¿Volverá Maturana a dirigir?
e ha conocido que en los próxiSmos
días estaría definida la vinculación de Francisco Maturana al Once Caldas como director técnico. No sería —la incorporación de un nuevo técnico a un equipo que no ofreció un buen desempeño— una noticia merecedora de un lugar destacado en los medios, sino mediara el nombre del más representativo y reconocido técnico colombiano en el ámbito del fútbol mundial.
‘Pacho’ Maturana ha sido en las últimas décadas, quizá, el entrenador que mejor supo darle un marco conceptual a la pasión del juego del fútbol en Colombia. Su legado no es solo estadístico (clasificaciones a mundiales, título de Copa América y Libertadores), es mucho más. Transmitió una manera de sentir y defender un estilo de juego, persuadió a jugadores y técnicos a creer más en ellos; le dio estatus a la profesión, trascendió el escenario futbolero. Y, sobre todo, logró lo que muy pocos consiguen: que su prestigio, más allá de las caricaturizaciones de sus contrarios, esté blindado ante los malos resultados, que han sido muchos.
Su sabiduría y talante están fuera del alcance de esas muchas erráticas experiencias vividas. Tal vez, consciente de tamaño privilegio, reduce la prudencia para emprender esta aventura
—a priori peligrosa e innecesaria para la mayoría de sus seguidores— y le ha despertado su vocación más profunda y genuina: dirigir dentro de una cancha de fútbol, liderar futbolistas para hacerlos mejores, poner a prueba sus ideas contra un adversario. Disfrutar y estresarse de la nada fácil tarea de reducir la incertidumbre. Por supuesto, alguien tan reflexivo y demostrada sensatez no dejarían que esa generosa franquicia emocional fuese el único soporte del proyecto. Él sabe que los
millennial futboleros, la generación nueva de hinchas del Caldas y sus infaltables y ‘fieles’ detractores, no tendrían consideración en la crítica si los resultados no son los esperados. A ellos poco les importaría cuán influyente ha sido Maturana en el devenir del fútbol colombiano.
Así que, aparte de la inocultable seguridad en sí mismo “estoy más preparado
que nadie en Colombia para dirigir”, y su filosófico mensaje “en algún momento de nuestras vidas debemos regresar a nuestra esencia. Manizales es mi esencia”, ha pedido la aprobación deunproyectoqueincluyeundepartamento de análisis táctico, la tecnología que se necesita, jugadores de nivel reconocido, un grupo de trabajo (“cuatro o cinco personas que trabajen con grupos de ocho jugadores cada uno”), entre otros requerimientos, para dar el sí.
¿Qué tan positivo sería su regreso? ¿Podría inspirar algún cambio en clubes, técnicos y jugadores? ¿Podría aplicar lo aprendido en FIFA como miembro de su departamento técnico? Cinco años sin dirigir parece mucho. El tiempo dirá.