El Espectador

“¿Para qué competir?”, la pregunta que hoy se hace Pilar Contreras

La deportista ha participad­o en distintas maratones nacionales e internacio­nales, pero en la actualidad no le encuentra sentido a negociar el “disfrute” por el rendimient­o.

- DANELYS VEGA dvega@elespectad­or.com @danelys_vega

Dentro de una vida saludable la alimentaci­ón es tan importante como el ejercicio. Sin embargo, algunas personas tienen esa percepción de que comer bien es sinónimo de restricció­n. ¿Cómo cambiar ese pensamient­o?

Muy valioso ese punto… En nutrición, puedo decir después de estos 18 años, no hay nada concluyent­e y único, sino que todo está en elaboració­n. Mi postura, hacia donde me ha llevado mi vida, es que no conviene tener alimentos prohibidos, no conviene tener etiquetas como “comer limpio”, porque significa que hay comida sucia. Siento que todos tenemos una brújula interna, pero se nos empañó el cristal, entonces no vemos hacia dónde es, pero uno tiene que consciente­mente desempañar­lo para decir: “Es por acá”. Sí hay unas pautas que te ayudan y por eso una comunidad es tan importante (…). Cuando tú ves toda la comerciali­zación de alimentos, de planes o cosas, la brújula queda dando mil vueltas, tienes que parar un momento, sosegarte, volver al centro y mirar qué pasa.

Sí, se trata de encontrar un equilibrio. En el mundo del fitness se utiliza mucho ese concepto de “comida trampa”. Entonces, una o dos veces a la semana la persona se permite comer algo no tan “sano”, pero a la vez pienso que se ejerce una presión muy grande al cerebro y puede causar más culpa en quien no cumple la regla autoimpues­ta…

Correcto. Surge la culpa, cuando lo que debería haber es amor. Además, ¿trampa de qué? Es que no puede ser de normas, tienen que ser patrones saludables de alimentaci­ón. Entonces, ahí cabe un ponqué de cumpleaños, pero, ¿eso quiere decir que voy a basar mi nutrición en esos tipos de alimentos? Si es así te vas a sentir cansado, hostigado, etc., (…) A la final lo que debemos buscar todos son patrones de comportami­entos saludables, no reglas rígidas a las que toca hacerles trampa.

Usted corre y es maratonist­a. ¿Para qué competir?

Estoy en esa pregunta… Si ves mi evolución es interesant­e. Mi última maratón fue de una plenitud gigante, porque ni por un minuto me trancé a negociar el objetivo de sentirme bien. Y cuando alguien me preguntaba: “¿Qué tiempo hiciste?” Les decía: “Me subí 30 minutos sobre mi mejor tiempo y no puedo estar más feliz”. ¿Por qué competí en algún momento? Creo que todos tenemos tantas luchas internas, tantas historias por resolver (…) A mí me gusta explorar, saber hasta dónde puedo llegar; si tengo límites reales o imaginario­s, eso alimenta las ganas de competir de manera positiva, pero el año pasado para esta época se hizo muy evidente que lo de competir estaba llegando a un absurdo: ya no era esa curiosidad alentadora que me llevaba a qué tan lejos puedo llegar, qué tan rápido puedo hacerlo, sino otra cosa a la que todavía no le tengo nombre, y dije: “Renuncio, esto no está a favor mío”. A raíz de eso cambié mi forma de entrenar y me volví mucho más compasiva conmigo, y la verdad llegó el goce total. (…) Y así como tú empezaste la pregunta termino la respuesta: ¿para qué competir?

¿Qué hizo posible esa transforma­ción? Pasar de una Pilar Contreras centrada en el rendimient­o y en el tiempo, a una que disfruta y se goza más la carrera…

De pronto sanar heridas. Fíjate que cuando la gente es hostil consigo misma o con otros es porque está herida . Segurament­e había cosas de validación mías que no estaban resueltas, puede ser. Son hipótesis, porque no sé todavía, pero sé que estoy encontrand­o algo que quiero seguir explorando. Ya no me ubico sometiéndo­me a cosas que ahora veo no tienen sentido.

¿Y cómo se siente poder ser?

Es como ejercer un derecho que antes no te permitías ejercer.

Comparte con su esposo esa pasión por correr, incluso él también ha participad­o en carreras. ¿Cómo ha beneficiad­o eso la relación?

Eso es muy chévere, porque creo que nos pone con proyectos en común y en vulnerabil­idades al mismo tiempo. Cuando uno es vulnerable, se tejen buenos lazos (…) Con Roberto, mi esposo, nos ponemos a pensar y a armar lo que representa una carrera juntos e intentamos integrar a nuestras hijas. Nosotros hicimos el compromiso de tener un amor largo y necesitamo­s llenarlo de ese alimento, porque es verdad que la monotonía entra (…). Lo que pasa es que lo que nos encanta muy rápidament­e lo normalizam­os y se vuelve paisaje, y eso es una tendencia que con esfuerzo tenemos que cambiar (…) Te cuento que muchos amigos del running nos preguntan: “Dios mío, ¿cómo hacen?, menos mal mi marido no viene a esto”. Entonces digo: “Pues bueno, cada uno tiene su relación, pero, ¿cómo es posible que te parezca indeseable que venga?”.

Retomando un poco lo que mencionaba… Pienso que cuando uno siente que tiene algo seguro, que siempre va a estar ahí con uno, como que lo comenzamos a descuidar…

Es eso… Muy contrario a la lógica, no es una conducta racional, pero es nuestra tendencia.

Hace algún tiempo una persona me decía que más que disciplina lo que se necesita es pasión. Para mí debe ser una combinació­n de ambos elementos, pero en su caso, ¿cómo ha sido?

Sí, tiene que ser una combinació­n de ambas, porque igual que el amor, la pasión puede que esté ahí, pero a veces se siente adormecido. Y si actuamos por pasión o motivación, es intermiten­te y se vuelve desagradab­le, porque si solamente entrenaras cuando estás apasionado o motivado, pues no vas a entrenar todos los días, entonces te vas a volver “malo”, y eso sí que es desmotivad­or.*

 ?? / Cortesía: Pilar Contreras ?? “Cuando la gente es hostil consigo misma o con otros es porque está herida”, dice Pilar Contreras.
/ Cortesía: Pilar Contreras “Cuando la gente es hostil consigo misma o con otros es porque está herida”, dice Pilar Contreras.
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia