Educación pública universal
Ser una sociedad tan estratificada como la colombiana trae unas consecuencias dramáticas, como el rechazo a políticas probadas para reducir las injustificables diferencias económicas y sociales que nos caracterizan. Por el contrario, cada día aumentan las posibilidades de los más poderosos para ser cada vez más ricos y la terrible resignación, a veces muy justificada, de los pobres para seguir viviendo con serias limitaciones en su vida. Además, en nuestro país la clase media aún es pequeña y por su reducido tamaño y por la concentración de los grandes beneficios en unos pocos no alcanza a desarrollar su identidad como tal, por el contrario, cuando puede, solamente quiere parecerse a la clase de ingresos altos.
Está probado que la educación pública universal y de excelente calidad es la esnuestra trategia más eficiente para construir una sociedad igualitaria. Lo cual no quiere decir que no puedan existir colegios de élite, pero son solo para una minoría que puede pagar altísimos precios por la formación de sus hijos. Toda la población en algún momento se une, se conoce, aunque la vida y las oportunidades los conduzcan por caminos distintos, unos más prósperos que otros. Así, desde los primeros años escolares hasta lo superiores, distintos sectores de la población comparten experiencias diversas y después en el mundo real tendrán puntos en común.
Colombia, el séptimo país más desigual del mundo, es el modelo de cómo la educación es el motor que estratifica más eficientemente a su población, gracias a lo cual los pobres solo se relacionan con los poderosos como amos y sirvientes, respectivamente. Pero a la clase media no le va mejor; como rechaza la mala educación pública propicia una oferta educativa privada que no siempre es del mejor nivel. Otro freno para la necesaria movilidad social.
Estas reflexiones vienen al caso por lo que está sucediendo con la Universidad del Atlántico. Barranquilla ha logrado avances significativos en calidad de educación pública en los niveles básicos, y además cuenta con la mejor universidad privada de la Región Caribe, la Universidad del Norte. Precisamente por sobresalir en este campo es difícil comprender la larga interinidad de un centro educativo, donde se han formado muchos profesionales valiosos no solo de Barranquilla, sino del Atlántico y de otros departamentos.
Nadie en interinidad puede operar eficientemente un centro de formación profesional y menos si la politiquería interfiere su funcionamiento. El nombramiento del rector o rectora debe obedecer a sus cualidades académicas y personales, y no a las palancas que tenga dentro la cuestionada política de la ciudad y del Departamento. Claro que en la Universidad del Norte hay una parte de la población proveniente de familias con ingresos medios, pero la Universidad del Atlántico debe ser el centro para todos aquellos capaces, sin importar el nivel de ingresos. Que se salgan los políticos de esta designación y el nombre escogido corresponda al mejor.