¿Qué buscan las firmas en sus empleados?
Pese a que el nivel de estudio se mantiene como requisito en los procesos de selección, las competencias blandas y el manejo de más idiomas son algunos de los requerimientos actuales de las compañías.
La búsqueda de un empleo que se ajuste a las preferencias, necesidades y capacidades de un trabajador es el reto al que se enfrentaron buena parte de los 2,4 millones desempleados en el país, en el período entre febrero y abril de 2017, según el DANE.
Para muchos, la educación universitaria se ha convertido en una puerta de entrada para el mundo laboral, donde además se valoran mucho los posgrados. Pero esto, al parecer , ha dejado de ser suficiente.
Los departamentos de recursos humanos de compañías y agencias de empleo en el país han empezado a adaptar dentro de sus protocolos internos de selección nuevos requerimientos que comienzan a ser decisivos a la hora de elegir a sus empleados. Estos son algunos de ellos.
LOS REQUISITOS. Julián Sopó, director de Consultoría de la agencia de empleo Adecco, determinó que en la actualidad la gran mayoría de empresas colombianas continúa siguiendo una línea conservadora donde pilares como el nivel académico y la experiencia laboral se mantienen como los principales requisitos a tener en cuenta al evaluar candidatos que deseen ser parte de una organización. Y agrega que “estos son los dos requerimientos indispensables, pero hay que tener en cuenta que pueden variar según el perfil de la persona y el cargo al cual está aplicando”.
Sin embargo, asegura Sopó, hoy en día predomina un pilar que es evaluado con suma atención durante las entrevistas laborales. “Al final, todo se remonta a la capacidad que tiene el trabajador por demostrar que tiene actitud positiva, motivación, aporte, comunicación en el trabajo en equipo y una capacidad para solucionar efectivamente los problemas”, manifiesta.
Del mismo modo, la directora de la oficina de egresados de la Universidad Autónoma del Caribe, Ana Isabel Santo Domingo, coincide al establecer que las empresas le están otorgando una mayor relevancia a las competencias blandas o habilidades sociales evidenciadas en sus capacidades de resiliencia, liderazgo y proactividad, y añade que “lo más importante sobre estas cualidades es que no se pueden desarrollar en una universidad ni en una organización. Se aprenden y se desarrollan en el camino de la vida”.
Aquiles Mercado, vicepresidente financiero y administrativo de Promigas, establece que la prioridad para esta compañía es contratar profesionales que tengan un equilibrio entre sus competencias técnicas y su calidad humana. “Un candidato debe ser adecuado desde un punto de vista integral. Identificamos el potencial de desarrollo que el candidato tiene al momento de ser vinculado, puesto que queremos que nuestros funcionarios den lo mejor de sí mismos, máximo para una relación eficiente de doble vía en cuanto a los beneficios que nosotros estamos en capacidad de suministrar en términos de acceso a la mejor capacitación practica y/o académica”. Según Karen Chamíe, directora de egresados de la Universidad del Norte, desde esta institución educativa se monitorean constantemente las necesidades de las empresas, con el propósito de descubrir qué están buscando las compañías en los practicantes profesionales y en los egresados.
“Cuando vienen las organizaciones a visitarnos al campus, cada vez vienen buscando más las competencias del ser por encima de las cognitivas. El saber tomar decisiones y la capacidad de adaptarse fácilmente al cambio son otros de los requisitos elementales que deben tener los profesionales hoy en día”, explica.
EL CAMBIO. De acuerdo con Carolina González Correa, subgerente de Selección y Desarrollo de la bolsa de empleo Selección Efectiva SAS, el principal cambio de los requerimientos de las empresas hoy en día se debe a que, a pesar de que las compañías continúan en la búsqueda de personas que busquen estabilidad, los millennials buscan enfrentarse a retos profesionales que les den más libertades y donde “puedan ir en bicicleta, llevar a sus mascotas, trabajar desde las casas, no tener jefes y tener jerarquías más horizontales”. Para González, hace diez años no se requerían habilidades y nociones de tecnología para aplicar a un trabajo, a menos que se tratase de especialistas. “Hoy en día, se pide un conocimiento básico en este ámbito, un nivel usuario. En la actualidad, muchas pruebas psicotécnicas se aplican en línea y las entrevistas laborales se están empezando a hacer mediante videollamadas, es por ello que una persona que no tenga correo electrónico presenta automáticamente una dificultad desde el inicio para acceder a procesos de selección”, asegura.
De la misma manera, Alquiles Mercado afirma que en la actualidad los trabajadores tienen unos intereses diferentes, que se orientan a los deseos de seguir estudiando y a tener una menor disposición a permanecer largos períodos de tiempo en las compañías. “El cúmulo de información que la era digital y las redes sociales les proveen a los candidatos que aplican a un puesto han hecho que nuestras áreas de Recursos Humanos se vean forzadas a sofisticar sus procesos y así poder evaluar efectivamente esta nueva ola de candidatos”.
Por su parte, Chamíe considera que los idiomas son el aspecto que más ha cambiado en los últimos años. “Antes era considerado como un plus o habilidad extra en la hoja de vida. Hoy, es una necesidad. A través de bolsas de empleo registramos 240 vacantes en empresas que exigen un nivel medio-alto de inglés. También es importante destacar la importancia del manejo de programas informáticos como Excel, para carreras como administración de empresas e ingeniería industrial”, agrega.
Igualmente, Ana Isabel Santo Domingo manifiesta que las empresas se están dando cuenta de la importancia de ofrecerles a los millennials seguridad y estabilidad, ya que “en la actualidad, la tendencia en los jóvenes es pasar de un trabajo a otro constantemente. No siempre están únicamente en la búsqueda de ingresos económicos, sino de lograr oportunidades que les permitan crecer profesionalmente y adquirir más conocimiento, porque la competencia laboral no es fácil”.
Finalmente, Julián Sopó asegura que debido a este fenómeno, el concepto de estabilidad laboral ha tenido una transformación considerable. “A partir de esta última década son los mismos trabajadores quienes son el soporte de las empresas, empleados que ya no buscan la tranquilidad de un trabajo seguro, sino labores más retadoras”.
“Todo se remonta a la capacidad que tiene el trabajador de tener una actitud positiva”: Julián Sopó. “Las habilidades blandas son las que se aprenden en el camino de la vida”: Ana Isabel Santo Domingo.