Cita en Washington
El presidente Juan Manuel Santos se someterá hoy, en Washington, a una de las pruebas más importantes de su mandato en el terreno internacional: el encuentro con Donald Trump. La cita es a las 2:30 p.m. hora local (una menos en Colombia), en el Salón Oval, donde Trump ha recibido hasta ahora a dos jefes de Estado de Latinoamérica: el peruano Kuczynski y el argentino Macri, a quien el anfitrión colmó de elogios. No fue así en su encuentro –entonces como candidato–con el mexicano Peña Nieto, a quien humilló en su propia tierra. Sin duda, el problema de los cultivos de drogas ilícitas será el tema más espinoso de la conversación, ya que los datos no son nada halagüeños para el Gobierno colombiano: la producción de coca aumentó un 39% en 2014 y un 42% en 2015. Y los datos que maneja la Casa Blanca señalan que a diciembre de 2016 había 188 hectáreas cultivadas de coca, un 18% más que el año previo. Santos seguramente esgrimirá a su favor tres argumentos centrales. El primero es que la expansión desmedida de los cultivos de coca guarda relación con el desarrollo del proceso de paz en su fase inicial, por los efectos que tiene la retirada de las Farc de ciertos territorios. Pero –este es el segundo argumento– el propio acuerdo de paz prevé un programa intensivo de erradicación y sustitución de cultivos ilícitos, que ya está en marcha: el Gobierno prevé sustituir este año cerca de 50.000 hectáreas. El tercero es que, si bien se ha disparado la producción de cocaína, lo mismo ha ocurrido con las operaciones de incautación de droga. Santos podrá exhibir ante Trump unos datos que, sin ser del todo tranquilizadores, sí muestran un esfuerzo de las autoridades colombianas para abortar envíos de droga a EEUU. Está por ver qué responderá el mandatario estadounidense a su homólogo en este y los demás temas en la agenda: el proceso de paz (más allá de ciertos reparos que pueda plantear Trump, el Congreso de EEUU viene de aprobar 291 millones de dólares para Paz Colombia), la alianza estratégica entre las dos naciones (que se mantiene saludable), las relaciones comerciales (Colombia aspira a una mayor apertura del mercado estadounidense) y la crisis venezolana (Trump difícilmente reclamará a su huésped un cambio de actitud en este asunto). Será un encuentro entre dos presidentes impopulares: Santos está hundido en las encuestas, y Trump es el presidente peor valorado en los primeros 100 días de mandato en la historia de EEUU. Es obvio que el encuentro reviste mucha más importancia para el primero que para el segundo: pese a la impopularidad de Trump, Santos es consciente de que un espaldarazo del presidente de la nación más poderosa del planeta tendría un efecto balsámico en este tortuoso tramo final de su mandato.