Locura tras locura
EL GOBIERNO DE PETRO ESTÁ LOgrando que un país en dificultades como Colombia se convierta en un país inviable. Y obvio, las cosas se ven de una u otra manera desde la orilla que se miren. Quienes hemos estado convencidos de que Petro es lo peor que le podría pasar a Colombia, y le pasó, vemos con preocupación el no habernos equivocado en tan apocalíptico pronóstico. Otros, que creían que Petro era lo mejor que podía pasar, o que al menos, no era tan malo, deben estar pensando no solo que fueron muy optimistas, sino sordos y ciegos. Pero bueno, se les dijo.
Gobernar bien a cualquier país es un arte difícil. Le es difícil hacerlo, incluso, a la gente preparada, experimentada, cauta, estudiosa, inteligente, sensata y centrada. Y absolutamente imposible a los que son todo lo contrario. Y es ahí en donde está el gran problema por el que hoy atraviesa Colombia en cuanto a las decisiones de gobierno, diseño e implementación de políticas públicas, o en pensar el país en el corto, mediano y largo plazo. En el pintoresco gobierno de Petro hay de todo, pero no gente con cualidades, calidades y credenciales para regir los destinos de este país, y la verdad, de ningún otro.
Y el obstáculo mayúsculo dentro del gran problema es, sin duda, que el barco del gobierno va a la deriva, peleando contra todo lo que encuentre a su paso, y va de disparate en disparate, de locura en locura y de insensatez en insensatez. Un gobierno en el que Petro vocifera cuanta cosa se le mete en la cabeza, y en el que su sanedrín hace lo propio, pues saben que por loco que suene lo que dicen, nada supera a su jefe.
Hice el ejercicio de mirar algunas últimas noticias previas a escribir esta columna y miren:
“¿Bienes de la mafia serán manejados por manifestantes del paro? Esto dice la SAE”, publicó El Tiempo refiriéndose a las declaraciones de Daniel Rojas, director de la SAE, quien habría afirmado que tiene como plan trabajar con el SENA para formar jóvenes del paro nacional para que sean ellos quienes administren sociedades y bienes de la SAE.
“Ministra Corcho veta diálogo con EPS”: presidenta de ACEMI”, publicó El Tiempo refiriéndose a las declaraciones de Paula Acosta, presidenta de ACEMI, en las que dice no conocer la reforma y que su gremio —que representa a las principales EPS— ha sido ignorado.
“Gobierno Petro alista norma para sacar del mercado las apps de movilidad”, publicó El Colombiano a propósito del nefasto y regresivo proyecto que el Gobierno presentaría para prohibir y sancionar severamente a plataformas tecnológicas, socios conductores y consumidores que utilicen estas opciones para solucionar los problemas de movilidad que hoy existen —en todo el mundo— por cuenta del absurdo “monopolio taxista”.
“¿La ministra Vélez mintió? Sí, y yo tengo la prueba”: exviceministra de Energía”, publicó El Espectador refiriéndose al bochornoso episodio sobre las verdaderas reservas de gas que conduciría a que Petro e Irene Vélez mintieron.
“¿Esto se puede convertir en un mercado persa”: tormenta política por narcos que pagan un millón de dólares por ser gestores de paz”, publicó Semana, refiriéndose a ese absurdo empeño gubernamental de convertir a unos desquiciados bandidos en gestores de paz.
Y claro, las noticias pueden ser estas u otras, pero existen por docenas y día a día, en las que es imposible saber cuál, entre todas, es la más alocada. Incierto futuro, imposible bienestar, caos, retroceso y decrecimiento: ese es el futuro que a Colombia le espera en manos de este grupo de improvisadores que nos gobierna. Ojalá esta pesadilla acabe pronto.