La vida después de la jubilación
Según expertos, esta etapa debe ser aprovechada para desarrollar actividades lúdicas y de recreación También, puede ser usada para la integración familiar.
Disfrutar de todos los momentos de la vida”, fue la meta trazada por Aura Estela Ramírez, de 66 años, al momento que terminó su último ciclo como trabajadora en octubre de 2006, cuando tenía 56 años.
Durante un poco más de 33 años, Ramírez entregó su esfuerzo y dedicación al Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, donde tuvo la oportunidad de ocupar distintos cargos. “Comencé como tecnóloga y terminé como coordinadora de instructores”, manifiesta.
Sin embargo, cuando Aura Estela se retiró de la institución, su vida dio un giro de 180° cuando se enteró de que tenía un cáncer de colon que empezaba a afectar su calidad de vida. “Cuando uno está trabajando, uno suele aliviar con cualquier medicamento las dolencias, sin atacar el problema de raíz. Por eso, al retirarme de estas labores, me dediqué a cuidar mi salud. He sido operada tres veces, en el 2007, 2009 y 2011, y desde ese entonces mis prioridades han cambiado por completo”, establece.
En la actualidad, Aura asegura que su rutina va desde los constantes chequeos médicos al gastroenterólogo y oncólogo, hasta sus encuentros matutinos con sus amigos a tomar café, jugar cartas y escuchar música. “Me gusta estar pensionada porque he encontrado el espacio para hacer actividades que antes se me dificultaban. Hoy, puedo salir con mi marido a cualquier hora y ser muy feliz”.
Una situación similar atraviesa el barranquillero de 75 años Luis Ricardo Jaramillo, padre de 7 hijos y quien se pensionó a los 60 años. “Mi prioridad actual es vivir de la pensión. Hoy, mi rutina va desde ir a recoger algún medicamento a la EPS, hasta leer y ver televisión. También, disfruto ir ocasionalmente a hacer ejercicio al parque Los Andes, pero aún no descarto continuar con la cooperativa que creé hace unos años”.
Como ellos, hay más de 1,6 millones de pensionados en el país, que se encuentran afiliados a Colpensiones. Además, según cifras de la Superintendencia Financiera, existen 8,5 millones de cotizantes de pensión en Colombia: el 73% lo hace en fondos privados y el 27% restante en Colpensiones, entidad cuyo sistema establece que los hombres se jubilan a los 62 años y las mujeres, a los 57 años.
EL CAMBIO. De acuerdo con Lucy Mónica Benítez, psicóloga organizacional, esta es una etapa que puede despertar en las personas sentimientos de temor, desasosiego, incertidumbre e inseguridades, y agrega que “como todos los cambios en la vida, este implica una reestructuración en los proyectos. En un principio, se puede percibir como si se tratase de unas vacaciones, pero después comienza la duda por conocer a qué se van a dedicar. Ahí es cuando hay que elaborar un plan de acción para definir cuáles son las fortalezas y debilidades con las que cuenta el pensionado y así podrá emprender nuevos proyectos”. Del mismo modo, María Eugenia Reátiga, psicóloga clínica, resalta la importancia de mantener una vida activa para lograr el fortalecimiento del cuerpo y de la mente. “En este período puede presenciarse un desgaste a nivel motor, por lo que la persona deberá esforzarse por ejercitar sus habilidades. Aunque las funciones mentales tienen mayor probabilidad de conservarse, esto no puede convertirse en una excusa para desarrollarlas aún más. Recomendable estudiar, aprender y reflexionar, porque la quietud es sinónimo de deterioro”, manifiesta la experta.
Empresas en Barranquilla, como Vitalidad Club, les ofrecen a las personas mayores de 50 años y pensionados una programación de actividades semanales, como tertulias de música, encuentros literarios, jornadas de juego, cine foros, recitales de poesía, integraciones campestres y charlas de bienestar y salud. “Además, se organizan viajes y excursiones nacionales e internacionales con protocolos para adultos mayores, con el objetivo de que conozcan nuevas personas y compartan intereses en común”, explica Juan Pablo Angulo, gestor de esta iniciativa.
Así también, algunas organizaciones han optado por incluir planes de formación y orientación para personas próximas a pensionarse. Por ejemplo, la Universidad del Norte maneja el proyecto ‘Círculo de oro para el retiro activo’, donde mediante capacitaciones sensibilizan a los participantes a aprovechar sus potencialidades y construir nuevos proyectos de vida.