La magia de una
escenografía rodante
Mi mayor inspiración a la hora de elaborar las carrozas es el saber que lo estoy haciendo en pro al legado del Carnaval de Barranquilla”, considera Álvaro De la Hoz, artesano de 38 años, mientras pega sutilmente el ojo de uno de los diversos toritos de Carnaval que decoran y engalanan una carroza que desfilará en el recorrido más importante de las fiestas carnestolendas: la Batalla de Flores.
Hace 9 años, De la Hoz se comprometió a trabajar para la organización Carnaval S.A mediante la construcción de carrozas pequeñas. Con el tiempo, lo invitaron para que se atreviera a construir otras con proporciones más grandes. “Al principio sentí mucho temor, pero después decidí arriesgarme y ya me he ido desenvolviendo de una mejor manera”, afirma.
El arte siempre ha sido parte de su vida. Desde pequeño sintió la afinidad por dibujar caricaturas, hacer figuras en plastilina y elaborar obras con icopor. A través de la experiencia, pudo entrar a trabajar en bodegas de construcción y perfeccionar con el tiempo sus habilidades como constructor.
Actualmente, es uno de los artesanos que lidera el proceso de elaboración de las carrozas del Carnaval. Ha ganado dos Congos de Oro, reconocimiento otorgado por haber ganado en la categoría de Mejores Carrozas del Carnaval de Barranquilla.
No obstante, De la Hoz afirma que el principal problema al que tiene que enfrentarse por esta época de precarnaval es el poco tiempo que tiene destinado para la elaboración de las carrozas y agrega “a veces uno desearía que nos entregaran los proyectos mucho antes para no sentir el temor de estar siempre bajo presión”.
Además, manifiesta que trabajar de la mano con grandes maestros en la elaboración de las carrozas se ha convertido en una de las experiencias más enriquecedoras de su vida profesional.
Orlando Pertúz es uno de ellos. Lleva 30 años trabajando para el Carnaval y ha realizado en total 16 carrozas de reinas. Es dibujante artístico, ha incursionado en el vitrinismo y estudió soldadura. “En toda mi trayectoria, la carroza que nunca podré olvidar es la que hice para la reina Liliana Gerlein, hace 25 años. Esa fue la que inauguró el Cumbiódromo de la Vía 40”, establece.
EL PROCESO DE ELABORACIÓN. Según Elías Torné, diseñador de carrozas de Carnaval desde el 2006, el proceso de elaboración de una carroza comienza con una idea que represente unos lineamientos específicos que después puedan materializarse en un boceto. “Continuamente, se le hace un estudio de color apoyado de una serie de paletas usando varias técnicas de ilustración que se manejen con acuarelas, lápices de colores, marcadores, técnicas digitales y programas de diseño 3D.”, manifiesta.
De la inspiración de los diseñadores depende, en parte, el resultado final de la carroza. Rafael Polanco, diseñador de cuatro carrozas que han desfilado por estas festividades, sostiene que en sus creaciones siempre ha prevalecido la cultura Caribe, combinada con la identidad carnavalera.
Posteriormente, los diseñadores le pasan la propuesta a los artesanos, quienes realizan unos planos para encajar el diseño a las medidas requeridas. Las carrozas que desfilen en la Vía 40 deben tener 4 metros de ancho y no pueden sobrepasar los 6 metros de altura. “En ocasiones las magnitudes de un diseño cambian en la realidad y a veces toca hacer unas modificaciones”, explica Álvaro De La Hoz.
Los artesanos optan por usar siempre colores cálidos fuertes y fluorescentes. Materiales como el hierro se han dejado a un lado, para dar paso a la madera y el icopor, ya que este último permite realizar figuras talladas con acabados finos. Cartón, grapas, clavos, varillas, papel maché, fomi escharchado y variedades de telas se han convertido en los protagonistas de las carrozas actuales. “Trabajar una carroza es mezclar todos los materiales que uno menos piensa”, añade De la Hoz.
Desde que es entregado el boceto, los artesanos tienen 2 meses para entregar terminadas las carrozas. “El principal objetivo es que queden muy bien hechas, aunque uno desde el punto de vista del constructor siempre buscará la manera de mejorarlas cada vez más”, considera Orlando Pertúz.
PARA CONSERVAR EL LEGADO. La elaboración de carrozas se ha convertido en una tradición que ha llamado la atención de las nuevas generaciones. Estudiantes de la Escuela Distrital de Arte y Tradiciones Populares (EDA), mediante el programa formativo de Elaboración de Carrozas y Faroles del Carnaval, elaboraron 20 mini carrozas que podrán ser vistas en la Guacherna, la calle 50 y la Gran Parada de Fantasía.
“A través de este proyecto, los estudiantes desarrollan toda la teoría y los conceptos vistos en clase de diseño y construcción de carrozas. Este año han tenido la oportunidad de ponerlo en práctica”, considera Rubiel Badillo, artesano, docente y director de este proyecto artístico.
Badillo, quien se encuentra vinculado hace 8 años a la organización Carnaval S.A., manifiesta que las carrozas son igual de importantes a una comparsa de Carnaval, una danza de relación o una cumbiamba de tradición. Asimismo, invita a la comunidad a cuidarlas y respetarlas, al final de cada desfile, debido a que estas suelen ser víctimas de personas inescrupulosas que suelen acercarse a la zona de parqueo de estos vehículos para romperlas y vender por separado sus materiales. “Todo la magia que se hace por meses y se exhibe por tres horas en un desfile, en menos de una hora es destruido”, concluye.