Combatir el cambio climático
El calentamiento global es una realidad, según expertos. Los participantes en el foro de EL HERALDO reiteraron la necesidad de una aproximación más consciente frente a los recursos naturales, para tomar medidas urgentes.
Cada vez hace más calor. Esa percepción, que suelen compartir espontáneamente como un comentario casual ciudadanos de un punto y otro de la Región Caribe, está respaldada por creciente evidencia científica. Son los estragos del calentamiento global, reflejo de que en las últimas tres décadas se han reportado en el mundo las temperaturas más altas desde que se lleva registro, y de que desde 1990 las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) se han duplicado. Estos son algunos de los indicadores citados ayer por los expertos congregados en el foro ‘Cambio Climático, un reto ambiental’, organizado por EL HERALDO. Este es el primero en el año de una serie de encuentros que tiene programados esta casa editorial, para propiciar espacios de discusión en torno a temas sensibles del engranaje social y económico, que atraviesan los sectores privado, público y la academia. Un mensaje enmarcó la disertación de ayer, ante una concurrida asistencia de más de 800 personas. Los participantes coincidieron en la afirmación de que el cambio climático sí existe, que es una realidad constatable en embates de la naturaleza, que estos no están próximos a amainar, y que, por ende, resulta una necesidad inaplazable asumir otra forma de aproximación hacia los recursos naturales. No hay que perder más tiempo en el propósito común de tomar medidas urgentes para prepararse y adaptar la planificación de las poblaciones a las nuevas circunstancias que supone un entorno tan cambiante y convulso como el que nos toca en estos tiempos. Década tras década de inconsciencia ambiental son los que pusieron al planeta entero en jaque. Y si bien se pueden dilucidar distintos grados de responsabilidad en cuanto a la afectación, poniendo a las grandes industrias en lo más alto de la pirámide, lo cierto es que el reto de mejorar las cosas y empezar a construir un cambio involucra a todos.
Aspectos sencillos de la vida cotidiana como apagar un foco cuando se deja de utilizar, o regular el tiempo que se deja abierta la llave del agua pueden parecer irrelevantes pero también de eso se trata el cambio climático. La actitud de mayor consciencia ambiental parte desde lo más básico, y en esto todos pueden contribuir, en la medida que quieran. Por supuesto, la mayor responsabilidad les atañe a los administradores públicos. Abundan las pruebas del abandono al que han condenado históricamente los recursos naturales; el descuido ha sido el principio rector para gestionar los vertimientos contaminantes, las zonas verdes urbanas, los cuerpos de agua y nuestra fauna y flora. Es hora de cambiar eso desde la raíz. Y para hacerlo, será vital el compromiso de la empresa privada. Es necesario que cobre un rol mucho más activo en la defensa del ambiente para una mejor calidad de vida, como parte de su responsabilidad social.