La economía
La economía que no quema prensa; solo llantas con llantos estremecedores.
La economía colombiana hay que analizarla de forma más callejera. Una cosa es lo que se lee en el comercio formal y en la industria o el sector bancario, hay otra Colombia afuera –la grande– la que sufre día a día, la de la que no se habla en los medios.
La Colombia de los que empeñan sus cosas en las compra-ventas –si tienen algo que empeñar y pagan tasas de usura– o la Colombia que fía en la tienda, si es que le fían.
La Colombia de los que solo tienen posibilidad de salud con el Sisbén, si son afortunados. La Colombia del que vive de vender cachivaches en la calle, mango verde con sal, o se rebusca cuidando carros o limpiando parabrisas, la del que anda recogiendo cosas en las calles y no tiene salud, empleo, ni posibilidad de una pensión, del que no tiene una educación que le permita conseguir un empleo formal.
Del colombiano que no sabe por qué ni para qué vota. Esa Colombia de malabaristas y artistas que cada día sonríen para no llorar pero aún así tienen esperanzas. Creo que es más interesante saber de esa otra Colombia olvidada y que no es importante para los economistas y los medios de comunicación. Jaime Lustgarten Empresario