La democracia colombiana está bajo ataque
LAS AMENAZAS DE MUERTE CONTRA Federico Gutiérrez y miembros de su coalición, Equipo por Colombia, merecen el completo rechazo de la sociedad colombiana. Justo ayer, en este mismo espacio, reseñamos un informe que cuenta cómo estas son las elecciones más violentas en más de una década, en un claro retroceso frente a lo logrado en 2018. Ahora, después de que Gustavo Petro tuviera que cancelar parte de su gira por el país a causa de un riesgo a su seguridad, su principal contendor según las encuestas, Gutiérrez, ha dicho públicamente que ha recibido amenazas y la revista Semana publicó una comunicación de las Águilas Negras contra el candidato, miembros de su campaña y otros integrantes de la coalición. La democracia colombiana está bajo ataque.
Es lamentable que en medio de la polarización y los ánimos caldeados el guion de respuesta a las amenazas sea siempre el mismo. Cuando el candidato Petro hizo públicos sus temores, un sector de la oposición lo acusó de estar fingiendo. Ahora que Gutiérrez hace lo propio, varios de sus opositores lo acusan de falsificar las amenazas. Como lo dijimos en su momento en un editorial sobre Petro, es irresponsable restarles relevancia a los riesgos de hacer política desde cualquier orilla ideológica en un país como Colombia. Las cifras están a la vista de todos: no ha sido una elección pacífica y las semanas que restan están bajo peligro.
Ningún candidato a un puesto de elección popular debería sentir temor de recorrer Colombia y, sin embargo, en esa situación nos encontramos. Gutiérrez, exalcalde de Medellín, ha construido su propuesta alrededor de recuperar la seguridad y cuando fue mandatario local sufrió también múltiples amenazas. Es una falla de la democracia que arriesgar la vida sea parte de hacer política en un país donde siguen asesinando a líderes sociales.
Es necesario que las autoridades redoblen esfuerzos para proteger a todos los candidatos presidenciales. También es urgente un pacto político de rechazo a la violencia, para que entre las campañas no se encarguen de menospreciar las amenazas con fines partidistas, que lo único que logra es sembrar más polarización y resentimientos. Lo dijimos ayer: están jugando con fuego al ver a la contraparte como enemigo del país y todo puede terminar muy mal.
Queda pendiente la pregunta de cómo garantizamos que las personas puedan ir a las urnas a votar tranquilamente sin ningún tipo de constreñimiento. Si Gutiérrez y Petro están bajo amenaza, ¿qué se puede esperar de los territorios en los que el Estado y la fuerza pública no han podido hacer presencia? ¿Quién protegerá a quienes quieran ejercer su libre derecho al voto?
Sea quien fuere elegido, tendrá que asumir como prioridad recuperar la seguridad y el proceso de implementación del Acuerdo de Paz. No es razonable que los candidatos estén bajo amenazas, que el Eln tenga la fuerza para decretar un cese unilateral del fuego después de haber hecho un paro armado, que el Clan del Golfo haga de las suyas mientras el negocio del narcotráfico sigue creciendo. Hay que proteger a Federico Gutiérrez y a todos los candidatos. Colombia exige una apuesta vehemente por la paz y las libertades.
‘‘Es
irresponsable restarles relevancia a los riesgos de hacer política desde cualquier orilla ideológica en un país como Colombia”.