Enemigos de la demencia: los perjuicios y la exclusión
La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, la conducta y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
La percepción con respecto a la demencia varía a nivel mundial, y muchas de estas son erróneas y distorsionadas. Para algunos individuos, la demencia hace parte normal del envejecimiento y para otras es consecuencia del karma o algo asociado a lo sobrenatural; dichos mitos generan un estigma en la población que la sufre, y fomenta su exclusión social.
Resulta fundamental concientizar e informar a la gente sobre dicho síndrome y generar conductas de inclusión.
A pesar de que la demencia afecta la calidad de vida de la persona, no significa que esta deba renunciar a actividades que le generan placer o a realizar tareas que lo hacen sentir útil. Afrontar la demencia como una enfermedad destructiva, en la que se desvanece la identidad de la persona, y en donde prácticamente no hay nada que hacer para lograr calidad de vida, genera desesperanza y frustración en el enfermo.
La exclusión social es quizá el mayor enemigo de la demencia, y uno de los factores que nos lleva a ella es la falta de información. Es muy común que a medida que la enfermedad progresa, y debido a la falta de conocimiento, el entorno del enfermo se distancie y aísle. Dicho factor resulta perjudicial, afectando mayormente su salud emocional y física.
No podemos evitar los síntomas. La carencia de conciencia social, junto con los prejuicios y actitudes negativas, lleva a que algunas personas mantengan oculta la enfermedad, ya sea por el miedo a ser rechazados e ignorados . Muchos de quienes padecen demencia no la comunican, o no asisten al médico, aun teniendo en cuenta que un diagnóstico temprano es beneficioso.
Uno de los aspectos clave para tratar con alguien que padece demencia es el desarrollo de la empatía, ya que son muchas las conductas con las que podemos atacan el ser del enfermo sin estar conscientes de ello. El hecho de hablar de la persona y su enfermedad con el cuidador mientras ella está presente
y, en la gran mayoría de casos, para transmitir un mensaje negativo, ataca la esencia del enfermo y aumenta su desesperanza y sufrimiento.
Son muchas las adaptaciones que podemos realizar al entorno del afectado, y ellas deben apuntar hacia su independencia y autonomía, así como en su capacidad de tomar decisiones y socializar.
A pesar de que la demencia progrese y afecte a la persona, nunca debemos olvidar que el individuo sigue conservando su esencia, identidad y dignidad. Es importante que, como miembros de una sociedad, fomentemos la inclusión de los afectados y combatamos la ignorancia, exclusión y falta de información.