A seis etapas del final, el ciclista antioqueño Rigoberto Urán es segundo del Tour de Francia. Su clave está en regular fuerzas y atacar en los momentos indicados.
El ciclista antioqueño sabe cómo disputar una carrera de tres semanas, su clave está en regular fuerzas y atacar en los momentos indicados.
Segundo en el Tour de Francia, a una semana del final en París, es una posición inmejorable para cualquier ciclista. Y eso lo sabe perfectamente el colombiano Rigoberto Urán, quien se mostró tranquilo y satisfecho con lo que él y su equipo han hecho en esta edición de la “Grande Bouclé”, pero también ilusionado con lo que pueda pasar en las últimas seis etapas de la carrera más importante del mundo.
Quince temporadas compitiendo en Europa, ocho Tour de Francia y veinte participaciones en grandes vueltas le han enseñado que para ganar hay que regular las fuerzas y utilizarlas en los momentos claves, sin desesperarse.
“Uno debe planificar la carrera de acuerdo con los objetivos. Y modificar ese plan según como se sienta en la carretera. Para pelear la clasificación general la clave es la resistencia, la constancia, no se puede tener un día malo. Y si es malo, que no lo sea tanto. Si lo que uno busca son triunfos de etapa o alguna clasificación alterna, pues hay días para tirarlo todo”, asegura el paisa de 34 años, feliz y motivado por el reciente nacimiento de su hija Carlota, quien también significó un nuevo aire para su carrera.
“Estoy disfrutando mucho este Tour, que ha sido muy rápido, metido desde la primera semana, con caídas, fugas, ha tenido de todo. Apenas comenzando ya Pogacar nos había dado una tunda la berraca”, dice con su característica sinceridad.
Asimismo, reconoce que está en una buena posición para pelear por un lugar en el podio, pero las diferencias con quienes lo escoltan son pequeñas. En el segundo día de descanso de la prueba, en Andorra, admitió que “vienen tres etapas de montaña muy duras, sobre todo las de miércoles y jueves, en las que podría seleccionarse más la carrera, porque ahora mismo del segundo al noveno estamos muy cerca”.
El corredor del Education First advirtió que “igual eso toca seguir luchando hasta París, porque en este tipo de carreras solo se puede cantar victoria hasta el último día”.
Rigoberto, quien se estrenó en el Tour en 2009 y fue subcampeón en 2017, detrás de Chris Froome, dice que se siente bien, agradecido por la labor que ha hecho su equipo para cuidarlo y agradecido por no haber sufrido caídas o golpes de consideración, como les ocurrió a otros favoritos en la primera mitad de la prueba.
Segundo en la clasificación general, a 5:18 del líder, el esloveno Tadej Pogajar, Urán supera por pocos segundos al joven danés Jonas Vingegaard y al ecuatoriano Richard Carapaz, con quien estuvo entrenando semanas antes del Tour. “Ellos están fuertes, han atacado, se han movido. Yo soy un poco más tranquilo en ese sentido, porque trato de no gastar sin necesidad, aquí los malos esfuerzos se pagan más adelante”.
Rigoberto reconoció el buen momento por el que pasa el líder y lo rápido que se ha corrido en esta edición 108. “Todos los años se va más rápido, con muy buenos corredores luchando por la fuga, por la montaña. Este año ha sido un Tour de mucho nivel y muy duro, aunque ha sido duro para todos”.
Nairo, por la montaña
Objetivos diferentes a los de Rigo tiene el boyacense Nairo Quintana, quien no llegó en plenitud de condiciones a la carrera. Pero anunció que pelearía por el título de la montaña y por algún triunfo de etapa.
Ya lució durante varias jornadas la camiseta de las pepas rojas, pero el fin de semana la perdió. El holandés Wouter Poels lidera esa clasificación, con 74 puntos, seguido por el canadiense Michael Woods, con 66. Nairo tiene 64, con 135 unidades por disputar.
“Me gustan los Pirineos”, dijo Nairo ayer, en una improvisada rueda de prensa del equipo Arkea. “Espero tener buenas piernas y sensaciones en las próximas etapas, en las que al menos vamos a intentarlo”, pronosticó con modestia, aunque seguramente ya tendrá planeado su asalto al título de los escaladores, que ganó en 2013.
Entretanto, el esloveno Tadej Pogacar explicó que aunque comparte las dudas que hay por su excepcional rendimiento, no publicará sus datos de rendimiento, como lo han pedido algunos periodistas: “No estoy enfadado, pero son preguntas incómodas, pero si comparto esa información, puede influir en la táctica. Otros equipos pueden ver cuál es el límite en ciertos terrenos y eso puede cambiar la estrategia. Por ahora me enfoco en llegar adelante a París”.