El reencuentro
MUCHOS DE LOS AMABLES LECtores me han preguntado por qué no he vuelto a escribir sobre los temas nacionales, que no son pocos.
Se avecina un año electoral que va a ser complicado y en donde veremos toda clase de maniobras, mentiras y acusaciones entre los candidatos. Esto se va a poner asqueroso. Precisamente por eso es que he decidido tomarme la licencia de compartir mis reflexiones con los lectores antes de entrar en esa pesadilla que nos traerá la información sobre las elecciones. Ya llegará el momento de volver a escribir sobre los candidatos, el gobierno y todos esos temas.
Precisamente en esa onda hoy quiero hablar de restaurantes en Bogotá. Ya vacunado y con todos los cuidados, me lancé a volver a algunos de ellos. Escogí los que frecuentaba antes de la pandemia.
Hay cinco lugares que he visitado, porque además cumplen a cabalidad con todos los protocolos de bioseguridad. El orden en que los escribo no implica que uno es mejor que otro. En mi humilde criterio todos son excelentes. Advierto que no soy crítico de cocina, pero el haber estudiado Cocina en el Pacific Institute of Culinary Arts, de Vancouver, me da algún conocimiento para saber cuándo un restaurante es bueno y cuándo no lo es.
1. Amarti: fundado en 1998. Es un restaurante italiano situado en el corazón de Usaquén. Era una vieja casona colonial que remodeló con muy bien gusto su dueño, Leo Katz. Les recomiendo la entrada de corazones de alcachofa gratinados, las brochetas de salmón y la pasta con berenjena y queso. Las islas flotantes son magníficas. Buen servicio.
2. Salinas Pajares: fundado hace 63 años, este restaurante ha sido por años un clásico. Por cuenta de la pandemia lo remodelaron para adecuarse a los protocolos de bioseguridad. Quedó realmente bonito. Recomiendo las croquetas, el ceviche de corvina y el lomo a la pimienta. Buen servicio.
3. La Mar: fundado en 2010. También situado en Usaquén, es un restaurante con comida peruana, aun cuando hay otra clase de platos. El sitio es amplio y su arquitectura muy bonita. Todo lo que uno pida sale bien. Sin embargo, los ceviches son obligatorios, pues son estupendos. Los arroces chaufa o chifa son espectaculares como lo es el lomo salteado. El servicio es muy bueno.
4. Harry Sasson: fundado en 1995. Está montado en una vieja casona tipo inglés en el norte de Bogotá. Remodelado y amplio, es otro clásico. Se come bien y las porciones son generosas. El plato tradicional son los huesos de marrano, las carnes siempre salen muy bien y mi plato más recomendado son los nachos de cangrejo. Son de premio. Muy buen servicio.
5. Y si usted quiere algo rápido apúntese a una hamburguesa de Home Burguer. Son metódicamente preparadas y bien pensadas. Ahora bien, si se le va a medir a una hamburguesa pídala con todo: queso, tocineta, pepinillo, etcétera y que sea doble carne. Las papas fritas son estupendas.
A muchos les parecerá una calificación subjetiva. Lo es, porque entre gusto y gusto no hay disgustos.