Águilas emprende vuelo en la Copa Libertadores
Tras varios semestres sobresalientes, el conjunto dorado hará su esperado estreno en el torneo de clubes más importante del continente. El Espectador conversó con Mateo Puerta, uno de los líderes del plantel.
Esta noche arranca la primera mitad de la que podría considerarse como la serie más importante en la joven historia de Águilas Doradas. Los antioqueños disputarán por primera vez la Copa Libertadores. Será en la fase dos ante Bragantino de Brasil.
La directiva del onceno de Rionegro se ha esforzado en mantener una base y establecer un proceso sólido. Prueba de eso es su clasificación al torneo de clubes más importante del continente y el primer lugar en la fase del Todos contra Todos de los últimos dos semestres.
En el equipo del oriente antioqueño se han consolidado jugadores como Jeison Quiñones, John Fredy Salazar y Jesús Rivas. Entre esos nombres también ha tenido protagonismo el defensor Mateo Puerta, quien conversó con El Espectador en la previa del debut en Libertadores.
Puerta arrancó como volante de marca en las divisiones menores de Atlético Nacional, pero el profe Orlando Restrepo le dijo que si quería llegar a profesional tenía que ser marcador por derecha. Tras un breve paso por el Club Deportivo Estudiantil, un equipo formativo de Medellín, y la selección de Antioquia, Jaime de la Pava lo fichó en Cortuluá.
Mateo no se considera todavía un referente de Águilas, pero sí un jugador importante del club. Llegó a la institución en 2020 y le tocó vivir la transición del equipo, que pasó de luchar por clasificar a los ocho a acariciar finales de Liga BetPlay. Viene de ser elegido como el mejor lateral derecho del campeonato local en los Premios Acolfutpro 2023 y ha disputado más de 100 partidos con la institución.
La Libertadores
“La Copa Libertadores es algo que veníamos buscando tras varios semestres de buenas campañas y ahora que nos tocó un rival fuerte es una bonita manera de mostrar todo lo bueno que hemos hecho a nivel local”, destacó Puerta, quien ve el duelo de esta noche como una oportunidad ideal para que Águilas se dé a conocer en la élite del continente.
Pese a que los antioqueños han tenido un técnico diferente en cada uno de sus últimos cuatro semestres, el buen rendimiento colectivo se ha mantenido. Leonel Álvarez, hoy en Pereira, estuvo al mando en 2022. Luego dirigió Lucas González, en el primer semestre de 2023, y lo reemplazó César Farías, actual timonel de América. Desde enero Hernán Darío el Bolillo Gómez está a cargo.
Mateo destaca de Leonel el trabajo duro, la creatividad de Lucas, el equilibrio de Farías y la experiencia del Bolillo. Cada uno ha dejado su granito de arena en el camino del conjunto dorado que esta noche se convertirá en el equipo 17 de nuestro país que juega la Libertadores.
En más de mes y medio de trabajo con Águilas, Bolillo se ha enfocado en inculcar orden defensivo, pero también se ha mostrado muy abierto a respetar la idea de juego que ya tenía el equipo. Puerta subraya que junto con compañeros como Rivas, Salazar y Pineda tienen unos movimientos ya establecidos que sobre la cancha marcan diferencia.
Bragantino, su rival, viene de ser sexto en el Brasileirao y es quinto en la tabla del Campeonato Paulista. Su proceso es mucho más joven que el de los antioqueños y ha sido impulsado por la poderosa multinacional Red Bull. En su nómina cuenta con jóvenes talentos, como el uruguayo Thiago Borbas y el colombiano Henry Mosquera, surgido en la cantera de Envigado.
Pese a que este choque podría considerarse como el partido más importante, hasta ahora, en la historia del municipio del oriente antioqueño, dicho encuentro tendrá lugar a 35 kilómetros del estadio Alberto Grisales, concretamente en el Atanasio Girardot de Medellín. “Fue algo muy triste, porque sentimos a Rionegro como un fortín. Así vayan pocos o muchos aficionados, son fieles. Nos dio duro”.
El nido de las Águilas
Al no ver a Águilas jugando esta noche en Rionegro es difícil no pensar en los choques que hubo entre la dirigencia del club y el anterior gobierno municipal a finales del año pasado. Tanto en la hinchada como en el vestuario llegó a existir una preocupación por una nueva mudanza.
Cabe recordar que antes el equipo jugó en Itagüí (20082014) y luego jugó otro semestre en Pereira antes de llegar a Rionegro, en 2015. El alcalde actual, Jorge Rivas, espantó esos fantasmas al decir que, al menos por este año, el conjunto dorado seguirá teniendo al Alberto Grisales como fortín.
A la distancia Mateo vio cómo Cortuluá, el club en el que terminó de formarse y debutó como profesional, desapareció y ahora se llama Internacional de Palmira. No quiere que se repita en su nueva casa. “Me dio mucho dolor, porque Tuluá era una gran plaza futbolera”.
El defensor subraya que tras varios años de proceso la comunidad del oriente antioqueño ha visto más reflejada su identidad con el equipo. Cuando Mateo camina por Rionegro y la gente lo identifica siente el cariño, recibe el cobijo del municipio, sobre todo de los niños. Buena parte de ese aprecio ha sido el resultado de las visitas del club a los colegios de la región. Todo eso suma en que el vestuario se sienta a gusto con la sede.
“El sentir de nosotros los jugadores es que queremos estar en Rionegro. Estamos muy amañados acá y nos sentimos identificados. El jugador es un trabajador normal pero también somos personas y buscamos esa estabilidad. Como antioqueño quisiera quedarme aquí”, subrayó el lateral.