Medellín, fósil viviente
HACE CIENTO DIEZ AÑOS COLOMBIA ya estaba anquilosada. Unos ejemplos: en abril de 1914 nuestra nación y Estados Unidos firmaron el tratado Urrutia-Thompson sobre Panamá: los yanquis se comprometieron a pagar 25 millones de dólares de indemnización por los sucesos de 1903, una pichurria a cambio de un istmo. En agosto José Vicente Concha, eslabón de la hegemonía conservadora, asumió la presidencia de la República. En octubre fue atacado y muerto a golpes de hachuela el jefe del Partido Liberal, general Rafael Uribe Uribe, socialista en ciernes. 1914: Colombia atrofiada y Medellín, un fósil viviente. Basta otra muestra: el arzobispo, monseñor Manuel José Caicedo, perverso metomentodo* jesuita, reprobó la tesis de Ricardo Uribe Escobar, Notas feministas, por ir en contra de las trasnochadas enseñanzas eclesiásticas.
Entonces un fulano de 19 años, con ancestros nórdico-antioqueños, escribió y publicó un poema en honor a la Villa de la Candelaria, hoy Medellín del Aburrá. Dice así: “Vano el motivo/ desta prosa:/ nada.../ Cosas de todo día./ Sucesos/ banales./ Gente necia,/ local y chata y roma./ Gran tráfico/ en el marco de la plaza./ Chismes./ Catolicismo./ Y una total inopia en los cerebros.../ Cual/ si todo/ se fincara en la riqueza,/ en menjurjes bursátiles/ y en un mayor volumen de la panza”.
El poeta se llamaba Francisco de Asís León Bogislao de Greiff Häusler, también conocido como León de Greiff, Leo Le Gris, Matías Aldecoa, Sergio Stepanski o Gaspar von der Nacht. Era panida* y con el paso del tiempo llegó a ser leído e idolatrado por millones. Para mi gusto, las 55 palabras de “Villa de la Candelaria” son magistrales, por no decir sempiternas. El tiempo ha corrido, pero Medellín sigue prácticamente igual.
Melitón Rodríguez, uno de los primeros fotógrafos de esta provincia, la retrató así (ver web). Es una foto casi borrosa, que algunos datan en 1894 y otros en 1905. Véanla bien para que puedan oler la hediondez de la boñiga o la pecueca de los arrieros, patirrajados, niguateros, analfabetas, pero, eso sí, católicos, apostólicos y romanos por obra y gracia del padre Gaspar Astete, autor del catecismo que curas y monjas le embutieron a Antioquia durante décadas de infamia. Yo veo ese retrato y no me enorgullezco de la hipotética superioridad de la “raza antioqueña”. Por el contrario, se me revuelve la bilis, se me enardece el ánimo y se me desboca la irreverencia.
Serviría como ilustración de los versos ácidos o sarcásticos de León de Greiff. Para mi gusto, es un poema perfecto. Sólo habría que cambiarle el versículo aquel en donde se habla de “un mayor volumen de la panza” y en su lugar poner “un mayor volumen de las tetas”, cual es corriente hoy en día en esta comarca de siliconas, chicas prepagos y gringos putañeros, este Medallo de la vaca del billón de pesos (“que un millón de antioqueños aporten, aportemos, de a millón de pesos, unos más, otros menos”: Uribe) que tarde o temprano se birlará algún Rodolfico o algún Rendón sin agüeros. ¡Bravo, Leo Le Gris! ¡Eres y serás mi héroe!
Vademécum: *En la inopia: En la más absoluta ignorancia de algo. *Metomentodo: Entrometido. *Panida: Poeta o descendiente del dios Pan. Divinidad de los pastores y rebaños en la mitología griega.
@EstebanCarlosM