El regreso del terrorismo al suelo de Rusia
El Estado Islámico reivindicó un atentado a las afueras de Moscú. Ucrania negó cualquier participación en el hecho. El ataque ha traído a la memoria la fatal toma del teatro Dubrovka, en 2002, por parte de combatientes separatistas chechenos.
Rusia no pudo conciliar el sueño tras el regreso del terrorismo a su suelo, nada menos que a las afueras de Moscú, la capital, el viernes en la noche, cuando hombres armados atacaron el Crocus City Hall, un auditorio que tras una explosión terminó envuelto en llamas. En el lugar al menos 62 personas fueron asesinadas y más de 140 resultaron heridas.
El Estado Islámico reivindicó el ataque horas después, cuando las autoridades rusas habían ya anunciado la apertura de una investigación. A través de Telegram indicó que sus combatientes “atacaron una gran concentración (...) en las afueras de la capital rusa”.
Cuerpos de rescate informaron sobre “grupo de dos a cinco personas no identificadas, con uniformes de combate y armas automáticas”, que “abrieron fuego contra los agentes de seguridad en la entrada de la sala de conciertos”, antes de “empezar a disparar contra el público”, que se aprestaba para el show del grupo de rock Piknik.
Antes de la reivindicación del Estado Islámico, Ucrania, con quien Rusia libra una guerra desde hace más de dos años, negó cualquier implicación en el hecho e incluso llegó a sugerir que se trataría de una operación impulsada por la propia Rusia.
La Casa Blanca, principal aliada de Ucrania en la guerra contra Rusia, calificó de “terrible” el tiroteo en una sala de conciertos. “Pensamos en las víctimas de este terrible tiroteo”, declaró a periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby: “Las imágenes son simplemente horribles y duras de ver”.
El 7 de marzo, justamente, la Embajada de Estados Unidos en Rusia advirtió que “extremistas” estaban planeando algo, cuando faltaban pocos días para las elecciones presidenciales rusas. Pero Kirby aseguró que Washington no tuvo conocimiento previo del ataque y no cree que la advertencia de hace unos días tenga algo que ver con el tiroteo.
A través de un comunicado publicado en X, la Cancillería colombiana manifestó su rechazo al atentado ocurrido en Crocus City Hall. Expresó, al mismo tiempo, su solidaridad con los ciudadanos afectados y las condolencias a los familiares de los fallecidos.
Lo sucedido ha hecho inevitables las comparaciones con el ataque en el teatro Dubrovka, en 2002, cuando un grupo de separatistas, en plena guerra de Chechenia, tomó como rehenes a casi 1.000 personas en un auditorio.
Vladimir Putin, que había llegado al poder con promesas como la de combatir con mano dura el terrorismo checheno, llevaba poco tiempo al frente del país, así que tenía en juego un gran capital político.
El lugar pudo ser retomado, pero el desenlace no dejó de ser fatal: 130 personas murieron a causa del gas que las fuerzas del Estado utilizaron para neutralizar a los combatientes.
Al cierre de esta edición, el presidente ruso, reelegido recientemente en unos comicios cuestionados por Occidente, había sido informado sobre la situación, sin que hasta el momento se conociera ninguna medida de su parte.
Para Mauricio Jaramillo, profesor de la Universidad del Rosario, “seguro habrá un remezón duro en el Servicio Federal de Seguridad (FSB)” tras lo sucedido.
Para el analista es probable que el ataque sea una respuesta a ciertas “operaciones de la inteligencia rusa en Ingusetia (Cáucaso), que es un centro duro del terrorismo separatista; puede ser una retaliación o un mensaje de que están de vuelta”.
“Putin debe estar analizando todo, seguramente habrá operaciones en el Cáucaso, en Daguestán, en Ingusetia, que son regiones claves, o donde se hayan identificado amenazas”, agregó Jaramillo.
Cosa distinta piensa Aneta de la Mar Ikonómova, analista internacional e historiadora, para quien esas tensiones internas son asunto del pasado. Para ella, la reivindicación del Estado Islámico deja muchas dudas y no descarta la injerencia de un tercer Estado en lo sucedido.
“A Putin no le conviene tanto decir quién es el responsable, pero sí reaccionar duro, pero no para una escalada internacional o la “tercera guerra mundial” como muchos dicen, sino para demostrar que es suficientemente fuerte para que nadie entre en su territorio”, agregó la analista.
››El Estado Islámico reivindicó el ataque horas después, cuando las autoridades rusas habían ya anunciado la apertura de una investigación.