Emerson murió repitiendo el nombre de su asesino
La moto en que se desplazaban los delincuentes se quedó atascada en el fango y huyeron a pie luego del atentado contra un hombre en Juan Mina.
Emerson Torres Montero acababa de llegar, junto a su esposa y dos de sus hijos, a su casa por el sector de la manga del arroyo, en el corregimiento de Juan Mina.
Eran las 8:30 de la noche del pasado domingo cuando arribaron a la carrera 7A con calle 3A y vieron la puerta de su casa abierta.
Enseguida revisaron las cercanías del sector, que es descrito por Josefa Montero, madre de Emerson, como “la última casa de Juan Mina, allá no se escucha nada”. Luego de no encontrar nada sospechoso entraron a la casa.
Minutos después su hijo menor, de 2 años, tenía hambre. Emerson llamó a su madre, quien en ocasiones le regalaba lo que sobraba de lo que había cocinado en el día, para que pasara por su casa.
El hombre, de 32 años, se disponía a pisar la palanca de arranque de su moto cuando vio a dos hombres acercarse en otra moto roja Sigma de 125.
Emerson conocía a uno de ellos, el que conducía. Lo iba a saludar cuando el parrillero sacó un revólver y le disparó las seis balas. Cuatro de ellas acertaron, dos en el pecho, una en la pierna y otra en el brazo izquierdo.
Las otras dos atravesaron la fachada de madera de la casa.
Su pareja alcanzó a escumetros charlo gritar “¡mami!”. Lo tomó como una señal para salir corriendo de la casa junto a sus dos hijos. Se camuflaron en un sector enmontado cercano a la casa. Desde allí vieron a los homicidas huir por la trocha, empantanada por las constantes lluvias que han caído en estos días.
No se movieron hasta que vieron a Emerson ponerse de pie. La mujer corrió a su auxilio. Un vecino de la cuadra lo llevó al paso El Pueblito en un taxi.
Allá llegó con el nombre de su asesino entre labios. Lo conocía y se lo repetía una y otra vez a su esposa y a los policías encargados del caso.
Fue remitido al Hospital Barranquilla donde finalmente falleció en la noche del lunes, luego de cuatro paros cardiorrespiratorios.
De acuerdo con la familia, la Policía se presentó 4 horas después de los hechos y no revisaron el sector.
Familiares de la víctima llegaron al sitio día siguiente y encontraron la moto de los asesinos entre el barro, a unos de la casa de Emerson en la vía a Villas de San Pablo.
La víctima pagó una condena por el delito de porte ilegal de armas y hace dos años salió de la cárcel de El Bosque.
Tenía cuatro hijos, todos menores de edad y se dedicaba a varios oficios “desde mototaxista hasta de contratista pavimentando calles de Juan Mina”, recuerda la madre.
Las autoridades aún no han establecido el porqué de los hechos, pero la familia especula que la causa pudo ser un dinero que había tomado prestado hace un par de meses y que aún se encontraba pagando a cuotas.
Era llamado ‘el Loquillo’ por sus conocidos porque “era acelerado y quería todo ya”, finaliza la madre.