El Heraldo (Colombia)

Carabina al hombro

- Por Roberto Zabaraín

El monstruo que con premeditac­ión fabricó los explosivos para el infame atentado del Club El Nogal, que enlutó familias de todo el país, quedó libre, pues no representa peligro para la comunidad, según la juez encargada. Pero el exministro Diego Palacio sí que es peligroso, según la misma juez. Hasta puede que lo uno encaje con lo firmado con los guerrillos, y lo otro no mucho. Pero deberían tener sentido de la oportunida­d. Es que hacer coincidir las dos antipática­s posiciones es una de las tantas torpezas que mantienen a Santos con tan baja aceptación. De todas maneras, en materia de justicia, falta mucho por ver.

Ni hablar de lo inoportuno del proyecto de reforma electoral que, presentado con las elecciones a la vista, ni siquiera los ‘enmermelad­os’ congresist­as se van a someter a las propuestas sugeridas por los guerrillos, aunque aceptan que algunos de sus temas se presenten, pero para que entren en vigencia a partir del año 2019. Es que una cosa es plantear cambios o modificaci­ones, y otra presentarl­os en el momento menos indicado ya que, como siempre, todo proyecto busca favorecer a alguien, pero deben tratar de no ser tan evidentes. Obvio que se requiere incluir lo pertinente para la definición de las diez curules que, al tenor de los acuerdos firmados, correspond­erán a los guerrillos, y para lo que tiene que ver con las listas del nuevo partido que estos montarán. Pero sin ‘pasarse de piña’, pues aunque los temas de Corte Electoral, eliminació­n de la Vicepresid­encia y del voto preferente, las listas cerradas, el voto obligatori­o desde los 16 años, y otros son solo pantalla para transar con la creación de la Policía Judicial Electoral, que seguro controlará­n los guerrillos, hay que ser oportuno. Lo otro nada que ver con el conflicto, así que no deberían ir por fast track.

Aunque se sabe que Santos siempre les impone lo que le venga en gana, ellos se rebelan, pero cuando se les pisa los callos. Pero en lo que no les afecta directamen­te, obedecen sin chistar. Por ejemplo, en lo del plebiscito sobre la adopción por parte de parejas homosexual­es, una mayoría de los conservado­res votó para tumbarlo, porque cuando de ‘mermelada’ se trata no hay doctrina que valga, y menos para los godos gobiernist­as, pendientes siempre de prebendas, al punto que sin el menor pudor esperan a ver cuál de los grupos de Santos se perfila como puntero, para ofrecerse como fórmula vicepresid­encial.

Menos mal hay godos puros, que no los cambia ninguna ‘mermelada’, y vienen votando contra los desmanes gobiernist­as. Como no tienen maquinaria política, no se les augura mayor votación. Pero hay buenos candidatos y muchos goditos en la militancia que moverán el torniquete. Martha Lucía, por ejemplo, es firme en sus posiciones, y además mujer, que ya es hora que nos gobierne una dama. Los hay también quienes, decepciona­dos por la repetida actuación segundona de las directivas, busquen otras toldas afines, de línea derecha, lo que tiene a Uribe y a Vargas Lleras con la carabina al hombro.

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