Cuidado con la violencia en la Universidad Nacional
LA ELECCIÓN DE RECTOR EN LA UNIversidad Nacional no puede convertirse en una excusa para la violencia. Si bien el Consejo Superior Universitario (CSU) adoptó un mecanismo de elección poco transparente, que contrarió la voluntad de la comunidad universitaria y que incluso ha sido cuestionado en su legalidad por parte de Leopoldo Múnera, quien fue el gran derrotado, es importante que el llamado a la desobediencia civil que impulsa el académico sea leído en actitud pacífica y no utilizado por grupos extremos para sembrar desazón e incertidumbre en el campus. También sería fundamental que el CSU y el nuevo rector, Ismael Peña, reconozcan las fallas en el proceso y otorguen medidas de reforma tangibles para que no se repita una situación similar.
En una votación que no se veía en dos décadas de consultas de la Universidad Nacional, Leopoldo Múnera fue elegido por la comunidad como la opción predilecta para ocupar la rectoría ahora que termina el período de Dolly Montoya. Sin embargo, de poco sirvió esa votación, que si bien no es vinculante, sí tiene un poder simbólico que no debería ignorarse en un espacio universitario que pretende darle ejemplo de democracia al país. Durante la votación del CSU, los delegados del gobierno de Gustavo Petro respaldaron a Múnera, pero los otros cinco miembros no. Para terminar de empantanar la situación, en vez de hacer votaciones directas sobre los cinco candidatos hasta encontrar una mayoría, el CSU decidió emplear un método matemático de descarte que se prestó para confusiones. Como todo el proceso fue secreto, los detalles no quedaron claros.
Contrasta el actuar del CSU y la actitud de sus miembros con el escándalo posterior a la elección de Peña con las promesas de democratización de la Universidad Nacional. En ese aspecto, estamos de acuerdo con lo que escribió Rodrigo Uprimny para El Espectador: “La alteración de las reglas electorales, las extrañas reuniones previas de ciertos consejeros, el desprecio a la consulta, el voto secreto y la falta de cualquier explicación por el CSU de su decisión no solo afectan gravemente la legitimidad de elección de Peña, sino que podrían generar su nulidad jurídica”.
Dicho lo anterior, la inconformidad no puede dar pie a la violencia. En entrevista con El Espectador, Múnera dijo que “mi posición a partir de la desobediencia civil es para transformar una legislación que considero injusta”. Asimismo, insistió en que todo debe hacerse de manera pacífica. Queremos hacer énfasis en eso último. Poco ayuda el presidente de la República, Gustavo Petro, en utilizar su cuenta de X para enardecer los ánimos dentro de la universidad. Flaco favor le hacen a la causa de la democratización también las personas que han optado por las vías de hecho y sembrado amenazas en esta semana que termina.
Es momento de una conversación reflexiva en la Universidad Nacional que lleve a cambios tangibles, pero es importante que se calmen los ánimos. No se puede dialogar en medio de las presiones, menos cuando hay tanto en juego. En efecto, la Nacional siempre está llamada a darle ejemplo al resto del país.
‘‘La
elección de rector en la Universidad Nacional debe reformarse, pero los ánimos crispados se deben apaciguar antes de cualquier diálogo”.