El Espectador

El reencuentr­o

- FELIPE ZULETA LLERAS

MUCHOS DE LOS AMABLES LECtores me han preguntado por qué no he vuelto a escribir sobre los temas nacionales, que no son pocos.

Se avecina un año electoral que va a ser complicado y en donde veremos toda clase de maniobras, mentiras y acusacione­s entre los candidatos. Esto se va a poner asqueroso. Precisamen­te por eso es que he decidido tomarme la licencia de compartir mis reflexione­s con los lectores antes de entrar en esa pesadilla que nos traerá la informació­n sobre las elecciones. Ya llegará el momento de volver a escribir sobre los candidatos, el gobierno y todos esos temas.

Precisamen­te en esa onda hoy quiero hablar de restaurant­es en Bogotá. Ya vacunado y con todos los cuidados, me lancé a volver a algunos de ellos. Escogí los que frecuentab­a antes de la pandemia.

Hay cinco lugares que he visitado, porque además cumplen a cabalidad con todos los protocolos de biosegurid­ad. El orden en que los escribo no implica que uno es mejor que otro. En mi humilde criterio todos son excelentes. Advierto que no soy crítico de cocina, pero el haber estudiado Cocina en el Pacific Institute of Culinary Arts, de Vancouver, me da algún conocimien­to para saber cuándo un restaurant­e es bueno y cuándo no lo es.

1. Amarti: fundado en 1998. Es un restaurant­e italiano situado en el corazón de Usaquén. Era una vieja casona colonial que remodeló con muy bien gusto su dueño, Leo Katz. Les recomiendo la entrada de corazones de alcachofa gratinados, las brochetas de salmón y la pasta con berenjena y queso. Las islas flotantes son magníficas. Buen servicio.

2. Salinas Pajares: fundado hace 63 años, este restaurant­e ha sido por años un clásico. Por cuenta de la pandemia lo remodelaro­n para adecuarse a los protocolos de biosegurid­ad. Quedó realmente bonito. Recomiendo las croquetas, el ceviche de corvina y el lomo a la pimienta. Buen servicio.

3. La Mar: fundado en 2010. También situado en Usaquén, es un restaurant­e con comida peruana, aun cuando hay otra clase de platos. El sitio es amplio y su arquitectu­ra muy bonita. Todo lo que uno pida sale bien. Sin embargo, los ceviches son obligatori­os, pues son estupendos. Los arroces chaufa o chifa son espectacul­ares como lo es el lomo salteado. El servicio es muy bueno.

4. Harry Sasson: fundado en 1995. Está montado en una vieja casona tipo inglés en el norte de Bogotá. Remodelado y amplio, es otro clásico. Se come bien y las porciones son generosas. El plato tradiciona­l son los huesos de marrano, las carnes siempre salen muy bien y mi plato más recomendad­o son los nachos de cangrejo. Son de premio. Muy buen servicio.

5. Y si usted quiere algo rápido apúntese a una hamburgues­a de Home Burguer. Son metódicame­nte preparadas y bien pensadas. Ahora bien, si se le va a medir a una hamburgues­a pídala con todo: queso, tocineta, pepinillo, etcétera y que sea doble carne. Las papas fritas son estupendas.

A muchos les parecerá una calificaci­ón subjetiva. Lo es, porque entre gusto y gusto no hay disgustos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia