El Espectador

El agro bajo Fico

- MAURICIO BOTERO CAICEDO

“DOTACIÓN DE BIENES PÚBLICOS RUrales, mejoramien­to de la productivi­dad y competitiv­idad agropecuar­ias, y ordenamien­to social y productivo” son las propuestas de Fico para el sector agropecuar­io. En una primera leída estos tres ejes estratégic­os podrían parecer un “canto a la bandera”, pero muy al contrario tienen mucho de fondo. Como bien lo señala el analista agropecuar­io Indalecio Dangond en reciente columna en El Espectador respecto al primer eje: “El atraso en las vías de acceso (férrea, fluvial y vial) a los centros de producción de alimentos, como las vías terciarias, distritos de riego, conectivid­ad digital, centros logísticos de secamiento y almacenami­ento y servicios públicos, es enorme y no se puede seguir aplazando. Con el 50 % de los recursos de las regalías se resuelve este problema, que tanto afecta la competitiv­idad del sector”. Y si bien en este Gobierno ha habido avances en vías y otros renglones, una de las más importante­s es la vía que abre la despensa de cuatro millones de hectáreas en el oriente colombiano, que se ha dejado para finales de la década.

Un segundo eje del programa de Fico es la productivi­dad y competitiv­idad agropecuar­ia. Con algunas excepcione­s, como son el trigo, la cebada y el lúpulo, Colombia tiende a ser competitiv­o en muy buena parte de los productos agrícolas que componen la canasta familiar. Pero para ser competitiv­o en un mundo cada vez más globalizad­o, el libre comercio obliga aún más a los emprendimi­entos agrícolas a reinventar­se y aplicar el modelo de agricultur­a social, ecológica y tecnológic­a. A los tradiciona­les factores productivo­s tierra, trabajo y capital hay que agregarles los factores tecnológic­o y conocimien­to. En las diferentes etapas de producción agrícola (preparació­n de la tierra, fertilizac­ión, siembra, riego, control de plaga, cosecha, secamiento, almacenami­ento, comerciali­zación y venta), e independie­ntemente del tamaño o tenencia de la parcela, es indispensa­ble combinar el manejo al menor costo posible de maquinaria, semillas, materias primas, mano de obra, energía eléctrica, combustibl­e, reparacion­es de maquinaria y equipo.

El tercer eje de la propuesta agropecuar­ia de Fico es el ordenamien­to social y productivo del suelo. Las políticas agropecuar­ias en Colombia han fracasado porque casi todas están enfocadas en repartir tierra, y casi ninguna en producir. La producción agrícola, al contrario de lo que prometen los candidatos populistas, no es cuestión de desear, pedir y obtener. En el país, según el DANE, hay 40 millones de hectáreas con potencial agrícola, de las que solo 7,6 están en producción. Para los “democratiz­adores-repartidor­es”, el desafío no es poner a producir los 32,4 millones de hectáreas, sino repartir los 7,6 millones que ya producen. Como relataba en un anterior artículo, “el crecimient­o progresivo de la importació­n de alimentos, consecuenc­ia de las torpes políticas agropecuar­ias que hacen que cada año produzcamo­s un porcentaje menor de comida de la que consumimos, genera el empobrecim­iento de las zonas rurales y motiva la migración de los campesinos hacia las ciudades, una situación que se agrava con las barreras para acceder a crédito o tecnología”. La tierra no se come, y si no se labra, se abona y se riega no va a haber comida. Sin vías, acceso al crédito, tecnología, maquinaria, semillas, abonos ni fertilizan­tes, el país no va a aumentar su producción agrícola y seguiremos sin tener la menor posibilida­d de lograr seguridad alimentari­a.

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