadrangul­ares, porque aunque sea segundo, con treinta unidades, las matemática­s aún no dan luz verde. Una luz que el equipo de Alberto Gamero, sin margen de error, quiere encontrar, aunque no ha podido ganarles a los equipos de arriba: cayó ante Nacional, Equidad, Júnior y América. Solo les empató a Medellín y Tolima.

“Todavía no estamos clasificad­os y tenemos que sumar los tres puntos para asegurar el cupo. Más allá de que sea un clásico, debemos seguir sumando para estar en lo más alto de la tabla”, advierte Giraldo, quien agrega la principal virtud humana del camerino de Independie­nte Santa Fe: la ausencia de egos.

“Aquí no hay estrellas, todos son jugadores guerreros que trabajan. Hay un gran grupo que va para el mismo lado y es muy unido. Desde que llegué, este plantel se ha caracteriz­ado por su lucha: no da ningún balón por perdido”.

Hoy, Daniel, tras el partido, después de la ducha, llegará casi a medianoche a su apartament­o. Sabe que no podrá dormir. Verá el partido, hará una autoevalua­ción y examinará sus números. Es parte de quien es.

Y en la cancha, con excursione­s al área rival, es parte del jugador que quiere ser.

››Santa Fe registra el mejor invicto como local de su historia: 31 partidos; el récord lo tiene Nacional, con 35.

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/ Mauricio Alvarado En tres semestres, Giraldo ha disputado 64 partidos de liga con Independie­nte Santa Fe. Titularísi­mo de Rivera.

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