Las distintas pasiones de la final de Cardiff
Cuando Pedja Mijatovic declaró recientemente que Juventus es un equipo perdedor, de seguro estaba utilizando las estadísticas que subrayan que el club italiano es el que ha perdido más finales de la Champions (¡seis de ocho disputadas!). Una de esas finales –la de Amsterdam, en 1998)– es inolvidable para el ex jugador madridista porque se convirtió en el héroe blanco al marcar en claro fuera de juego el gol que dio la séptima Champions al Real Madrid.
Pero seguramente, el montegrino olvidó que una declaración de ese calibre puede resultar un arma aún más motivadora para un club italiano que debe sentirse herido en el orgullo, porque realmente no es un equipo perdedor.
El fútbol moderno cada vez más encuentra fundamentos de discusión en las estadísticas como si fuera béisbol o baloncesto. Y no es así. Hace poco, Barcelona rompió el dato de que ningún equipo había remontado un 4-0 en la competición europea.
A la Juve se le puede acusar por esos resultados de equipo desafortunado o de maldito. Entre otras cosas porque no hay que olvidar que el primer título de esos dos que tiene lo obtuvo en Bruselas, al derrotar al Liverpool (1985), pero que no pudo celebrar porque horas antes de disputar la final, 39 de sus aficionados fallecieron aplastados por una avalancha provocada por hinchas ingleses que hoy es conocida como “la tragedia del estadio de Heysel”.
Cierto que ha perdido seis finales y en distintas ciudades. En Belgrado contra el Ajax de Cruyff, que entonces era el mejor equipo del mundo. En Atenas frente al Hamburgo, en Múnich contra el Borussia Dortmund, la de Ámsterdam frente al Madrid, en Manchester ante el Milan, y hace dos años en Berlín contra el Barcelona de Messi.
Ahora jugará en Cardiff el próximo 3 de junio su novena final, y de rival tendrá al Real Madrid, un equipo que como bien dice Mijatovic “es un equipo ganador, final que juega, final que gana”. Algo indiscutible.
Encontrará el Madrid a una Juventus diferente, con la mejor defensa del continentey con un ataque decisivo. Una Ju ve con jugadores experimentados, donde
seis de su equipo titular tienen 30 o más años, con su capitán, el portero Buffon, abrazando los 40. Una Juve con hambre vieja y con hambre juvenil, como la de Dyba la (24 años ). También es un partido lleno de pasión, no solo para Zidane, hoy DT del Madrid y otrora jugador del Juventus, club donde se hizo grande, también para Dani Alves, que como ex del Barça hará todo por evitar la duodécima del Madrid. O para Higuaín, que salió trasquilado de las huestes madridistas; o para Khedira, que prefirió marcharse del club blanco antes que estar un año más en el banquillo. Pero lo más seguro es que los italianos intentarán quitarse la espinita que les clavó Mijatovic. Esa que hace sangre y duele y que dice que la Ju ve es un equipo perdedor.