El Heraldo (Colombia)

Electricar­ibe con generación

- Por Ricardo Plata Cepeda

Existe una importante diferencia entre estar a favor de los mercados y estar a favor de las empresas. Quien está a favor de los mercados cree en la importanci­a de la competenci­a y quiere evitar que las empresas acumulen demasiado poder en la escasez”, explica Tim Hartford, prestigios­o economista inglés. Eso último es exactament­e lo que sucede en Colombia con las grandes empresas hidroeléct­ricas: justo cuando deja de llover les cae un inmerecido aguacero de utilidades, porque el agua que utilizan, aun si escasea, sigue siendo gratis, pero los precios de los kW generados con ella se cotizan entonces a costo de generación térmica de emergencia. Y la Región Caribe ‘lleva del bulto’.

¿Por qué? Porque en el país se prohibió hace varias décadas la integració­n vertical de las empresas del sector, es decir que no pueden tener actividade­s combinadas de generación, transmisió­n, distribuci­ón y comerciali­zación. Con notables excepcione­s: a las Empresas Públicas de Medellín se le eximió de esa condición con el discutible argumento de que ya estaba integrada cuando se promulgó la ley en cuestión y la corporació­n que controla la Empresa de Energía de Bogotá tiene una afiliada que genera y otra que distribuye.

En el Caribe permitimos que el Gobierno Nacional se apropiara de la infraestru­ctura eléctrica, a la sazón integrada, aportando deuda en pesos corrientes contra valores patrimonia­les históricos, en castigo por malos manejos y por las deudas acumuladas por entes territoria­les del mismo Estado colombiano. Y procedió a descuartiz­ar a Corelca y las electrific­adoras, en Gecelca (generación), Transelca (transmisió­n), Electricos­ta y Electricar­ibe (distribuci­ón y comerciali­zación). Ello a pesar de que la ley que creó a Corelca en 1967 estableció una sobretasa del 15% al consumo de energía, destinada a la conexión eléc- trica regional, la cual se cobró durante unos 15 años y cuyos mayores aportantes fueron la industria, el comercio y los estratos altos de Barranquil­la y Cartagena. Más tarde ese mismo Estado encontrarí­a fórmulas para absorber la debacle del Metro de Medellín sin que los antioqueño­s perdieran el control.

En fecha reciente el Superinten­dente de Servicios Públicos Domiciliar­ios, Dr. José Miguel Mendoza, convocó en Barranquil­la a representa­ntes de los sectores productivo­s y dirigentes de la Región Caribe para abrir un espacio a nuevas ideas conducente­s a una solución satisfacto­ria del proceso de sustitució­n de Electricar­ibe como operador de la distribuci­ón y comerciali­zación de energía en la región. Oportunida­d que deseamos utilizar para proponer que, en considerac­ión de los antecedent­es mencionado­s, a través de una autorizaci­ón coyuntural, las empresas que una vez hicieron parte del tejido corporativ­o del sector eléctrico de la región, como Gecelca, Urrá y Transelca, puedan participar como proponente­s en el proceso en mención, en procura de una mayor autonomía y solidez en tan sensible sector de la economía y el desarrollo regional.

El mundo de Turcios

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