Cobardía frente a las medidas contra Israel
Es realmente triste que El Espectador, en su editorial del 3 de mayo, titulado “Diplomacia populista con Israel que no traerá la paz”, caiga en una opinión oscura que no es “chicha ni limonada”. Si la respuesta al ataque terrorista de Hamás por parte del Estado de Israel ha sido criminal -como dice-, ¿por qué criticar la respuesta del Gobierno colombiano a ese crimen? ¿A los crímenes se debe responder con una diplomacia tímida, gaseosa, con innegables visos de hipocresía? Los casos que equipara al genocidio en Gaza no son equiparables, el régimen de Ucrania tiene el apoyo político y militar de la poderosa OTAN ante el ataque ruso, el supuesto genocidio Uigur es desconocido -y no debió esperar a la matanza y destrucción en Palestina para hacerlo conocer- y en la Venezuela de Maduro hay persecución a la oposición, pero no genocidio. ¿Acudir a la Corte Penal Internacional? Sí debe hacerse, ya la ONU emitió resoluciones “instando” al cese de la matanza y destrucción indiscriminada, resoluciones ineficaces como lo serían los probables fallos de la Corte Penal Internacional, porque la humanidad está políticamente organizada en Estados nacionales y los organismos internacionales son apenas un símbolo, una promesa de una humanidad unificada conviviendo en el planeta Tierra. Lo escrito -viniendo de Fidel Cano/El Espectador- es triste, porque es un triunfo de la cobardía en quienes, en otros tiempos y circunstancias, han sido valientes.